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8.6.09
en
19:30
| Autora:
Nicole ♥
No quise darle más vueltas al tema, así que decidí finalmente dejar de pensar en ello. En el recreo, le dije a Fabián que quería hablar con Ania, así que me separé de él por ese rato. Cuando al fin la encontré, entremedio de los cientos de jóvenes que estaban en el patio, la vi junto a tres chicas.- Hoy ni siquiera me has saludado. ¿Qué ocurre?- Y entonces le dije.. ¡ah! Hola Sam, ¿qué dices?- Que hoy no me has saludado, de hecho, ni siquiera me has mirado y apropósito, ¿quiénes son ellas?- Lo siento, lo siento.. es que estaba tan distraída con mis amigas, te dije que no las veía hace mucho. Este, te las presento. Ella es Carolina (señaló a una chica no tan guapa, pero se veía muy simpática, tenía el pelo negro más o menos largo y la piel blanquísima), ella es Lizeth (esta vez señaló a una chica que se veía muy madura, algo seria. Tenía unos ojos grises muy especiales, y el cabello rubio ceniza le caía hasta los hombros), y esta es Jesús (a la que me presentó era una chica bastante normal, con los ojos café claro y un cabello marrón claro muy lacio).Todas me saludaron de besos. Nos sentamos en las bancas donde siempre nos sentábamos con Ania y comenzamos a hablar. Los primeros minutos estuve algo incómoda, ya que hablaban de cosas sobre las cuales no podía opinar, ya que desconocía el tema o simplemente no sabía que decir, ya saben, hablaban de cosas que habían vivido juntas, otros amigos en común, etc. Anastacia lo notó, así que poco a poco fue desviando el tema a algo en el cual pudiéramos participar todas, eso me gustó. La verdad es que eran muy simpáticas, sobre todo Carolina, la más fría era Liz (no le gustaba su nombre completo, así que enseguida me dijo que le llamara así) pero al fin y al cabo todas eran unas buenas chicas.- ¿Y vas a ir el próximo viernes a la fiesta que organiza el tercero medio? –me preguntó Jesús.- La verdad es que no tenía idea de que había una fiesta.. –valla, hace como dos meses que no voy a una, ya saben, a la última que fui, fue la que me organizaron de despedida en Santiago.- Pues vamos todas juntas, y nos arreglamos en mi casa. Ese día mi mamá se vá a casa de su hermana, y mi padre trabaja hasta a la noche, ¡así que será una tarde de chicas! –propuso Carolina, muy entusiasta.- Pues yo me apunto. –dijo Liz.- ¡Yo también! –dijo Ania, cautivada por la idea.- Por su puesto que yo también. ¿Qué dices tu Sam?- No me queda otra alternativa. Además será entretenido.- ¡Así se habla Sami! –me dijo Carolina en tono cariñoso, cuanto quería a esa chica. Si, la conocía de recién, pero es que era simpatiquísima y muy adorable.En ese instante sonó el timbre, y corrimos hacia la entrada. Y ahí estaba, caminando con la cara roja, como cuando has llorado. ¿De qué me perdí?
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3.6.09
en
12:14
| Autora:
Nicole ♥
Me desperté como cualquier otro día. Nada fuera de lo común. Me lavé la cara y me peine. Adoraba mi cabello, hace más de 6 años que no me lo cortaba, y amaba el resultado. Lo que más quería de pequeña era tener el cabello al estilo "rapunzel" ya saben, extra largo. Me vestí con el uniforme (¡puaj!) y fuí al comedor. Ahí estaba mi madre haciendo hot-cakes (ñami, mi desayuno preferido) mientras Cris leia el periódico.
- Hola mamá.
- Hola cielo. Enseguida te sirvo el desayuno. -dijo mi madre, con el mismo tono de resfriado de ayer.
- ¿Qué tal la noche Sami? -me preguntó Cris.
- Normal, aunque no descansé mucho.
- Pues acuestate más temprano. -dijo medio reprochándome.
- ¿¡Qué!? si me acosté a las 11.00, ¿no te parece bien?
- Jajaja, es broma, es broma..
- Já já já -dije en tono irónico. Cris siempre me hacía ese tipo de bromas, las cuales no me causaban ni una pizca de gracia, mientras que el se mataba a risotadas.
Después de desayunar (y de cepillarme los dientes obviamente) me dirigí al colegio. Feliz, a ver a mi nueva amiga, y bueno, a mi.. novio. Si, a mi novio. A mi hermoso y amado novio.
Llegué al colegio y estaba Rocío en la entrada. Parece que había llegado un poco temprano. Nos sentamos en las mismas bancas que nos habíamos sentado hace un día y combersamos de todo un poco. Ella se había hecho nuevas amigas en su curso (que eran las que había visto con ella en algunos recreos) y bueno yo le conté con lujo de detalles lo de Fabián y también le comenté sobre Ania, mi amiga. Y sonó el timbre, asique nos dirijimos cada una a su clase.
Al entrar a mi clase, encontré a Ania sentada con otra chica, y ni siquiera me miró. Que mal educada. Miré al rededor y habían poquísimos asientos disponibles, o me apuraba, o me tendría que sentar con cualquier persona. Divisé en la última fila a ya saben quién, y me hiso señas de que fuera hacia allá. Me sonrojé y me negué, que vergüensa. ¿Estaría loco? jamás demostraba sentimientos en público y tampoco me caería muy bien que me presentara a sus amigos como "su novia". Pero ya saben, al final su encanto me convenció y tube que ir a donde él, lo que al final no resultó del todo malo.
Al estar a eso de un metro de su cuerpo, el se paró de su silla y me rodeó con sus fuertes brazos mi cintura y me acercó hacia él, lo que produjo diferentes tipos de chiflidos y gritos. Me sonrojé a más no poder, pero estaba feliz.
- Hola mi amor. ¿Te acuerdas de cuando nos conocimos? -a eso yo solo pude asentir. No me salian las palabras.- Bueno, ese tal "Camilo" que te dije, ese que me fué a buscar, es él, por si acaso no te recuerdas.
Entonces me saludo de beso (en la mejilla por su puesto) un muchacho largo y flaco, con el pelo enredado y despeinado de color bronce y ojos café oscuro, casi negro. Era muy guapo, pero más lo era Fabián.
- ¡Eh! es mi chica, no te pases. -dijo Fabián abrazandome más fuerte y corriendome hacia un lado, para que Camilo no pudiera darme el beso en la mejilla.
- Ya, ni que la fuera a raptar, tan solo la iva a saludar. Y bueno esto.. eh, ¿que iva a decir? ah.. ¡ya sé! me puedes decir Milo. ¿Conoces esa marca de cereales y de polvo para leche? así mismo. -me dijo simpáticamente. Parecía distraído y muy chistoso.
- Yo soy..
- Samantha. -me interrumpió "Milo" antes de que pudiera decir siquiera mi nombre.- Fabián no nos a parado de hablar sobre ti desde el día en que te vió en el Mc Donals, sé hasta de que marca eran los pantalones que llevabas ese día. Es apestante. -dijo agobiado.
- ¿No te dije yo que me enamoré perdidamente de ti? -me dijo Fabi, dandome un beso, no muy largo claro porque estabamos en medio de la sala de clases.
- ¡Ya! nada de escenitas aquí, ¿ok? y no es por nada pero la profesora entró hace 5 minutos y creo que ha observado todo. Valla lío. -dijo Milo asqueado.
Nos dimos vuelta todos, digo todos porque eramos Fabi, Milo, yo y otras chicas y chicos que al parecer eran amigos de ellos. Pero no alcanzó el tiempo de precentarnos. Corrímos ha sentarnos y comenzó la clase. Menos mal que la profesora no se percató de nuestra "escenita", si no me moriría de vergüensa. En este caso me senté con Fabián, y el no paró de darme besitos cada vez que la profesora se daba vuelta. Estaba en las nubes. A penas entendía si me hablaban.
Solo una cosa me despejó la mente. ¿Y Lucy? no me atreví a preguntar. ¿Donde estaría? si esque está por acá, ¿nos habrá visto?. Espero que no, pobre chica.
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No quise darle más vueltas al tema, así que decidí finalmente dejar de pensar en ello. En el recreo, le dije a Fabián que quería hablar con Ania, así que me separé de él por ese rato. Cuando al fin la encontré, entremedio de los cientos de jóvenes que estaban en el patio, la vi junto a tres chicas.- Hoy ni siquiera me has saludado. ¿Qué ocurre?- Y entonces le dije.. ¡ah! Hola Sam, ¿qué dices?- Que hoy no me has saludado, de hecho, ni siquiera me has mirado y apropósito, ¿quiénes son ellas?- Lo siento, lo siento.. es que estaba tan distraída con mis amigas, te dije que no las veía hace mucho. Este, te las presento. Ella es Carolina (señaló a una chica no tan guapa, pero se veía muy simpática, tenía el pelo negro más o menos largo y la piel blanquísima), ella es Lizeth (esta vez señaló a una chica que se veía muy madura, algo seria. Tenía unos ojos grises muy especiales, y el cabello rubio ceniza le caía hasta los hombros), y esta es Jesús (a la que me presentó era una chica bastante normal, con los ojos café claro y un cabello marrón claro muy lacio).Todas me saludaron de besos. Nos sentamos en las bancas donde siempre nos sentábamos con Ania y comenzamos a hablar. Los primeros minutos estuve algo incómoda, ya que hablaban de cosas sobre las cuales no podía opinar, ya que desconocía el tema o simplemente no sabía que decir, ya saben, hablaban de cosas que habían vivido juntas, otros amigos en común, etc. Anastacia lo notó, así que poco a poco fue desviando el tema a algo en el cual pudiéramos participar todas, eso me gustó. La verdad es que eran muy simpáticas, sobre todo Carolina, la más fría era Liz (no le gustaba su nombre completo, así que enseguida me dijo que le llamara así) pero al fin y al cabo todas eran unas buenas chicas.- ¿Y vas a ir el próximo viernes a la fiesta que organiza el tercero medio? –me preguntó Jesús.- La verdad es que no tenía idea de que había una fiesta.. –valla, hace como dos meses que no voy a una, ya saben, a la última que fui, fue la que me organizaron de despedida en Santiago.- Pues vamos todas juntas, y nos arreglamos en mi casa. Ese día mi mamá se vá a casa de su hermana, y mi padre trabaja hasta a la noche, ¡así que será una tarde de chicas! –propuso Carolina, muy entusiasta.- Pues yo me apunto. –dijo Liz.- ¡Yo también! –dijo Ania, cautivada por la idea.- Por su puesto que yo también. ¿Qué dices tu Sam?- No me queda otra alternativa. Además será entretenido.- ¡Así se habla Sami! –me dijo Carolina en tono cariñoso, cuanto quería a esa chica. Si, la conocía de recién, pero es que era simpatiquísima y muy adorable.En ese instante sonó el timbre, y corrimos hacia la entrada. Y ahí estaba, caminando con la cara roja, como cuando has llorado. ¿De qué me perdí?
Me desperté como cualquier otro día. Nada fuera de lo común. Me lavé la cara y me peine. Adoraba mi cabello, hace más de 6 años que no me lo cortaba, y amaba el resultado. Lo que más quería de pequeña era tener el cabello al estilo "rapunzel" ya saben, extra largo. Me vestí con el uniforme (¡puaj!) y fuí al comedor. Ahí estaba mi madre haciendo hot-cakes (ñami, mi desayuno preferido) mientras Cris leia el periódico.
- Hola mamá.
- Hola cielo. Enseguida te sirvo el desayuno. -dijo mi madre, con el mismo tono de resfriado de ayer.
- ¿Qué tal la noche Sami? -me preguntó Cris.
- Normal, aunque no descansé mucho.
- Pues acuestate más temprano. -dijo medio reprochándome.
- ¿¡Qué!? si me acosté a las 11.00, ¿no te parece bien?
- Jajaja, es broma, es broma..
- Já já já -dije en tono irónico. Cris siempre me hacía ese tipo de bromas, las cuales no me causaban ni una pizca de gracia, mientras que el se mataba a risotadas.
Después de desayunar (y de cepillarme los dientes obviamente) me dirigí al colegio. Feliz, a ver a mi nueva amiga, y bueno, a mi.. novio. Si, a mi novio. A mi hermoso y amado novio.
Llegué al colegio y estaba Rocío en la entrada. Parece que había llegado un poco temprano. Nos sentamos en las mismas bancas que nos habíamos sentado hace un día y combersamos de todo un poco. Ella se había hecho nuevas amigas en su curso (que eran las que había visto con ella en algunos recreos) y bueno yo le conté con lujo de detalles lo de Fabián y también le comenté sobre Ania, mi amiga. Y sonó el timbre, asique nos dirijimos cada una a su clase.
Al entrar a mi clase, encontré a Ania sentada con otra chica, y ni siquiera me miró. Que mal educada. Miré al rededor y habían poquísimos asientos disponibles, o me apuraba, o me tendría que sentar con cualquier persona. Divisé en la última fila a ya saben quién, y me hiso señas de que fuera hacia allá. Me sonrojé y me negué, que vergüensa. ¿Estaría loco? jamás demostraba sentimientos en público y tampoco me caería muy bien que me presentara a sus amigos como "su novia". Pero ya saben, al final su encanto me convenció y tube que ir a donde él, lo que al final no resultó del todo malo.
Al estar a eso de un metro de su cuerpo, el se paró de su silla y me rodeó con sus fuertes brazos mi cintura y me acercó hacia él, lo que produjo diferentes tipos de chiflidos y gritos. Me sonrojé a más no poder, pero estaba feliz.
- Hola mi amor. ¿Te acuerdas de cuando nos conocimos? -a eso yo solo pude asentir. No me salian las palabras.- Bueno, ese tal "Camilo" que te dije, ese que me fué a buscar, es él, por si acaso no te recuerdas.
Entonces me saludo de beso (en la mejilla por su puesto) un muchacho largo y flaco, con el pelo enredado y despeinado de color bronce y ojos café oscuro, casi negro. Era muy guapo, pero más lo era Fabián.
- ¡Eh! es mi chica, no te pases. -dijo Fabián abrazandome más fuerte y corriendome hacia un lado, para que Camilo no pudiera darme el beso en la mejilla.
- Ya, ni que la fuera a raptar, tan solo la iva a saludar. Y bueno esto.. eh, ¿que iva a decir? ah.. ¡ya sé! me puedes decir Milo. ¿Conoces esa marca de cereales y de polvo para leche? así mismo. -me dijo simpáticamente. Parecía distraído y muy chistoso.
- Yo soy..
- Samantha. -me interrumpió "Milo" antes de que pudiera decir siquiera mi nombre.- Fabián no nos a parado de hablar sobre ti desde el día en que te vió en el Mc Donals, sé hasta de que marca eran los pantalones que llevabas ese día. Es apestante. -dijo agobiado.
- ¿No te dije yo que me enamoré perdidamente de ti? -me dijo Fabi, dandome un beso, no muy largo claro porque estabamos en medio de la sala de clases.
- ¡Ya! nada de escenitas aquí, ¿ok? y no es por nada pero la profesora entró hace 5 minutos y creo que ha observado todo. Valla lío. -dijo Milo asqueado.
Nos dimos vuelta todos, digo todos porque eramos Fabi, Milo, yo y otras chicas y chicos que al parecer eran amigos de ellos. Pero no alcanzó el tiempo de precentarnos. Corrímos ha sentarnos y comenzó la clase. Menos mal que la profesora no se percató de nuestra "escenita", si no me moriría de vergüensa. En este caso me senté con Fabián, y el no paró de darme besitos cada vez que la profesora se daba vuelta. Estaba en las nubes. A penas entendía si me hablaban.
Solo una cosa me despejó la mente. ¿Y Lucy? no me atreví a preguntar. ¿Donde estaría? si esque está por acá, ¿nos habrá visto?. Espero que no, pobre chica.