Capítulo 11: Fabián y Samantha ♥
30.5.09
en
20:06
| Autora:
Nicole ♥
No sé cuantos minutos pasaron. Podía pasarme así toda la vida. Amandole, estando con él. Sé que parece un sentimiento apresurado, pero yo lo sentía así. Recuerdo que una vez de niña le dije a mi madre "puede que ame a algún hombre alguna vez, pero jamás lo amaré tanto como a tí" ahora esas palabras eran absurdas. Claro, la amaba muchísimo, pero este amor era diferente. Un amor tan puro, tan limpio, algo nuevo, algo digno de experimentar. Algo hermoso. Nunca me había sentido tan feliz, se me olvidaron todas mis preocupaciones y todos mis deberes, mis responsabilidades y mis ideales. Que locura amar a alguien de ese modo. Pero, ¿saben que es más loco? que esa persona te ame de igual forma a ti. Un delirio total.
Mientra le abrazaba, tenía los ojos cerrados. Disfrutanto el momento. Pero al parecer, más que un momento fue una hora o algo así, no lo podía creer cuando abrí los ojos, ya estaba atardeciendo. Me separe de un impulso de Fabián y me incorporé, cojí mi mochila (la cual había dejado en el suelo) y me dispuse a caminar, pero se me olvidaba lo más importante. ¿Qué era?
Pues claro, en un impulso medio frenético por el miedo a que mi madre me retara mezclado con la lejanía de mi casa, me olvide completamente de que la última hora había estado abrazada con mi enamorado, y que antes de eso le había besado. Me di la vuelta y corrí desesperadamente los pocos pasos que había dado hacia él, y poniendome de puntitas (el era algo más alto que yo) le abrazé. Él también se había parado y tenía cara de confusión. Le miré hacia arriba y le dije:
- Lo siento, fue solo un impulso.
- Al menos te despertaste, creía que no lo harías nunca. -¿despertarme? ¿de qué hablaba?
- Pero si yo no me he dormido. -añadí con confusión.
- Jajaja ya, cuentame que has estado asiendo con los ojos cerrados apollada en mi pecho la última hora. -dijo con tono burlesco. Ante eso me sonrojé.
- Esto.. yo.. disfrutaba de estar a tu lado, no me quería separar de ti.
- Te ves tan linda cuando te sonrojas -eso solo logró que me sonrojara más aun.
- Aún tenemos muchos años para estar juntos, ¿de qué te preocupas? -añadió con tono sumamente decidido. ¿A qué se refería? ¿somos novios ahora o qué?
- Entonces.. supongo que ahora somos nov.. digo.. esto.. ¿qué somos nosotros?
- Mira, ojala fuera así de simple. Yo ya te considero mi novia, pero claro que a las mujeres les gustan las cosas más formales. -en ese instante se separó un poco de mi, se agachó y apolló una rodilla en la arena y me tomó una mano (típica de cuando te piden matrimonio).
- ¿Quieres ser mi novia hasta que el destino nos separe o vivir siempre juntos y luego casarnos? -le quería gritar que si, pero algo me detenía. "O vivir siempre juntos y luego casarnos" eso era una declaración fuerte. Realmente estaba tan enamorado como yo, ¿o esa era su táctica para conquistar a chicas?
- Yo.. si quiero. -me sonrojé a más no poder. Que momento más único.
Se paró me abrazó con todas sus fuerzas. Casi me deja sin respirar. Él lo notó, me soltó y me tomo de las manos. Y me dijo:
- Lo siento, no mido mi fuerza. Esque siento la necesidad de meterte dentro de mi corazón, y abrazandote fuerte es la única forma que siento que estoy más cerca de hacerlo. -que ternura, es demaciado tierno. ¡Le amo tanto!
- Eres un ángel. No me quiero caer nunca de esta nube, pero cuidado con esos abrazos, que me puedes matar por dejarme sin respirar. -le dije reprochándoile, pero también con amor. Él me sonrió pícaramente, y me dijo:
- Esto si que te dejará sin respirar.
Y se me abalanzó. Me dio un beso apasionado tras otro, me mordía el labio inferior, me tenía agarrada de la cintura. Y bueno, yo como no soy tan tonta, aproveché y le devolví los besos. Cuando por fin lo dejamos, la verdad esque si, me quede sin respirar.
- ¿Ves que te dejé sin respirar? -dijo con un brillo especial en los ojos.
- No.. yo solo.. bueno si.. -admití finalmente.
- Apuesto a que te puedo matar de asfixia. -me sonrió de forma torcida (la sonrisa que me pone a mil) y me guiñó un ojo.- Pero obviamente no te quiero matar, que te amo mucho.
- Bueno, haber quien mata antes al otro.
Y bueno, esta vez yo fui la lanzada, me abalanzé a su cuerpo tan fuertemente que nos caímos al suelo. Como yo fuí la que lo empujó quedé encima de él, y bueno estaba con la falda del cole, asique eso hacia que cualquier hombre se quisiese aprovechar de la situación, pero el esperó paciente a que yo tomara la iniciativa, que buen chico. Me acerqué a su cara y volvímos a lo anterior; más y más besos apasionados, llenos de amor y de deseo. Esta vez era su turno, asique me volteó rápidamente quedando esta vez él encima mio, claro que él era mucho más pesado, y lo sabía, asique no cargo nada de su peso y con las manos apolladas en la arena (al lado de mi cabeza, una a cada lado) se acerco, y bueno adivinen en que nos pasamos los 10 minutos siguientes. Si pensaron en besos y más besos, acertaron.
Encontré el momento adecuado para detenernos. Ya era tarde, casi estaba oscuro y estaba llena de arena. Además, no había almorazado ni nada, y había faltado a física (tenía clases de física esta tarde, ¡ouch!) asique me separe de él, me levante y sin perder tiempo comenzé a sacudirme la arena.
- ¿Esque no te han gustado mis besos? -me dijo con carita de niñito triste. Que ternura.
- Ay, obvio que si Fabi (ahora que tenía tanta confianza con él, como no decirle así) pero esque mira la hora que es, ¡y tengo un hambre que no te cuento!
- No será de esto, ¿o si? - dijo tomándome de la cintura y tomándome la mejilla con la otra mano.
- Ya basta, es mucho por hoy, ¿no te parece? me he saltado física, digo NOS HEMOS saltado física, no he almorzado y mi madre se va a enojar muchísimo conmigo por la hora que estoy llegando a casa.
- Ya vale, nos vamos.
Y partimos. A su lado el tiempo pasaba increíblemente rápido, era impresionante. A eso de segundos estabamos afuera de mi casa, me había ido a dejar. ¿No es lindo?
- ¿Ya estás feliz? -dijo un tanto enojado. Supuse que no se quería despegar de mi. Lo comprendia a la perfección, pero yo no era tan inmadura.
- Ya dejalo, pareces de esos niños mimados de la televisión.
- Pero esque no me quiero separar de ti, ahora que somos esto.. novios, no sé, siento que te voy a perder.. ¿por qué no me invitas a cenar? -tal cono intuí, cada vez le conocía mejor.
- ¿Te has pegado en la cabeza? -en mi vida mi madre me había dejado llevar chicos a mi casa. Ya saben, sobreprotectora o que se yo. No le gustaba que tubiera amigos hombres. A penas pasaba a Gaspi.
- Esta bien, esta bien.. nos vemos mañana supongo.. y bueno me voy..
- Que duermas bien y esto.. chao.
En ese momento los dos nos dimos vuelta, quedando de espaldas, para yo entrar a mi casa y él para dirijirse a la suya, pero, inevitablemente, nos vulvimos a dar vuelta quedando el uno al frente del otro y nos besamos. ¿Una despedida sin beso? ni lo sueñes.
Y hasta que se fué. Costó un poco pero, finalmente se fué. Me sentía liviana, feliz, gloriosa. Me sentia conquistada, enamorada. Sentía que mi corazón estaba lleno, me sentía satisfecha. Totalmente feliz. Oh oh.. ahora tenía que enfrentar a mi madre.. ¿qué le iva a decir? tal vez que..
- Hola Sam, ¿comó estas? -interrumpió mis pensamientos mi madre, la cual me dijo todo esto con tono gangoso, como cuando estas resfriada. Tenía los ojos rojos y la cara hinchada. ¿Qué le había pasado?
- ¡¡Mamá!! ¿qué te ha pasado?
- Pues nada.. no ves que me he resfriado..
- Vaya, que en la mañana no estabas así.. fue todo muy rápido no.. pero bueno, ya se pasará.
- Eso espero. Buenas noches hija.
- Buenas noches mamá -le dije con todo un poco extrañada, si, ya estaba oscuro y me había demorado mucho, pero tan de noche no era, por lo menos yo no me iva a acostar, eran recién ¡las 19.47! bueno, como comprenderán, en otoño aca en Chile ya esta oscureciendo bien temprano..
Las siguientes horas se me pasaron volando. Entre tantas ideas e iluciones, no me quedo tiempo más que para pensar. Que bello día, quizás que me esperaba para mañana. Llegó la hora de acostarce y así lo hise. Estaba cansada.
Mañana sería un nuevo día.
Mientra le abrazaba, tenía los ojos cerrados. Disfrutanto el momento. Pero al parecer, más que un momento fue una hora o algo así, no lo podía creer cuando abrí los ojos, ya estaba atardeciendo. Me separe de un impulso de Fabián y me incorporé, cojí mi mochila (la cual había dejado en el suelo) y me dispuse a caminar, pero se me olvidaba lo más importante. ¿Qué era?
Pues claro, en un impulso medio frenético por el miedo a que mi madre me retara mezclado con la lejanía de mi casa, me olvide completamente de que la última hora había estado abrazada con mi enamorado, y que antes de eso le había besado. Me di la vuelta y corrí desesperadamente los pocos pasos que había dado hacia él, y poniendome de puntitas (el era algo más alto que yo) le abrazé. Él también se había parado y tenía cara de confusión. Le miré hacia arriba y le dije:
- Lo siento, fue solo un impulso.
- Al menos te despertaste, creía que no lo harías nunca. -¿despertarme? ¿de qué hablaba?
- Pero si yo no me he dormido. -añadí con confusión.
- Jajaja ya, cuentame que has estado asiendo con los ojos cerrados apollada en mi pecho la última hora. -dijo con tono burlesco. Ante eso me sonrojé.
- Esto.. yo.. disfrutaba de estar a tu lado, no me quería separar de ti.
- Te ves tan linda cuando te sonrojas -eso solo logró que me sonrojara más aun.
- Aún tenemos muchos años para estar juntos, ¿de qué te preocupas? -añadió con tono sumamente decidido. ¿A qué se refería? ¿somos novios ahora o qué?
- Entonces.. supongo que ahora somos nov.. digo.. esto.. ¿qué somos nosotros?
- Mira, ojala fuera así de simple. Yo ya te considero mi novia, pero claro que a las mujeres les gustan las cosas más formales. -en ese instante se separó un poco de mi, se agachó y apolló una rodilla en la arena y me tomó una mano (típica de cuando te piden matrimonio).
- ¿Quieres ser mi novia hasta que el destino nos separe o vivir siempre juntos y luego casarnos? -le quería gritar que si, pero algo me detenía. "O vivir siempre juntos y luego casarnos" eso era una declaración fuerte. Realmente estaba tan enamorado como yo, ¿o esa era su táctica para conquistar a chicas?
- Yo.. si quiero. -me sonrojé a más no poder. Que momento más único.
Se paró me abrazó con todas sus fuerzas. Casi me deja sin respirar. Él lo notó, me soltó y me tomo de las manos. Y me dijo:
- Lo siento, no mido mi fuerza. Esque siento la necesidad de meterte dentro de mi corazón, y abrazandote fuerte es la única forma que siento que estoy más cerca de hacerlo. -que ternura, es demaciado tierno. ¡Le amo tanto!
- Eres un ángel. No me quiero caer nunca de esta nube, pero cuidado con esos abrazos, que me puedes matar por dejarme sin respirar. -le dije reprochándoile, pero también con amor. Él me sonrió pícaramente, y me dijo:
- Esto si que te dejará sin respirar.
Y se me abalanzó. Me dio un beso apasionado tras otro, me mordía el labio inferior, me tenía agarrada de la cintura. Y bueno, yo como no soy tan tonta, aproveché y le devolví los besos. Cuando por fin lo dejamos, la verdad esque si, me quede sin respirar.
- ¿Ves que te dejé sin respirar? -dijo con un brillo especial en los ojos.
- No.. yo solo.. bueno si.. -admití finalmente.
- Apuesto a que te puedo matar de asfixia. -me sonrió de forma torcida (la sonrisa que me pone a mil) y me guiñó un ojo.- Pero obviamente no te quiero matar, que te amo mucho.
- Bueno, haber quien mata antes al otro.
Y bueno, esta vez yo fui la lanzada, me abalanzé a su cuerpo tan fuertemente que nos caímos al suelo. Como yo fuí la que lo empujó quedé encima de él, y bueno estaba con la falda del cole, asique eso hacia que cualquier hombre se quisiese aprovechar de la situación, pero el esperó paciente a que yo tomara la iniciativa, que buen chico. Me acerqué a su cara y volvímos a lo anterior; más y más besos apasionados, llenos de amor y de deseo. Esta vez era su turno, asique me volteó rápidamente quedando esta vez él encima mio, claro que él era mucho más pesado, y lo sabía, asique no cargo nada de su peso y con las manos apolladas en la arena (al lado de mi cabeza, una a cada lado) se acerco, y bueno adivinen en que nos pasamos los 10 minutos siguientes. Si pensaron en besos y más besos, acertaron.
Encontré el momento adecuado para detenernos. Ya era tarde, casi estaba oscuro y estaba llena de arena. Además, no había almorazado ni nada, y había faltado a física (tenía clases de física esta tarde, ¡ouch!) asique me separe de él, me levante y sin perder tiempo comenzé a sacudirme la arena.
- ¿Esque no te han gustado mis besos? -me dijo con carita de niñito triste. Que ternura.
- Ay, obvio que si Fabi (ahora que tenía tanta confianza con él, como no decirle así) pero esque mira la hora que es, ¡y tengo un hambre que no te cuento!
- No será de esto, ¿o si? - dijo tomándome de la cintura y tomándome la mejilla con la otra mano.
- Ya basta, es mucho por hoy, ¿no te parece? me he saltado física, digo NOS HEMOS saltado física, no he almorzado y mi madre se va a enojar muchísimo conmigo por la hora que estoy llegando a casa.
- Ya vale, nos vamos.
Y partimos. A su lado el tiempo pasaba increíblemente rápido, era impresionante. A eso de segundos estabamos afuera de mi casa, me había ido a dejar. ¿No es lindo?
- ¿Ya estás feliz? -dijo un tanto enojado. Supuse que no se quería despegar de mi. Lo comprendia a la perfección, pero yo no era tan inmadura.
- Ya dejalo, pareces de esos niños mimados de la televisión.
- Pero esque no me quiero separar de ti, ahora que somos esto.. novios, no sé, siento que te voy a perder.. ¿por qué no me invitas a cenar? -tal cono intuí, cada vez le conocía mejor.
- ¿Te has pegado en la cabeza? -en mi vida mi madre me había dejado llevar chicos a mi casa. Ya saben, sobreprotectora o que se yo. No le gustaba que tubiera amigos hombres. A penas pasaba a Gaspi.
- Esta bien, esta bien.. nos vemos mañana supongo.. y bueno me voy..
- Que duermas bien y esto.. chao.
En ese momento los dos nos dimos vuelta, quedando de espaldas, para yo entrar a mi casa y él para dirijirse a la suya, pero, inevitablemente, nos vulvimos a dar vuelta quedando el uno al frente del otro y nos besamos. ¿Una despedida sin beso? ni lo sueñes.
Y hasta que se fué. Costó un poco pero, finalmente se fué. Me sentía liviana, feliz, gloriosa. Me sentia conquistada, enamorada. Sentía que mi corazón estaba lleno, me sentía satisfecha. Totalmente feliz. Oh oh.. ahora tenía que enfrentar a mi madre.. ¿qué le iva a decir? tal vez que..
- Hola Sam, ¿comó estas? -interrumpió mis pensamientos mi madre, la cual me dijo todo esto con tono gangoso, como cuando estas resfriada. Tenía los ojos rojos y la cara hinchada. ¿Qué le había pasado?
- ¡¡Mamá!! ¿qué te ha pasado?
- Pues nada.. no ves que me he resfriado..
- Vaya, que en la mañana no estabas así.. fue todo muy rápido no.. pero bueno, ya se pasará.
- Eso espero. Buenas noches hija.
- Buenas noches mamá -le dije con todo un poco extrañada, si, ya estaba oscuro y me había demorado mucho, pero tan de noche no era, por lo menos yo no me iva a acostar, eran recién ¡las 19.47! bueno, como comprenderán, en otoño aca en Chile ya esta oscureciendo bien temprano..
Las siguientes horas se me pasaron volando. Entre tantas ideas e iluciones, no me quedo tiempo más que para pensar. Que bello día, quizás que me esperaba para mañana. Llegó la hora de acostarce y así lo hise. Estaba cansada.
Mañana sería un nuevo día.
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Capítulo 10: Sorpresas ♥
22.5.09
en
12:25
| Autora:
Nicole ♥
Me quedé al rededor de media hora pensando en lo ocurrido, no lo podía creer. Mañana volvería a verlo, en algo así como una cita. Aunque, no sé muy bien como lo va a llevar Lucy. Creo que me gané una nueva enemiga. Genial, no llevaba ni siquiera dos semanas y ya tenía una enemiga.. pero bueno, también tenía a un amor. De repente, siento que algo comienza a vibrar. Me quedé pensando que podía ser. ¡¡Claro!! mi celular, que torpe soy.
- ¿Diga?
- ¡Sam! te estoy esperando hace muchísimo rato, ¿estás bien? ¿dónde estás? ¿te raptaron? ¡¡responde hija, hija!! -mi madre es muy exagerada, pero bueno, la entiendo, era mi primer día de clases y además llegaría tarde a casa.. debe ser frustrante para ella.
- Mamá.. estoy bien.. me quede en el colegio un rato mas a.. esto.. a ¡estudiar! -mm.. no era muy buena excusa, pero luego inventaría algo mejor para explicarselo a mamá..
- Bueno, pero me llamas si te vas a quedar más rato, me tenías muy preocupada, vente inmediatamente o voy a mandar a los carabineros a buscarte.
- Ya voy, ya voy, hasta luego. -y corté.
Dios, que exagerada mi mamá. Salí del "escondite" y luego salí del colegio. Caminaba despacio por la vereda, paso a paso, igual que en la mañana. Cuidadosamente. Había un cálido sol, como de otoño, pero aun con un rastro de verano, agradable, no como el sol asfixiante de verano. A eso de los 20 minutos y algo llegué a mi casa. Mi mamá me esperaba junto con Cris, Rosi, mi tía Loreto, Isa, Gaspi, Alex y Cata. Rayos, se me había olvidado por completo que hoy era mi cumpleaños. Era la mejor sorpresa que mi madre y Cris me podían dar, traer a mis mejores amigos, aunque solo sea por un día. Por eso estaba nerviosa y alterada, porque no entendía mi retraso. Todos mis amigos, se me avalanzaron, luego de muchos abrazos, besos y felicitaciones, vino mi prima y me abrazó. No entendía porque en la mañana no lo había hecho, era extraño. Quizás no se había acordado.
- ¡¡Saaaaaaam!! te extrañaba tanto tanto. -dijo mi amiga Isa, con lágrimas en los ojos.
- Y yo. -dijo Gaspi intentando no quedar de lado.
- Y yo. -dijo Alex (otro de mis mejores amigos) también intentando no quedar de lado.
- ¿Y tu crees que yo no? o tienes retraso mental, o eres muy torpe para no darte cuenta de todo lo que te extrañabamos. -dijo Cata, una gran amiga, aunque no tanto como Isa. Ella siempre estaba con su humor un tanto cruel. Todos no reimos.
- Esto.. ¿conocen a mi prima? -dije yo, incorporando a Rosi.
- Claro que si, la hemos conocido antes organizando todo esto, es muy guapa. -dijo mi amigo Alex, mirando de forma poco caballerosa a mi prima, la verdad, esque era un poco lanzado.
- Mmm.. Sam, ¿y cómo lo llevas? supongo que 16 son varios años ¿no? -dijo mi prima, intentando evadir las miradas de Alex.
- Claro, pero bueno, uno tiene que envejecer algún día. A propósito, ¿porqué en la mañana no me saludaste?
- Esque era parte de la sorpresa hacerme la indiferente para que no le prestaras atención a que era tu cumpleaños, y luego te sobresaltaras más o algo así.
- Se han pasado chicos, y bueno, mamá también ha hecho lo suyo. Yo no me meresco esto. Mamá esta es la mejor sorpresa que has podido hacerme. De verdad, eres lo mejor. -dije de forma emocionada y la abrazé.
- Bueno, es lo mínimo que una hija como tu se merece. -todos se enternecieron ante la escena "madre e hija"
Después de el recivimiento, nos fuimos a almorzar a un restaurant de por ahí, la comida era exquisita. Estaba tan feliz, hace mucho que no era tan pero tan feliz. Luego de almorzar, mi prima Rosi y mi tía ya se fueron a su casa y mi madre y Cris se volvieron a nuestra casa. Asique, yo y mis amigos nos quedamos hablando y hablando toda la tarde, contandonos las cosas que nos habían pasado en este tiempo y un sin fin de cosas de jóvenes. No lo podía creer, ¡Isa estaba de novia con un chico nuevo de mi antiguo colegio! y Alex ya llevaba 2 novias este año, pero bueno, como él es, no duraron mucho. Catalina y Gaspar aunque no lo quieran, se nota que ahí pasa algo, aunque, aun nada confirmado. Se nos pasó la tarde volando, bueno, algún día tenía que llegar el final de este maravilloso día. Los fuí a dejar al terminal y nos despedímos. No quería que se fueran, hasta solté algunas lágrimas, quería que se quedaran para siempre cerca mio. Bueno, al final se fueron, y yo me volví a mi casa. No sabía si estar feliz por él maravilloso día que había tenido, o triste porque mis queridos amigos se habían marchado. Creo que sería mejor estar feliz, y conservar para siempre este maravillso momento en mi corazón. Ya en mi casa, cenamos y hablamos de este día. No mencioné mucho de la mañana en el colegio, no me interesaba comentarle hacerca de eso a mi madre y a Cris. Estaba tan feliz, con Fabián y la visita de mis amigos me sentía dichosa.
Luego de cenar, me duché y arreglé mis cosas para la mañana siguiente. Cuando desperté me sentía genial. Había dormido muy bien y estaba descansadísima. Me arreglé en un rato y me vestí con el uniforme. Fuí a desayunar, pero no había nadie en la cocina ni en el comedor, supuse que estarían durmiendo. Asique me serví cereales con leche.
Luego fuí al colegio. Y bueno, ahí estaba él. Tan hermoso como siempre, solo le sonreí y el me devolvió la sonrisa, no tubimos tiempo para hablar, puesto que la profesora ya había llegado. Las clases se pasaron volando, y mega aburridas también. En el recreo, salímos con Ania y le conté lo de ayer, estaba fasinada.
- Ya quisiera yo que me isieran algo así, y a propósito, ¡feliz cumpleñaos atrasado! no tenía idea, asique estás obligada a perdonarmepor no saludarte ayer jaja.
- Buen intento jaja.
- Bueno, ¿nos vamos? ya va a tocar la campana. Oye, mis amigas me dijeron que se habían ido una semana a la playa antes de que se acabaran los días de sol, asique en unos días estarán de vuelta, ahí te la spresentaré.
- No hay problema.
Entramos a clases y todo bien, aunque me tocaba física, sinceramente no le pego a esa asignatura, por suerte el profesor es simpático, y acepta mis reiterados equívocos. Las otras clases que tenía (lengua castellana y álgebra) se me daban mejor, aunque son igual de aburridas. Al salir de clases, a Ania ya la estaban esperando, asique se despidió y se fué, yo estaba dando la vuelta a la cuadra, dirijiéndome a mi casa, cuando una mano masculina y firme me agarra el hombro y me para en seco. Era Fabián, me quedé media paralizada, quería ver hacia todos lados para asegurarme de que nadie nos iva a ver, pero recorde que hoy no había venido Lucy, asique si ella no estaba, todo tomaba menos importancia. Me di vuelta en dos segundos y me quedé mirándolo, observándo su belleza. Hipnotizada por su mirada, y al parecer, el por la mia. No podía ver a nadie más que a él, estaba sumida en sus ojos. No sé cuanto rato habrá pasado, pero para mi fue eterno ese momento.
- Feliz cumpleaños atrasado. -dijo con una sonrisa que cegaría a cualquiera.
- ¿Cómo supiste de mi cumpleaños?
- Bueno, eso no importa, ahora te quiero llevar a un lugar, y darte una sorpresa. -dijo tiernamente, ¿más sorpresas? pensé yo.
- Esta bien.. -dije embobada- pero disculpame un segundo, tengo que hacer una llamada.
- No hay problema.
Llamé a mi madre y le dije que me iría a almorzar a la casa de una amiga y que llegaría más tarde porque luego me quedaría a estudiar en su casa, lo cual era una rotunda mentira. Ella se alegró de que estubiera haciendo nuevas amigas. Luego, caminamos largo rato con Fabián, quizás demaciado. Perdí la noción del tiempo. No hablábamos, solo nos mirábamos y nos sonreíamos, lo decíamos todo con los ojos. Cada segundo me enamoraba más de él. Al fin, llegámos a un sitio, dentro de la playa. Era hermoso, aunque no más que él. El sol de otoño, cálido y afectuoso, hacía qué todo tubiera un ambiente familiar.
- Bueno, aquí estamos. ¿Cómo lo encuentras? -dijo glorioso, había notado que el lugar me había encantado.
- Esto.. es precioso, es maravilloso. -dije mientras me sentaba en una roca larga, para poder observar el mar.
- Que bien que te gustó. -dijo mientras se sentaba en la misma roca donde yo me había sentado, se sentó al lado mio, pegado a mi cuerpo, aunque ubiera espacio para dos personas más alla. Me comenzé a poner nerviosa.
Nos quedamos así largo rato observando el paisaje. En ese momento uno de sus brazos se desliza por mi cintura y me abraza, obligando a pegarme más aun. A su vez, yo con mis brazos, le abrazé, encerrando su cuello y apollando mi cabeza en su pecho.
- Estoy enamorada de ti. -dije tan, tan naturalmente, que ni yo me lo creía. Me sentía tan bien con él, tan protegida, sentía que nadie podía separarnos.
- Yo también estoy enamorado de ti. Desde que te ví no te e podido olvidar, tu mirada me hipnotizó. -dijo de la misma forma que yo, seguro de si mismo.
Entonces me abrazó con más fuerza, y con su otra mano me levantó la barbilla, y me besó. Fue un beso dulce, largo, tierno, con mucho amor, fue hermoso. Luego la misma mano con la que tenía levantada mi barbilla, me la puso en la cintura, y me abrazó más fuerte aún, y me susurró al oido: "Te amo".
- ¿Diga?
- ¡Sam! te estoy esperando hace muchísimo rato, ¿estás bien? ¿dónde estás? ¿te raptaron? ¡¡responde hija, hija!! -mi madre es muy exagerada, pero bueno, la entiendo, era mi primer día de clases y además llegaría tarde a casa.. debe ser frustrante para ella.
- Mamá.. estoy bien.. me quede en el colegio un rato mas a.. esto.. a ¡estudiar! -mm.. no era muy buena excusa, pero luego inventaría algo mejor para explicarselo a mamá..
- Bueno, pero me llamas si te vas a quedar más rato, me tenías muy preocupada, vente inmediatamente o voy a mandar a los carabineros a buscarte.
- Ya voy, ya voy, hasta luego. -y corté.
Dios, que exagerada mi mamá. Salí del "escondite" y luego salí del colegio. Caminaba despacio por la vereda, paso a paso, igual que en la mañana. Cuidadosamente. Había un cálido sol, como de otoño, pero aun con un rastro de verano, agradable, no como el sol asfixiante de verano. A eso de los 20 minutos y algo llegué a mi casa. Mi mamá me esperaba junto con Cris, Rosi, mi tía Loreto, Isa, Gaspi, Alex y Cata. Rayos, se me había olvidado por completo que hoy era mi cumpleaños. Era la mejor sorpresa que mi madre y Cris me podían dar, traer a mis mejores amigos, aunque solo sea por un día. Por eso estaba nerviosa y alterada, porque no entendía mi retraso. Todos mis amigos, se me avalanzaron, luego de muchos abrazos, besos y felicitaciones, vino mi prima y me abrazó. No entendía porque en la mañana no lo había hecho, era extraño. Quizás no se había acordado.
- ¡¡Saaaaaaam!! te extrañaba tanto tanto. -dijo mi amiga Isa, con lágrimas en los ojos.
- Y yo. -dijo Gaspi intentando no quedar de lado.
- Y yo. -dijo Alex (otro de mis mejores amigos) también intentando no quedar de lado.
- ¿Y tu crees que yo no? o tienes retraso mental, o eres muy torpe para no darte cuenta de todo lo que te extrañabamos. -dijo Cata, una gran amiga, aunque no tanto como Isa. Ella siempre estaba con su humor un tanto cruel. Todos no reimos.
- Esto.. ¿conocen a mi prima? -dije yo, incorporando a Rosi.
- Claro que si, la hemos conocido antes organizando todo esto, es muy guapa. -dijo mi amigo Alex, mirando de forma poco caballerosa a mi prima, la verdad, esque era un poco lanzado.
- Mmm.. Sam, ¿y cómo lo llevas? supongo que 16 son varios años ¿no? -dijo mi prima, intentando evadir las miradas de Alex.
- Claro, pero bueno, uno tiene que envejecer algún día. A propósito, ¿porqué en la mañana no me saludaste?
- Esque era parte de la sorpresa hacerme la indiferente para que no le prestaras atención a que era tu cumpleaños, y luego te sobresaltaras más o algo así.
- Se han pasado chicos, y bueno, mamá también ha hecho lo suyo. Yo no me meresco esto. Mamá esta es la mejor sorpresa que has podido hacerme. De verdad, eres lo mejor. -dije de forma emocionada y la abrazé.
- Bueno, es lo mínimo que una hija como tu se merece. -todos se enternecieron ante la escena "madre e hija"
Después de el recivimiento, nos fuimos a almorzar a un restaurant de por ahí, la comida era exquisita. Estaba tan feliz, hace mucho que no era tan pero tan feliz. Luego de almorzar, mi prima Rosi y mi tía ya se fueron a su casa y mi madre y Cris se volvieron a nuestra casa. Asique, yo y mis amigos nos quedamos hablando y hablando toda la tarde, contandonos las cosas que nos habían pasado en este tiempo y un sin fin de cosas de jóvenes. No lo podía creer, ¡Isa estaba de novia con un chico nuevo de mi antiguo colegio! y Alex ya llevaba 2 novias este año, pero bueno, como él es, no duraron mucho. Catalina y Gaspar aunque no lo quieran, se nota que ahí pasa algo, aunque, aun nada confirmado. Se nos pasó la tarde volando, bueno, algún día tenía que llegar el final de este maravilloso día. Los fuí a dejar al terminal y nos despedímos. No quería que se fueran, hasta solté algunas lágrimas, quería que se quedaran para siempre cerca mio. Bueno, al final se fueron, y yo me volví a mi casa. No sabía si estar feliz por él maravilloso día que había tenido, o triste porque mis queridos amigos se habían marchado. Creo que sería mejor estar feliz, y conservar para siempre este maravillso momento en mi corazón. Ya en mi casa, cenamos y hablamos de este día. No mencioné mucho de la mañana en el colegio, no me interesaba comentarle hacerca de eso a mi madre y a Cris. Estaba tan feliz, con Fabián y la visita de mis amigos me sentía dichosa.
Luego de cenar, me duché y arreglé mis cosas para la mañana siguiente. Cuando desperté me sentía genial. Había dormido muy bien y estaba descansadísima. Me arreglé en un rato y me vestí con el uniforme. Fuí a desayunar, pero no había nadie en la cocina ni en el comedor, supuse que estarían durmiendo. Asique me serví cereales con leche.
Luego fuí al colegio. Y bueno, ahí estaba él. Tan hermoso como siempre, solo le sonreí y el me devolvió la sonrisa, no tubimos tiempo para hablar, puesto que la profesora ya había llegado. Las clases se pasaron volando, y mega aburridas también. En el recreo, salímos con Ania y le conté lo de ayer, estaba fasinada.
- Ya quisiera yo que me isieran algo así, y a propósito, ¡feliz cumpleñaos atrasado! no tenía idea, asique estás obligada a perdonarmepor no saludarte ayer jaja.
- Buen intento jaja.
- Bueno, ¿nos vamos? ya va a tocar la campana. Oye, mis amigas me dijeron que se habían ido una semana a la playa antes de que se acabaran los días de sol, asique en unos días estarán de vuelta, ahí te la spresentaré.
- No hay problema.
Entramos a clases y todo bien, aunque me tocaba física, sinceramente no le pego a esa asignatura, por suerte el profesor es simpático, y acepta mis reiterados equívocos. Las otras clases que tenía (lengua castellana y álgebra) se me daban mejor, aunque son igual de aburridas. Al salir de clases, a Ania ya la estaban esperando, asique se despidió y se fué, yo estaba dando la vuelta a la cuadra, dirijiéndome a mi casa, cuando una mano masculina y firme me agarra el hombro y me para en seco. Era Fabián, me quedé media paralizada, quería ver hacia todos lados para asegurarme de que nadie nos iva a ver, pero recorde que hoy no había venido Lucy, asique si ella no estaba, todo tomaba menos importancia. Me di vuelta en dos segundos y me quedé mirándolo, observándo su belleza. Hipnotizada por su mirada, y al parecer, el por la mia. No podía ver a nadie más que a él, estaba sumida en sus ojos. No sé cuanto rato habrá pasado, pero para mi fue eterno ese momento.
- Feliz cumpleaños atrasado. -dijo con una sonrisa que cegaría a cualquiera.
- ¿Cómo supiste de mi cumpleaños?
- Bueno, eso no importa, ahora te quiero llevar a un lugar, y darte una sorpresa. -dijo tiernamente, ¿más sorpresas? pensé yo.
- Esta bien.. -dije embobada- pero disculpame un segundo, tengo que hacer una llamada.
- No hay problema.
Llamé a mi madre y le dije que me iría a almorzar a la casa de una amiga y que llegaría más tarde porque luego me quedaría a estudiar en su casa, lo cual era una rotunda mentira. Ella se alegró de que estubiera haciendo nuevas amigas. Luego, caminamos largo rato con Fabián, quizás demaciado. Perdí la noción del tiempo. No hablábamos, solo nos mirábamos y nos sonreíamos, lo decíamos todo con los ojos. Cada segundo me enamoraba más de él. Al fin, llegámos a un sitio, dentro de la playa. Era hermoso, aunque no más que él. El sol de otoño, cálido y afectuoso, hacía qué todo tubiera un ambiente familiar.
- Bueno, aquí estamos. ¿Cómo lo encuentras? -dijo glorioso, había notado que el lugar me había encantado.
- Esto.. es precioso, es maravilloso. -dije mientras me sentaba en una roca larga, para poder observar el mar.
- Que bien que te gustó. -dijo mientras se sentaba en la misma roca donde yo me había sentado, se sentó al lado mio, pegado a mi cuerpo, aunque ubiera espacio para dos personas más alla. Me comenzé a poner nerviosa.
Nos quedamos así largo rato observando el paisaje. En ese momento uno de sus brazos se desliza por mi cintura y me abraza, obligando a pegarme más aun. A su vez, yo con mis brazos, le abrazé, encerrando su cuello y apollando mi cabeza en su pecho.
- Estoy enamorada de ti. -dije tan, tan naturalmente, que ni yo me lo creía. Me sentía tan bien con él, tan protegida, sentía que nadie podía separarnos.
- Yo también estoy enamorado de ti. Desde que te ví no te e podido olvidar, tu mirada me hipnotizó. -dijo de la misma forma que yo, seguro de si mismo.
Entonces me abrazó con más fuerza, y con su otra mano me levantó la barbilla, y me besó. Fue un beso dulce, largo, tierno, con mucho amor, fue hermoso. Luego la misma mano con la que tenía levantada mi barbilla, me la puso en la cintura, y me abrazó más fuerte aún, y me susurró al oido: "Te amo".
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Capítulo 9: Enfrentamiento ♥
18.5.09
en
17:07
| Autora:
Nicole ♥
Las clases siguieron de lo más aburridas. Como era el primer día de clases, solo hablamos de lo que ívamos a ver durante el semestre, las unidades y todo eso. Pasaron algunos papeles inútiles y nos dieron nuestro horario. Como estabamos un tanto atrás a ratos nos poníamos a conversar con Ania (Anastacia, así me dijo que le dijera) aunque en un momento la profesora se quejó, asique decidímos parar.
Salímos a recreo y bueno, salí con mi nueva amiga. Pense que Rosi estaría muy sola, pero al salir al patio me pillé con un grupito, y entre ese grupito resaltaba su larga melena rubia, asique supuse que había hecho nuevas amigas. Que bien, no quise interrumpirlas. Nos sentamos en unas de las bancas y conversamos de lo lindo. Le conté todo lo de Fabián. Quedó boquiabierta. Aunque, pareciera que tenía una chispa de alegría en sus ojos, era como si se alegrara de mi. Por su parte, averigüe que ella estaba desde el año antepasado en este colegio, y que sus padres eran separados, pero que no le importaba porque ella los podía seguir viendo a los dos. Tiene un hermano y una hermana. Que genial, lo que daría yo por tener hermanos, aunque aveces sean una molestia. También supe, que sorprendentemente Lucy era la EX de Fabián, y que por eso eran tan distantes, y que Lucy como aún sigue enamorada de Fabián, habló con la profesora para que los sentaran juntos, Fabián se enojó muchísimo porque él sabía que Lucy es la preferida de la profesora, asique todo había sido intensionado.
Luego de hablar de cosas importantes, y de que me explicara con quien era más conveniente que mantubiera distancia, me dijo que me quería precentar a algunas amigas de ella, pero que hoy no habían venido. Eran unas flojas. De la nada Ania se puso sumamente nerviosa, y comenzó a mirar hacia todos lados. No entendía. ¿Qué iva mal? solo lo comprendí cuando miré hacia atrás. Y, allí estaba Lucy, caminando hacia nosotras, con un rostro de muerto en vida. Me asusté muchísimo. No sabía lo que me diría.
- ¡Hola Anastacia! ¿cómo te encuentras? -dijo con un tono muy, muy sínico.
- Mmm.. asquerosamente mal ahora que estas cerca mio.
- Pues entonces déjanos solas que necesito hablar con la malcriada esta. -dijo fulminando con la mirada a Ania. Le supliqué con los ojos que no se fuera, pero sabía que esto era entre Lucy y yo. Cuando nos dejó solas, me dijo con tono de ira:
- ¿¡Tu quién te crees que eres para llegar de la nada a coquetiarle a MI novio!?
- Lo si siento.. no sabía que era tu novio, pero de todas formas yo no..
- Nada de peros. ¡Como te vuelva a ver yo..! ¡¡Tín tín tín tín!! -sonó la campana muy fuerte. Tal como el dicho, me salvó la campana. Salí casi corriendo de la fiera que estaba suelta. Pareciera que me iva a comer con los ojos.
Cuando la perdí, me dirigí cabizbaja hacia mi sala. Pude ver de reojo como Fabián me mirada desde otro ángulo. No lo miré, pero sabía que era él. En clases sentí la misma sensación cuando él se me quedaba viendo. Tenía que ser él. A mi prima no la ví en todo el recreo, debío de estar muy ocupada haciendo amigas mientras a mi casi me asesinan.Cuando me senté en mi puesto, Ania me miraba preocupadamente. Me preguntó con la mirada que qué había pasado. Yo le respondi que nada, aunque no fuese cierto. Ella notó mi mentira, y me dijo que a la salida hablaríamos. Llegó la salida y me pidió que la acompañara. Me llevó a un sitio un poco apartado en el patio. Era genial, realmente oculto. Cuando estubimos ahí le conté lo que me había dicho, y le pregunté si esque era cierto que aun eran novios.
- Que vá, esa es una mentirosa, mejor será que me creas a mi. Te juro que ya no. ¿No te parece que estarián abrazados o algo? Fabián ni siquiera le habla, realmente yo diría que la odia.
- Uff.. que alivio, por un momento me quería morir. -dije sinceramente aliviada, que alegría.
- Bueno, tienes que estar bien, y no le creas a ella por ningún motivo. Solo quiere hacerse la linda. Me tengo que ir, me esta llamando mi papá, deve estar en la salida. Nos vemos mañana a la entrada. -se despidió de mi con un beso en la mejilla. Ella se había convertido en mi nueva amiga. Ania era muy guapa, tenía el cabello en rizos muy bonitos hasta más abajo de la cintura, de un castaño anaranjado. Era bastante blanca, con pecas a combinación de su cabello en todas sus mejillas y tenía unos ojos verde luminoso. Algo exótica. Tenía una cara en forma ovalada, muy bien proporcionada, con una narís respingada. Una chica con mucha, mucha personalidad y simpatía que entregar. Como no ser su amiga. Mientras pensaba en Ania y en mi extraño día, no me percate que venía alguién al "escondite" de Ania. Me puse muy nerviosa porque pensé que podría ser Lucy. Me quedé apollada contra un árbol esperando a que apareciera, ya que no se veía por una especia de "muro" que había. Cuando apareció la misteriosa persona, mi corazón se alborotó, mi ojos se abrieron más de lo normal, y se me abrió la boca por la impresión. Era Fabián. Ahí estaba él, a solas conmigo, con una sonrisa iluminada por ansiendad en su rostro. No sabía que decirle.
- Tienes unos ojos preciosos. ¿Te lo habían dicho? -dijo con un tono medio seductor, no sabía que pensar, estaba en las nubes, un poco más, y llegaba al espacio.
- Esto.. yo.. si.. digo no.. no sé.. esque.. -me quedé como una tonta estupida con las palabras, pero antes de que pudiera formular algo medianamente cuerdo, el se me acercó y me calló apollando su dedo índice en mis labios. Entrecerró los ojos y se me acercó a la cara ladieando su cabeza. Y me dio un beso en la comisura de los labios. Casi, casi en la boca. Luego se separó de mi y me cogió una mano. Estaba fasinado observando como yo intentaba recuperarme de una casi taquicardia, con mucha gracia en su rostro me sonrió de lado. Amo esa sonrisa, pareciera que me derrite. Yo solo por inercia y por lo atontada que estaba, lo único que logré hacer fué sonreirle, de manera dulce, al parecer, porque se le llenaron los ojos de ternura.
- No creas las tonteras que dice Lucy. Es una niñita inmadura. Porqué crees que rompí con ella. Yo ya no estoy con ella y eso nadie ni nada lo va a cambiar, ni siquiera una profesora que lo intenta con todas sus fuerzas. -dijo riendo, no entiendo como le hacía gracia. A mi me daba terror. Ahora, me sentía mejor, asique le pude hablar.
- Me ha amenazado. -se le abrieron los ojos de golpe.
- ¿¡Qué!? -dijo con una mescla de odio e impotencia en su voz, su hermosa voz.
- En el recreo.. aunque la campana me ha salvado, por poco me mata. Me ha dicho que te he estado coquetiando.
- Ya, eso quisiera yo, aquí yo soy el único que ha estado coquetiando. Aunque, para ser sincero creo que es un poco feo hacerlo delante de tu ex novia que aun está enamorda de ti.
- Pues si.. -no puede decir nada más. Me volví a atontar con lo de "Ya, eso quisiera yo".. ¿osea que le gusto?
- Oye, te quiero volver a ver. ¿Quieres quedar conmigo mañana por la tarde? -¿Qué? pellísquenme que estoy soñando. Fabián, el chico que veia imposible del cual me he enamorado, ¿me a invitado a salir, a SOLAS con él?
- Cla cla claro, me encan cantaría..
- Entonces nos vemos, te veo mañana Sam, en clases. Se me acercó de nuevo y me dió un beso de lo más dulce en la mejilla, y luego cuando se alejó me guiñó un ojo y se despidió con la mano. Solo cuando estubo bastante lejos, pude decir una palabra.. "adios". Y allí quedé yo, atontada por el bicho del amor. Que bella sensación.
Salímos a recreo y bueno, salí con mi nueva amiga. Pense que Rosi estaría muy sola, pero al salir al patio me pillé con un grupito, y entre ese grupito resaltaba su larga melena rubia, asique supuse que había hecho nuevas amigas. Que bien, no quise interrumpirlas. Nos sentamos en unas de las bancas y conversamos de lo lindo. Le conté todo lo de Fabián. Quedó boquiabierta. Aunque, pareciera que tenía una chispa de alegría en sus ojos, era como si se alegrara de mi. Por su parte, averigüe que ella estaba desde el año antepasado en este colegio, y que sus padres eran separados, pero que no le importaba porque ella los podía seguir viendo a los dos. Tiene un hermano y una hermana. Que genial, lo que daría yo por tener hermanos, aunque aveces sean una molestia. También supe, que sorprendentemente Lucy era la EX de Fabián, y que por eso eran tan distantes, y que Lucy como aún sigue enamorada de Fabián, habló con la profesora para que los sentaran juntos, Fabián se enojó muchísimo porque él sabía que Lucy es la preferida de la profesora, asique todo había sido intensionado.
Luego de hablar de cosas importantes, y de que me explicara con quien era más conveniente que mantubiera distancia, me dijo que me quería precentar a algunas amigas de ella, pero que hoy no habían venido. Eran unas flojas. De la nada Ania se puso sumamente nerviosa, y comenzó a mirar hacia todos lados. No entendía. ¿Qué iva mal? solo lo comprendí cuando miré hacia atrás. Y, allí estaba Lucy, caminando hacia nosotras, con un rostro de muerto en vida. Me asusté muchísimo. No sabía lo que me diría.
- ¡Hola Anastacia! ¿cómo te encuentras? -dijo con un tono muy, muy sínico.
- Mmm.. asquerosamente mal ahora que estas cerca mio.
- Pues entonces déjanos solas que necesito hablar con la malcriada esta. -dijo fulminando con la mirada a Ania. Le supliqué con los ojos que no se fuera, pero sabía que esto era entre Lucy y yo. Cuando nos dejó solas, me dijo con tono de ira:
- ¿¡Tu quién te crees que eres para llegar de la nada a coquetiarle a MI novio!?
- Lo si siento.. no sabía que era tu novio, pero de todas formas yo no..
- Nada de peros. ¡Como te vuelva a ver yo..! ¡¡Tín tín tín tín!! -sonó la campana muy fuerte. Tal como el dicho, me salvó la campana. Salí casi corriendo de la fiera que estaba suelta. Pareciera que me iva a comer con los ojos.
Cuando la perdí, me dirigí cabizbaja hacia mi sala. Pude ver de reojo como Fabián me mirada desde otro ángulo. No lo miré, pero sabía que era él. En clases sentí la misma sensación cuando él se me quedaba viendo. Tenía que ser él. A mi prima no la ví en todo el recreo, debío de estar muy ocupada haciendo amigas mientras a mi casi me asesinan.Cuando me senté en mi puesto, Ania me miraba preocupadamente. Me preguntó con la mirada que qué había pasado. Yo le respondi que nada, aunque no fuese cierto. Ella notó mi mentira, y me dijo que a la salida hablaríamos. Llegó la salida y me pidió que la acompañara. Me llevó a un sitio un poco apartado en el patio. Era genial, realmente oculto. Cuando estubimos ahí le conté lo que me había dicho, y le pregunté si esque era cierto que aun eran novios.
- Que vá, esa es una mentirosa, mejor será que me creas a mi. Te juro que ya no. ¿No te parece que estarián abrazados o algo? Fabián ni siquiera le habla, realmente yo diría que la odia.
- Uff.. que alivio, por un momento me quería morir. -dije sinceramente aliviada, que alegría.
- Bueno, tienes que estar bien, y no le creas a ella por ningún motivo. Solo quiere hacerse la linda. Me tengo que ir, me esta llamando mi papá, deve estar en la salida. Nos vemos mañana a la entrada. -se despidió de mi con un beso en la mejilla. Ella se había convertido en mi nueva amiga. Ania era muy guapa, tenía el cabello en rizos muy bonitos hasta más abajo de la cintura, de un castaño anaranjado. Era bastante blanca, con pecas a combinación de su cabello en todas sus mejillas y tenía unos ojos verde luminoso. Algo exótica. Tenía una cara en forma ovalada, muy bien proporcionada, con una narís respingada. Una chica con mucha, mucha personalidad y simpatía que entregar. Como no ser su amiga. Mientras pensaba en Ania y en mi extraño día, no me percate que venía alguién al "escondite" de Ania. Me puse muy nerviosa porque pensé que podría ser Lucy. Me quedé apollada contra un árbol esperando a que apareciera, ya que no se veía por una especia de "muro" que había. Cuando apareció la misteriosa persona, mi corazón se alborotó, mi ojos se abrieron más de lo normal, y se me abrió la boca por la impresión. Era Fabián. Ahí estaba él, a solas conmigo, con una sonrisa iluminada por ansiendad en su rostro. No sabía que decirle.
- Tienes unos ojos preciosos. ¿Te lo habían dicho? -dijo con un tono medio seductor, no sabía que pensar, estaba en las nubes, un poco más, y llegaba al espacio.
- Esto.. yo.. si.. digo no.. no sé.. esque.. -me quedé como una tonta estupida con las palabras, pero antes de que pudiera formular algo medianamente cuerdo, el se me acercó y me calló apollando su dedo índice en mis labios. Entrecerró los ojos y se me acercó a la cara ladieando su cabeza. Y me dio un beso en la comisura de los labios. Casi, casi en la boca. Luego se separó de mi y me cogió una mano. Estaba fasinado observando como yo intentaba recuperarme de una casi taquicardia, con mucha gracia en su rostro me sonrió de lado. Amo esa sonrisa, pareciera que me derrite. Yo solo por inercia y por lo atontada que estaba, lo único que logré hacer fué sonreirle, de manera dulce, al parecer, porque se le llenaron los ojos de ternura.
- No creas las tonteras que dice Lucy. Es una niñita inmadura. Porqué crees que rompí con ella. Yo ya no estoy con ella y eso nadie ni nada lo va a cambiar, ni siquiera una profesora que lo intenta con todas sus fuerzas. -dijo riendo, no entiendo como le hacía gracia. A mi me daba terror. Ahora, me sentía mejor, asique le pude hablar.
- Me ha amenazado. -se le abrieron los ojos de golpe.
- ¿¡Qué!? -dijo con una mescla de odio e impotencia en su voz, su hermosa voz.
- En el recreo.. aunque la campana me ha salvado, por poco me mata. Me ha dicho que te he estado coquetiando.
- Ya, eso quisiera yo, aquí yo soy el único que ha estado coquetiando. Aunque, para ser sincero creo que es un poco feo hacerlo delante de tu ex novia que aun está enamorda de ti.
- Pues si.. -no puede decir nada más. Me volví a atontar con lo de "Ya, eso quisiera yo".. ¿osea que le gusto?
- Oye, te quiero volver a ver. ¿Quieres quedar conmigo mañana por la tarde? -¿Qué? pellísquenme que estoy soñando. Fabián, el chico que veia imposible del cual me he enamorado, ¿me a invitado a salir, a SOLAS con él?
- Cla cla claro, me encan cantaría..
- Entonces nos vemos, te veo mañana Sam, en clases. Se me acercó de nuevo y me dió un beso de lo más dulce en la mejilla, y luego cuando se alejó me guiñó un ojo y se despidió con la mano. Solo cuando estubo bastante lejos, pude decir una palabra.. "adios". Y allí quedé yo, atontada por el bicho del amor. Que bella sensación.
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Capítulo 8: Miradas ♥
13.5.09
en
20:02
| Autora:
Nicole ♥
Me quedé paralizada, como si una flecha me ubiese atravesada o algo así. Era una extraña sensación, como si su tierna sonrisa, fuera la cura para la melancolía. Y valla que buena medicina, porque, pasé de tener un horrible peso, a sentirme más liviana que una nube. Tantas sensaciones me abatieron en ese instante, alguna las pude distinguir, otras, no. Entre ellas, me di cuenta que pasé por amor, triztesa, impotencia, ternura, dicha, melancolía.. pero por sobre todo, amor. Que bella sensación. Ese instante diría que fue eterno.
Levantó la mano y me hiso un gesto de saludo, al cual yo no respondí. No justamente por ser descortéz, simplemente porque no sentía nada de mi cuerpo. Y mi mente a duras penas trabajaba la parte respiratoria, para intentar mantener este frágil cuerpo en vida. Se dio vuelta en cosa de segundos, y siguió con sus amigos, seguramente ahí estaba Camilo, pero no lo pude ver, ya que solo cuando estaban una cuadra más adelante reaccioné. Sacudí la cabeza de un lado hacia otro intentando despertar de este desconocido adormecimiento. Era como una dulce anestecia, que hacía que mi cuerpo no sintiera dolor, y que mi alma no tubiera desazón.
Me sonrojé y y perdí el equilibrio. Casi de cara al suelo. Por suerte alcansé a agarrarme de una reja, y pude ponerme en pie. ¿Qué eran todos estos nuevos sentimientos? espero que la torpeza no sea un efecto perpetuo del enamoramiento, porque, sinceramente, si soy compañera de Fabián, probablemente quede en vergüensa muchas veces en el suelo.
Lentamente, fui reaccionando mejor, hasta que me sentí del todo bien. Me tomó un buen rato. Miré la hora, ¡¡las 8.00!! iva a llegar tarde, mejor me apuraba. Caminé rápido y pronto llegué a mi nuevo y gran colegio. Con la mirada le busqué inocentemente, pero solo veía caras nuevas. Me sentía horrible. Ahí estaba yo, la inadaptada del colegio. Hablando con el aire y completamente sola. Finalmente decidí buscar a algún profesor, asique entré al colegio intentando que nadie me viera. De repente, sentí una mano decidída en mi hombro. Me quedé pretificada, por una parte por el susto, y también por la sorpresa. Me dí vuelta, y mis esperanzas cayeron más allá del suelo cuando ví quién era.
- Hola Sam. ¿Te encuentras bien? luces pálida. -me dijo mi prima, preocupada. Este día llevaba el uniforme, como todos, pero a ella le quedaba especialmente bien. Llevába levemente ondulado el largo cabello, reluciente como el oro. Se había puesto un poco de rubor, la hacía ver preciosa. Más de lo que ya era. Todas las vistas de los chicos estaban puestas en "la nueva preciosidad" se olía desde lejos quien iva a ser la nueva "miss popularidad". De seguro todos se preguntaban porqué un fenómeno como yo estaba con ella.
- Estoy bien, gracias. De seguro que estoy pálida por el frio. -le mentí. La verdad esque estaba asustada, con todas sus letras.
- Que bueno saberlo. La verdad esuqe si, hace frio. ¿Porqué no nos sentamos en las bancas de allí? aún quedas 10 minutos para entrar a clases.
- Claro.
Nos sentamos y comensámos a hablar de cualquier tontería. Ella me explico donde estaban los baños y mi sala, y también me dijo donde estaba la suya, por si acaso en el recreo quería ir a buscarla. Ella había llegado temprano, asique se había dado el lujo de estudiar a fondo el colegio. Ya saben, para no comenter el "oso" de ser la tonta que no sabe donde estan los lugares. Al fin, cambiando el tema, le dije:
- Hey Rosi, los chicos no paran de mirarte. La verdad esque estas preciosa, bueno, eres preciosa.
- Ay, gracias. Pero no es a mi a quién miran.
- ¿Pero qué dices? no estarás insinuando que es a mi a quien miran, que esa no se la cree ni siquiera un bebe. -yo no quería creerlo, pero ella me asintió de forma sencilla. Nadie que lo hisiera con tanta naturalidad y verdad como ella, estaría diciendo una mentira. Genial, ahora miraban al fenómeno.
- Pero, ¿porqué me miran a mi? no soy la más guapa que esta aquí.
- Mira, te voy a explicar un poco como son las cosas aquí. A todos les gustan más las morenas, para empezar. Nosé porque, quizas acá en Concepción hay muchas rubias, asique resaltan más las morenas, también dicen que son más sexies. Además, tienes los ojos más hermosos que e visto. No vengas con cosas, eso si que llama la atención. -dijo con un tono incuestionable. Eso ERA verdad. No se podía cuestionar ni un poquito. Asique yo atraía las miradas, pero de buena forma. Es lo más extraño que me ha pasado.
- Y no me vengas con cosas Sam, sabes que eres guapísima. -valla, ahora me estaba subiendo demaciado el ego.
- Gracias. -le dije con un sonrisa amistosa.
- Ah, y tienes la sonrisa más bonita del colegio. No es por nada. -me sonrojé, yo no creía que fuese tan perfecta. De seguro Rosi estaba exagerándo solo porque me quiere.
Repentinamente, las miradas aumentaron, y los comentarios también. ¿Será porque me habré sonrojado? tantas preguntas sin respuestas.. asique ahora era yo la "miss popularidad" las cosas realmente pueden cambiarse de un extremo a otro. Sonó la campana, nos despedímos con Rosi.
Me fuí en la dirección que me había indicado Rosi, asique en pocos minutos llegué a mi nueva sala. Y por supuesto, allí estaba. Ya me había preparado para esto, asique no me tomó por sorpresa como esta mañana. Esta vez controlé mejor mis reacciones, o por lo menos lo intenté. Estaba sentado unto a una chica. Me imaginé que sería su tan nombrada novia. Era extraño. Los 2 estaban cruzados de brazos con las sillas apartadas lo más posibles y mirando cada uno en dirección opuesta. Era como si se odiaran. Me pareció de lo más raro. Me senté 2 asientos más adelante de ellos, al lado de una chica que se veía de lo más simpática. Era uno de los pocos puestos disponibles. No quería mencionar que todas las miradas se posaron en mi, por lo cual me sonrojé y comensaron los cuchicheos. Todas exepto la de Fabián. Seguía indiferente, con la mirada perdida en la ventana.
- Luciana Vásquez, ¿serías tan amable de pasar al frente, por favor? -dijo nuestra profesora, que estaba en el frente. Nuestra amistad no se veia muy prometedora. Se notaba que era terca, pero en el fondo era buena.
- Claro señorita Cifuentes. -y bueno, ahi estaba "Lucy", atendió con tono engreido, al parecer era la preferida de la profesora. Odio a la gente así. Se paró desde atrás, justo desde donde yo vi a la que creí que era ella. Tenía el pelo negro, en forma de melena. Pero era bonito, no era una melena fea. Le quedaba bien. Los ojos eran verdes y la piel blanca como la leche. Era muy linda.
La profesora habló con ella un rato en forma baja, nadie las escuchó. Luego ella habló:
- Buenos días queridos compañeros, hoy día quería precentarles a nuestra nueva compañera, quiero que la intregen y que la traten bien, por favor. Ella es Samantha Stewart. Dijo señalandome. Muchas sonrisas, guiños de ojo, y saludos provinieron de mis 34 compañeros. No devolví ninguno. No estaba de ánimo.
- Bueno, que tengas un buen día "Sam". -dijo sínicamente, me pareció ver a un especie de diablo dentro de ella. Era bastante pesada. Que más, pareciera que tubiera celos de que yo era el centro de atención ahora. Si supiera que yo le concedería el puesto con muchísimas ganas..
- Hola Samantha. -dijo mi compañera de banco, que por primera vez me hablaba. Percibí amabilidad en su tono, y le sonreí.
- Hola, ¿cómo te llamas?
- Yo soy Anastacia Ciero. Un gusto, ojala nos llevemos bien. Oye, no te asustes, pero mejor ten cuidado con esta "profe" que es bien pesadita. Ah, y ten más cuidado con Lucy, esa si es peligrosa. -las últimas palabras las dijo susurrando. No quería que los demás escuchasen.
- Gracias por el aviso. Encantada también. -genial, ahora lo tenía comprovado, ella era peligrosa.
Derepente encuché un ruido casi imperceptible, como un "psst" algo así como para llamarme. Supuse que era para mi, puesto que era el foco de atención ahora.
Me di vuelta sin pensarlo siquiera y ahi estaba él, mirandome con su sonrisa más hermosa, reluciente y perfecta. Sus ojos miel brillaban ante la emoción, de seguro le había sorprendido verme en su mismo colegio. Las casualidades de la vida, ¿no?. Su cara parecía de ángel. Que hermoso. "Que tal Sami" me susurró. Casi me desmayo de la emoción. Era un primor conmigo. Yo solo atiné a sonrojarme y a sonreirle tímidamente. El me guiño un ojo, y me hiso señas de que me diera vuelta, porque si no la profesora se iva a quejar de nosotros. Me di vuelta y me apollé en una mano. Y suspiré. Este iva a ser un largo día. Mi corazón latia fuerte y rápido, y mis mejillas las podía sentir de tan calientes que estaban debido al sonrojamiento. Sumida en mis fantasías, Anastacia me pego un leve codazo, y me dijo: "se nota que le encantas" mientras ponía cara pícara. ¿Pero qué era lo que estaba diciendo mi nueva amiga?
Levantó la mano y me hiso un gesto de saludo, al cual yo no respondí. No justamente por ser descortéz, simplemente porque no sentía nada de mi cuerpo. Y mi mente a duras penas trabajaba la parte respiratoria, para intentar mantener este frágil cuerpo en vida. Se dio vuelta en cosa de segundos, y siguió con sus amigos, seguramente ahí estaba Camilo, pero no lo pude ver, ya que solo cuando estaban una cuadra más adelante reaccioné. Sacudí la cabeza de un lado hacia otro intentando despertar de este desconocido adormecimiento. Era como una dulce anestecia, que hacía que mi cuerpo no sintiera dolor, y que mi alma no tubiera desazón.
Me sonrojé y y perdí el equilibrio. Casi de cara al suelo. Por suerte alcansé a agarrarme de una reja, y pude ponerme en pie. ¿Qué eran todos estos nuevos sentimientos? espero que la torpeza no sea un efecto perpetuo del enamoramiento, porque, sinceramente, si soy compañera de Fabián, probablemente quede en vergüensa muchas veces en el suelo.
Lentamente, fui reaccionando mejor, hasta que me sentí del todo bien. Me tomó un buen rato. Miré la hora, ¡¡las 8.00!! iva a llegar tarde, mejor me apuraba. Caminé rápido y pronto llegué a mi nuevo y gran colegio. Con la mirada le busqué inocentemente, pero solo veía caras nuevas. Me sentía horrible. Ahí estaba yo, la inadaptada del colegio. Hablando con el aire y completamente sola. Finalmente decidí buscar a algún profesor, asique entré al colegio intentando que nadie me viera. De repente, sentí una mano decidída en mi hombro. Me quedé pretificada, por una parte por el susto, y también por la sorpresa. Me dí vuelta, y mis esperanzas cayeron más allá del suelo cuando ví quién era.
- Hola Sam. ¿Te encuentras bien? luces pálida. -me dijo mi prima, preocupada. Este día llevaba el uniforme, como todos, pero a ella le quedaba especialmente bien. Llevába levemente ondulado el largo cabello, reluciente como el oro. Se había puesto un poco de rubor, la hacía ver preciosa. Más de lo que ya era. Todas las vistas de los chicos estaban puestas en "la nueva preciosidad" se olía desde lejos quien iva a ser la nueva "miss popularidad". De seguro todos se preguntaban porqué un fenómeno como yo estaba con ella.
- Estoy bien, gracias. De seguro que estoy pálida por el frio. -le mentí. La verdad esque estaba asustada, con todas sus letras.
- Que bueno saberlo. La verdad esuqe si, hace frio. ¿Porqué no nos sentamos en las bancas de allí? aún quedas 10 minutos para entrar a clases.
- Claro.
Nos sentamos y comensámos a hablar de cualquier tontería. Ella me explico donde estaban los baños y mi sala, y también me dijo donde estaba la suya, por si acaso en el recreo quería ir a buscarla. Ella había llegado temprano, asique se había dado el lujo de estudiar a fondo el colegio. Ya saben, para no comenter el "oso" de ser la tonta que no sabe donde estan los lugares. Al fin, cambiando el tema, le dije:
- Hey Rosi, los chicos no paran de mirarte. La verdad esque estas preciosa, bueno, eres preciosa.
- Ay, gracias. Pero no es a mi a quién miran.
- ¿Pero qué dices? no estarás insinuando que es a mi a quien miran, que esa no se la cree ni siquiera un bebe. -yo no quería creerlo, pero ella me asintió de forma sencilla. Nadie que lo hisiera con tanta naturalidad y verdad como ella, estaría diciendo una mentira. Genial, ahora miraban al fenómeno.
- Pero, ¿porqué me miran a mi? no soy la más guapa que esta aquí.
- Mira, te voy a explicar un poco como son las cosas aquí. A todos les gustan más las morenas, para empezar. Nosé porque, quizas acá en Concepción hay muchas rubias, asique resaltan más las morenas, también dicen que son más sexies. Además, tienes los ojos más hermosos que e visto. No vengas con cosas, eso si que llama la atención. -dijo con un tono incuestionable. Eso ERA verdad. No se podía cuestionar ni un poquito. Asique yo atraía las miradas, pero de buena forma. Es lo más extraño que me ha pasado.
- Y no me vengas con cosas Sam, sabes que eres guapísima. -valla, ahora me estaba subiendo demaciado el ego.
- Gracias. -le dije con un sonrisa amistosa.
- Ah, y tienes la sonrisa más bonita del colegio. No es por nada. -me sonrojé, yo no creía que fuese tan perfecta. De seguro Rosi estaba exagerándo solo porque me quiere.
Repentinamente, las miradas aumentaron, y los comentarios también. ¿Será porque me habré sonrojado? tantas preguntas sin respuestas.. asique ahora era yo la "miss popularidad" las cosas realmente pueden cambiarse de un extremo a otro. Sonó la campana, nos despedímos con Rosi.
Me fuí en la dirección que me había indicado Rosi, asique en pocos minutos llegué a mi nueva sala. Y por supuesto, allí estaba. Ya me había preparado para esto, asique no me tomó por sorpresa como esta mañana. Esta vez controlé mejor mis reacciones, o por lo menos lo intenté. Estaba sentado unto a una chica. Me imaginé que sería su tan nombrada novia. Era extraño. Los 2 estaban cruzados de brazos con las sillas apartadas lo más posibles y mirando cada uno en dirección opuesta. Era como si se odiaran. Me pareció de lo más raro. Me senté 2 asientos más adelante de ellos, al lado de una chica que se veía de lo más simpática. Era uno de los pocos puestos disponibles. No quería mencionar que todas las miradas se posaron en mi, por lo cual me sonrojé y comensaron los cuchicheos. Todas exepto la de Fabián. Seguía indiferente, con la mirada perdida en la ventana.
- Luciana Vásquez, ¿serías tan amable de pasar al frente, por favor? -dijo nuestra profesora, que estaba en el frente. Nuestra amistad no se veia muy prometedora. Se notaba que era terca, pero en el fondo era buena.
- Claro señorita Cifuentes. -y bueno, ahi estaba "Lucy", atendió con tono engreido, al parecer era la preferida de la profesora. Odio a la gente así. Se paró desde atrás, justo desde donde yo vi a la que creí que era ella. Tenía el pelo negro, en forma de melena. Pero era bonito, no era una melena fea. Le quedaba bien. Los ojos eran verdes y la piel blanca como la leche. Era muy linda.
La profesora habló con ella un rato en forma baja, nadie las escuchó. Luego ella habló:
- Buenos días queridos compañeros, hoy día quería precentarles a nuestra nueva compañera, quiero que la intregen y que la traten bien, por favor. Ella es Samantha Stewart. Dijo señalandome. Muchas sonrisas, guiños de ojo, y saludos provinieron de mis 34 compañeros. No devolví ninguno. No estaba de ánimo.
- Bueno, que tengas un buen día "Sam". -dijo sínicamente, me pareció ver a un especie de diablo dentro de ella. Era bastante pesada. Que más, pareciera que tubiera celos de que yo era el centro de atención ahora. Si supiera que yo le concedería el puesto con muchísimas ganas..
- Hola Samantha. -dijo mi compañera de banco, que por primera vez me hablaba. Percibí amabilidad en su tono, y le sonreí.
- Hola, ¿cómo te llamas?
- Yo soy Anastacia Ciero. Un gusto, ojala nos llevemos bien. Oye, no te asustes, pero mejor ten cuidado con esta "profe" que es bien pesadita. Ah, y ten más cuidado con Lucy, esa si es peligrosa. -las últimas palabras las dijo susurrando. No quería que los demás escuchasen.
- Gracias por el aviso. Encantada también. -genial, ahora lo tenía comprovado, ella era peligrosa.
Derepente encuché un ruido casi imperceptible, como un "psst" algo así como para llamarme. Supuse que era para mi, puesto que era el foco de atención ahora.
Me di vuelta sin pensarlo siquiera y ahi estaba él, mirandome con su sonrisa más hermosa, reluciente y perfecta. Sus ojos miel brillaban ante la emoción, de seguro le había sorprendido verme en su mismo colegio. Las casualidades de la vida, ¿no?. Su cara parecía de ángel. Que hermoso. "Que tal Sami" me susurró. Casi me desmayo de la emoción. Era un primor conmigo. Yo solo atiné a sonrojarme y a sonreirle tímidamente. El me guiño un ojo, y me hiso señas de que me diera vuelta, porque si no la profesora se iva a quejar de nosotros. Me di vuelta y me apollé en una mano. Y suspiré. Este iva a ser un largo día. Mi corazón latia fuerte y rápido, y mis mejillas las podía sentir de tan calientes que estaban debido al sonrojamiento. Sumida en mis fantasías, Anastacia me pego un leve codazo, y me dijo: "se nota que le encantas" mientras ponía cara pícara. ¿Pero qué era lo que estaba diciendo mi nueva amiga?
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Capítulo 7: Reencuentro ♥
9.5.09
en
21:51
| Autora:
Nicole ♥
Me pasé el resto de la mañana de forma realmente depresiva. Jamás había estado así por un chico. Parecía de esas niñas caprichosas de la tele. Como si tubiera algún tipo de cercanía con Fabián. Ni siquiera era su amiga. Después de almorzar, la verdad es que tenía cero ganas de salir. Pero ya había quedado con Rosi. Averigué donde quedaba el bravissimo en Concepción y me comenzé a arreglar. Quería causarle buena impresión, no la veia hace mucho. Mi idea no era encontrame con una modelo y que yo pareciera la empleada.
Mientras caminaba, intentaba recrear como sería el día siguiente. Sería mi cumpleaños y además la entrada a clases. Además vería a Fabián.. que mal día será. Preferí distraerme con la sorpresa que me daría mi madre y Cris. Quizá que ñoñería me regalarian.
Cuando llegué a la famosa heladería, no lo podía creer. Con la idea de la modelo y la empleada no me había equivocado, que suerte. Mi prima, un año menor que yo, me esperaba, sentada en una de las mesas que estaban en la terraza, a la sombra de un quitasol. Rubia como siempre, con su hermoso cabello hasta la cintura, lacio y brillante. Unas gafas D&G y una sonrisa pretenciosa, pero también amistosa. Se paró para saludarme, y tal como una modelo, deviera de medir 1.75, superando mis 1.67 con facilidad.
- ¡Saaaaaam! que linda estas.. y esto, un poco baja. ¿Te has encojido o es mi idea? -dijo con tono burlesco, pero divertído también.
- Wow Rosi, tu eres la que has crecido, estas guapísima, y bueno, gigante. -tal como había escuchado, hermosa y gigante.
- Tengo muchas cosas que contarte. No sabes de cuanto te has perdido. Has tardado bastante en llegar a la mejor ciudad de Chile. -mejor para ella, parecia una especie de infierno para mi, o algo un poco peor que eso.
- Bueno, ¿vamos a comprar los helados no?
- Vamos.
Elegímos uno doble cada una, el chico que nos atendío era muy lindo, pero claro que después de ver el rostro de Fabián, no creo que encuentre ser más hermoso. De repente nos hacía algo así como insinuaciones, a mi me daba igual, pero parecía que Rosi estaba algo asi como flipada. Yo elegí de chocolate con frutos del bosque, algo más clásica. En cambio Rosi escogio castaña y sandía. Valla mescla. Ni en sueños escogería algo así. O estaba muy nerviosa como para elegir bien, o le gustaban los sabores exóticos.
Después de mas o menos 2 horas de conversación, supe que Rosi tenía muchísimas ganas de cambiarse de colegio, porque en su antiguo colegio tenía compañeras que la trataban pésimo. También supe que el año pasado había tenido un romance, pero que a finales de diciembre todo se había acabado porque el chico era, simplemente un mujeriego. A ella no le había afectado mucho, porque nunca se había tomado la relación muy encerio. Le conté lo de Fabién, algo melancólica. Realmente me entristecía. Hacia que todo se pusiera más gris. Ella me recomendo que esperara un poco, quizá las cosas se tornen diferentes. Nos despedímos y prometimos que nos veríamos mañana a la entrada del colegio, antes de entrar cada una a sus clases.
Llegué a mi casa sin mayor novedad. Ya tenía todo listo para mañana, y mi madre me tenía el uniforme encima de mi cama. Lo había ido a recojer. La verdad esque no era tan malo, pero de todas formas no me gustó. Era gris, con blanco y rojo. Bastante sencillo. Lo guardé y fuí a ver la tele. Estaba mi mamá haciendo la cena y Cris la ayudaba.
- ¿Como te fué con Rocío, Sam?
- Bien, la tia Loreto tenía razón, esta gigante, cual modelo.
- Wow, me la imagino. ¿Han quedado en algo?
- Mañana nos veremos antes de entrar a clases, apropósito, ¿a qué hora entro?
- A las 8.20.
- Uff, que alivio. -en mi otro colegio, entraba a las 7.50. Media hora más para llegar a mi destino.
- Está lista la cena cariño, pon la mesa por favor.
Fuí a poner la mesa y nos sentamos a comer. Para cenar, mi madre había hecho chuletas de cerdo con puré. No muy apetitoso para mi gusto, pero me lo tube que comer igual. Cris se lo devoró, literalmente. Después de eso me fui a acostar enseguida. No queria tener ni pisca de sueño mañana, no por lo menos el primer día de clases.
¿Que hagó si lo veo? ¿Lo saludo? ¿Me hago la que no lo conosco? ¿Estará en mi clase? ¿Esa tal Lucy será simpatica?
Desperté con una serie de incógnitas. Sin más preambulo me fuí a duchar, y luego me vestí con el nuevo uniforme. La verdad es que me quedaba bonito, dentro de todo. Me heché del mismo perfume que me heché el día que conocí a Fabién, quien sabe.
Cuando fui al comedor, mi madre y Cris me esperaban con un kuchen de frambuesa y un par de regalos sobre la mesa. Los dos me abrazaron y me susurraron, mi mamá: "felices 16, que vegan muchos más" y Cris: "que sea un lindo día". Ellos sabían que no me gustaban las cosas estrepitósas, asique todo fue muy natural, como cualquier otro cumpleaños. También sabían que no me gustaban las tortas, pero si los kuchenes. Uno de mis regalos eran mis bombones preferidos, el otro, un collar precioso, de plata. Otro regalito, eran los aros a combinación del collar. Me los puse enseguida, al igual que el collar. Después de comer un delicioso trozo de kuchen, me comí uno de los bombones, un manjar de los dioses. Y me encaminé hacia mi nuevo colegio.
La mañana era fria, y el viento me enfriaba la espalda. La expiración que salía por mi boca salía en forma de vapor, me nublaba la vista por escasos segundos, hasta que volvía a salir una nueva expiración. Caminaba lentamente, tranquila. Paso a paso, de forma segura. Sabía que estaba a tiempo, asique aún no me apresuraba. Había salido temprano, asique no eran tantos los estudiantes que caminaban por las calles. De repente, ví en la cuadra siguiente un grupo de muchachos con mi mismo uniforme. Casi todos me miraron, y comentaron algo que no escuché. Al darme cuenta de que uno de ellos era a quién yo ubiera deseado no conocer, se me abrieron los ojos de golpe, mientras él me sonreia, con una mirada dulce. Todo se me olvido. Lo malo y lo bueno. Se me olvidó donde estaba y hacia donde iva. Lo único que podía ver era a él.
Mientras caminaba, intentaba recrear como sería el día siguiente. Sería mi cumpleaños y además la entrada a clases. Además vería a Fabián.. que mal día será. Preferí distraerme con la sorpresa que me daría mi madre y Cris. Quizá que ñoñería me regalarian.
Cuando llegué a la famosa heladería, no lo podía creer. Con la idea de la modelo y la empleada no me había equivocado, que suerte. Mi prima, un año menor que yo, me esperaba, sentada en una de las mesas que estaban en la terraza, a la sombra de un quitasol. Rubia como siempre, con su hermoso cabello hasta la cintura, lacio y brillante. Unas gafas D&G y una sonrisa pretenciosa, pero también amistosa. Se paró para saludarme, y tal como una modelo, deviera de medir 1.75, superando mis 1.67 con facilidad.
- ¡Saaaaaam! que linda estas.. y esto, un poco baja. ¿Te has encojido o es mi idea? -dijo con tono burlesco, pero divertído también.
- Wow Rosi, tu eres la que has crecido, estas guapísima, y bueno, gigante. -tal como había escuchado, hermosa y gigante.
- Tengo muchas cosas que contarte. No sabes de cuanto te has perdido. Has tardado bastante en llegar a la mejor ciudad de Chile. -mejor para ella, parecia una especie de infierno para mi, o algo un poco peor que eso.
- Bueno, ¿vamos a comprar los helados no?
- Vamos.
Elegímos uno doble cada una, el chico que nos atendío era muy lindo, pero claro que después de ver el rostro de Fabián, no creo que encuentre ser más hermoso. De repente nos hacía algo así como insinuaciones, a mi me daba igual, pero parecía que Rosi estaba algo asi como flipada. Yo elegí de chocolate con frutos del bosque, algo más clásica. En cambio Rosi escogio castaña y sandía. Valla mescla. Ni en sueños escogería algo así. O estaba muy nerviosa como para elegir bien, o le gustaban los sabores exóticos.
Después de mas o menos 2 horas de conversación, supe que Rosi tenía muchísimas ganas de cambiarse de colegio, porque en su antiguo colegio tenía compañeras que la trataban pésimo. También supe que el año pasado había tenido un romance, pero que a finales de diciembre todo se había acabado porque el chico era, simplemente un mujeriego. A ella no le había afectado mucho, porque nunca se había tomado la relación muy encerio. Le conté lo de Fabién, algo melancólica. Realmente me entristecía. Hacia que todo se pusiera más gris. Ella me recomendo que esperara un poco, quizá las cosas se tornen diferentes. Nos despedímos y prometimos que nos veríamos mañana a la entrada del colegio, antes de entrar cada una a sus clases.
Llegué a mi casa sin mayor novedad. Ya tenía todo listo para mañana, y mi madre me tenía el uniforme encima de mi cama. Lo había ido a recojer. La verdad esque no era tan malo, pero de todas formas no me gustó. Era gris, con blanco y rojo. Bastante sencillo. Lo guardé y fuí a ver la tele. Estaba mi mamá haciendo la cena y Cris la ayudaba.
- ¿Como te fué con Rocío, Sam?
- Bien, la tia Loreto tenía razón, esta gigante, cual modelo.
- Wow, me la imagino. ¿Han quedado en algo?
- Mañana nos veremos antes de entrar a clases, apropósito, ¿a qué hora entro?
- A las 8.20.
- Uff, que alivio. -en mi otro colegio, entraba a las 7.50. Media hora más para llegar a mi destino.
- Está lista la cena cariño, pon la mesa por favor.
Fuí a poner la mesa y nos sentamos a comer. Para cenar, mi madre había hecho chuletas de cerdo con puré. No muy apetitoso para mi gusto, pero me lo tube que comer igual. Cris se lo devoró, literalmente. Después de eso me fui a acostar enseguida. No queria tener ni pisca de sueño mañana, no por lo menos el primer día de clases.
¿Que hagó si lo veo? ¿Lo saludo? ¿Me hago la que no lo conosco? ¿Estará en mi clase? ¿Esa tal Lucy será simpatica?
Desperté con una serie de incógnitas. Sin más preambulo me fuí a duchar, y luego me vestí con el nuevo uniforme. La verdad es que me quedaba bonito, dentro de todo. Me heché del mismo perfume que me heché el día que conocí a Fabién, quien sabe.
Cuando fui al comedor, mi madre y Cris me esperaban con un kuchen de frambuesa y un par de regalos sobre la mesa. Los dos me abrazaron y me susurraron, mi mamá: "felices 16, que vegan muchos más" y Cris: "que sea un lindo día". Ellos sabían que no me gustaban las cosas estrepitósas, asique todo fue muy natural, como cualquier otro cumpleaños. También sabían que no me gustaban las tortas, pero si los kuchenes. Uno de mis regalos eran mis bombones preferidos, el otro, un collar precioso, de plata. Otro regalito, eran los aros a combinación del collar. Me los puse enseguida, al igual que el collar. Después de comer un delicioso trozo de kuchen, me comí uno de los bombones, un manjar de los dioses. Y me encaminé hacia mi nuevo colegio.
La mañana era fria, y el viento me enfriaba la espalda. La expiración que salía por mi boca salía en forma de vapor, me nublaba la vista por escasos segundos, hasta que volvía a salir una nueva expiración. Caminaba lentamente, tranquila. Paso a paso, de forma segura. Sabía que estaba a tiempo, asique aún no me apresuraba. Había salido temprano, asique no eran tantos los estudiantes que caminaban por las calles. De repente, ví en la cuadra siguiente un grupo de muchachos con mi mismo uniforme. Casi todos me miraron, y comentaron algo que no escuché. Al darme cuenta de que uno de ellos era a quién yo ubiera deseado no conocer, se me abrieron los ojos de golpe, mientras él me sonreia, con una mirada dulce. Todo se me olvido. Lo malo y lo bueno. Se me olvidó donde estaba y hacia donde iva. Lo único que podía ver era a él.
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Capítulo 6: Lloviendo sobre mojado ♥
8.5.09
en
23:32
| Autora:
Nicole ♥
When you go down down down.. when you go.. ♪ empezó a sonar mi celular.. era temprano, aún estaba durmiendo.
- ¿Diga? -dije con voz aun somnolienta.
- Oh, lo siento Sam. ¿Te he despertado? -dijo una voz terriblemente conocida, con preocupación. Pero si era Gaspar. Mi mejor amigo. Que inoportuno, pero bueno, el siempre ha sido así.
- ¿Gaspar?
- Si, ¿como estas? -dijo con emoción. Se le notaba que esta llamada la tenía planificada, pero que maldadoso.
- Valla, mejor ahora que escucho tu voz. No sabes como te extraño. -le respondi con sinceridad.
- Sam.. si tu me extrañas, entonces no sé como se le podrá llamar a la sensación que tengo de vacío.. es peor que horrible. Creo que lo peor que me ha podido pasar es que te hallas ido de aca.
- Ay, Gaspi, eres tan tierno.
- Jaja, gracias. Te llamaba para desearte un feliz cumpleaños. Mañana no tendré mi celular, asique no te podré llamar. Ojala que lo pases muy bien. Voy a pensar todo el día en ti, no sabes como me voy a aburrir, amaba ir a lesear por ahí contigo.
Se produjo un silencio incómodo. La verdad es que estaba preocupandose demaciado por mi. Me incomoda que la gente haga eso, aunque sean mis mejores amigos.
- Esto, gracias. Tu también estas de cumpleaños pronto. ¿16 de abril no? lo siento si me equivoco, sabes que soy olvidadiza.. aunque no tenias por que molestarme, ya me has mandado un email.
- Si, pero no hay nada más reconfortante que escuchar la voz de una vieja amiga. Como te extraño, el colegio ya no será lo mismo sin ti. -dijo realmente triste. Ahora entendía porque la hora de llamarme, ellos entraban hoy al colegio.
- Yo también los extraño mucho. No saben como me aburro acá.
- Oye Isa quiere hablar contigo, te la paso. Un abrazo Sam.
- Adios..
- ¿¡Aló!? -gritó una voz sobresaltada, notablemente exaltada. Esa era mi Isa. Mi amiga de toda la vida.
- ¡Isa!
- Ay, Sam, creo que me voy a poner a llorar. Te extraño más que Gaspar. No le creas. Ahora si que conosco la palabra "aburrirce" en toda su expansión. Que verano más empalagoso. No tubo nada de divertido.
- Eres muy dulce amiga. Yo tampoco me lo he pasado de maravilla que digamos.
Una voz de más lejos se escucho:
- Vamos Isa, se me va a acabar la recarga.
- Ya voy, ya voy.
Y ahora volvía a hablar conmigo.
- Pucha, Gaspi me quiere quitar su celular. Rena, Daniel, Ale, Cata y Alex te envían saludos. Dicen que te cuides mucho. Te queremos Sam. Besos
- Mandale saludos de vuelta. Chau Chau -dije con tono triste, sabía que ellos también lo estaban. Que martirio. Quizá cuando los volvería a ver.
Ya me había colgado. Que detalle llamarme.
Después de la llamada, no pude seguir durmiendo. Aunque eran las 7.45 de la mañana, simplemente no pude. Me levante y prendí mi notebook. Ni siquiera me molesté en conectarme a messenger. ¿Quién iva a estar conectado a esta hora? Hace semanas que no revisaba mi facebook. Tenía mil notificaciones, pero no me interesaban. Me metí a las solicitudes de amistad.
No lo podía creer. No se como es que no me dio un infarto. Me quede estática por unos segundos.
"Fabián Elortegui te ha agregado como amigo." Lo acepté inmediatamente. No me importaba como esque había conseguido mi apellido como para buscarme, o si esque me había confundido con otra persona. O quizá una posiilidad bastante remota, esque me halla buscado insistentemente hasta encontrarme. Realmente no lo podía creer. Estube viendo todas sus fotos. Que chico más guapo. Estaba literalmente en la nubes. Creí que nadie me podría bajar de ellas hasta que leí algo que hiso que me dieran ganas de llorar.
"Situación Sentimental: En una relación con: Lucy Vásquez"
Creo que jamás me había sentido tan mal. Para mi desgracia, los dos estaban en mi colegio, que, ubiera sido una excelente noticia si no fuese porque estan en una relación. Ahora, además de sufrir, los vería todos los días abrazados, como cualquier pareja, todos los días del resto de mi estadia en ese colegio. Porque, apuesto todo a que están en mi curso. Que más, me llueve sobre mojado, y nosé que hacer para reponerme.
- ¿Diga? -dije con voz aun somnolienta.
- Oh, lo siento Sam. ¿Te he despertado? -dijo una voz terriblemente conocida, con preocupación. Pero si era Gaspar. Mi mejor amigo. Que inoportuno, pero bueno, el siempre ha sido así.
- ¿Gaspar?
- Si, ¿como estas? -dijo con emoción. Se le notaba que esta llamada la tenía planificada, pero que maldadoso.
- Valla, mejor ahora que escucho tu voz. No sabes como te extraño. -le respondi con sinceridad.
- Sam.. si tu me extrañas, entonces no sé como se le podrá llamar a la sensación que tengo de vacío.. es peor que horrible. Creo que lo peor que me ha podido pasar es que te hallas ido de aca.
- Ay, Gaspi, eres tan tierno.
- Jaja, gracias. Te llamaba para desearte un feliz cumpleaños. Mañana no tendré mi celular, asique no te podré llamar. Ojala que lo pases muy bien. Voy a pensar todo el día en ti, no sabes como me voy a aburrir, amaba ir a lesear por ahí contigo.
Se produjo un silencio incómodo. La verdad es que estaba preocupandose demaciado por mi. Me incomoda que la gente haga eso, aunque sean mis mejores amigos.
- Esto, gracias. Tu también estas de cumpleaños pronto. ¿16 de abril no? lo siento si me equivoco, sabes que soy olvidadiza.. aunque no tenias por que molestarme, ya me has mandado un email.
- Si, pero no hay nada más reconfortante que escuchar la voz de una vieja amiga. Como te extraño, el colegio ya no será lo mismo sin ti. -dijo realmente triste. Ahora entendía porque la hora de llamarme, ellos entraban hoy al colegio.
- Yo también los extraño mucho. No saben como me aburro acá.
- Oye Isa quiere hablar contigo, te la paso. Un abrazo Sam.
- Adios..
- ¿¡Aló!? -gritó una voz sobresaltada, notablemente exaltada. Esa era mi Isa. Mi amiga de toda la vida.
- ¡Isa!
- Ay, Sam, creo que me voy a poner a llorar. Te extraño más que Gaspar. No le creas. Ahora si que conosco la palabra "aburrirce" en toda su expansión. Que verano más empalagoso. No tubo nada de divertido.
- Eres muy dulce amiga. Yo tampoco me lo he pasado de maravilla que digamos.
Una voz de más lejos se escucho:
- Vamos Isa, se me va a acabar la recarga.
- Ya voy, ya voy.
Y ahora volvía a hablar conmigo.
- Pucha, Gaspi me quiere quitar su celular. Rena, Daniel, Ale, Cata y Alex te envían saludos. Dicen que te cuides mucho. Te queremos Sam. Besos
- Mandale saludos de vuelta. Chau Chau -dije con tono triste, sabía que ellos también lo estaban. Que martirio. Quizá cuando los volvería a ver.
Ya me había colgado. Que detalle llamarme.
Después de la llamada, no pude seguir durmiendo. Aunque eran las 7.45 de la mañana, simplemente no pude. Me levante y prendí mi notebook. Ni siquiera me molesté en conectarme a messenger. ¿Quién iva a estar conectado a esta hora? Hace semanas que no revisaba mi facebook. Tenía mil notificaciones, pero no me interesaban. Me metí a las solicitudes de amistad.
No lo podía creer. No se como es que no me dio un infarto. Me quede estática por unos segundos.
"Fabián Elortegui te ha agregado como amigo." Lo acepté inmediatamente. No me importaba como esque había conseguido mi apellido como para buscarme, o si esque me había confundido con otra persona. O quizá una posiilidad bastante remota, esque me halla buscado insistentemente hasta encontrarme. Realmente no lo podía creer. Estube viendo todas sus fotos. Que chico más guapo. Estaba literalmente en la nubes. Creí que nadie me podría bajar de ellas hasta que leí algo que hiso que me dieran ganas de llorar.
"Situación Sentimental: En una relación con: Lucy Vásquez"
Creo que jamás me había sentido tan mal. Para mi desgracia, los dos estaban en mi colegio, que, ubiera sido una excelente noticia si no fuese porque estan en una relación. Ahora, además de sufrir, los vería todos los días abrazados, como cualquier pareja, todos los días del resto de mi estadia en ese colegio. Porque, apuesto todo a que están en mi curso. Que más, me llueve sobre mojado, y nosé que hacer para reponerme.
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Capítulo 5: El tiempo corre ♥
en
20:06
| Autora:
Nicole ♥
Los días pasaron rápidamente, y no pasaba nada interesante. Era como una rutina, levantarse y salir todos los días a pensar en Fabián, no podía dejar de hacerlo, era inevitable, y si lo tenía que hacer, preferia con aire fresco, asique, generalmente iva a la plaza donde nos conocimos, y preferencialmente me sentaba en la banca donde conversamos, por si acaso, aparecia de nuevo.
Llegó el jueves, mi madre me fue a comprar los materiales y a hacer trámites mientras yo y Cris veiamos una película, teniamos gustos parecidos en ese aspecto. El plan de hacerme la indiferente que había tenido hace algunos días, realmente no me funciono, yo los quiero mucho a los dos, y ese tipo de conducta no va bien conmigo. Llegó el viernes, y nada interesante tampoco.. estaba más que aburrida, el martes entraría a clases y también estaría de cumpleaños. Pasaban muy rápido los días, yo solamente intentaba pensar positivamente. No soy muy buena en eso de hacer amigos en un lugar que no conosco repleto de gente desconocida. Que vá, no soy mala, soy pésima. Pareciera que tengo un problema de introversión. Era el sábado por la tarde y estaba hechada en el sofa, viendo la tele, mi madre y Cris dormían. Cuando de repente, tocan el timbre.
Me sobresalté, ¿quién nos vendría a ver? ¿esque conocemos a alguien aquí? quizá era un amigo de Cristian. No lo creo.. que extraño. Miré por la ventana y vi a una señora a la entrada, conocía su cara, pero no logré distinguirla. Solo atiné a abrirle y a preguntarle a quién buscaba.
- Hola, ¿busca a alguien?
- ¡Oooh! ¡tesorito que grande que estás! -no lo podía creer. Era mi tia Loreto, hermana de mi madre. Se me había olvidado que vivía en Concepción, junto con mi prima Rocío. No dude ni un segundo y fui a abrirle la reja, y me dio un abrazo que casi me asfixia.
- ¡Hola tia! hace mucho que no la veia. ¿Desea ver a mi mamá?
- Bueno, en relidad, vengo a ver a todos, a ver como están todos. Y ha ponernos al día, obviamente.
- Está bien, pasa, pasa. Voy a llamar a mi madre, de seguro que esta durmiendo aún. -para mi sorpresa, mi madre y Cris en 2 segundos habían bajado, estaban vestidos y arreglados, y nos esperaban en la sala, ocupando el lugar que yo estaba ocupando recién.
- ¡Hola hermana, cuánto tiempo sin verte! -dijo mi madre, y se dieron un abrazo muy afectuoso. Transcurrio la tarde, y mi madre y mi tia no paraban de hablar, hablaron hasta de la mosca que estaba volando cerca de la entrada. Creo que les hiso bien, un reencuentro de hermanas. Escuché, entre esas conversaciones, que mi prima Rocío, a la cual quiero bastante, estaba gigante y hermosa, y este año, que pasaba a primer año medio, la cambiaban al colegio Pedro de Valdivia, el mismo en el que mi madre me ha inscrito, con la diferencia que yo ya estoy en segundo año medio. Mi tia estaba muy feliz de que nos tubieramos la una a la otra en un colegio totalmente desconocido, y la verdad, es que yo también. Sería horrible si yo llegara y no hubiera nadie con quien hablar. Llagó la hora de despedirce, muchos abrazos y saludos a mi prima y mi tia al fin se fue, eran eso de las 11.30 de la noche, asique me fui a acostar.
Tube un sueño maravilloso, soñé con Fabián, claro, era un tanto extraño el sueño, pero hermoso. No quería despertar, pero bueno, la triste realidad, hay que enfrentarla con buena cara. Me bañé y me puse en pie. Ordene mi pieza, que con el transcurso de los días había quedado hecha un desastre nuevamente. Mi mochila nueva, era muy linda, era morada y con aplicaciones medias violetas. Muy juvenil. Ya tenía el horario de clases y un mini mapa de mi colegio, la verdad esque era bastante grande. Puse en mi mochila los cuadernos que me tocaban el primer día de clases y mi estuche con mis útiles nuevos. Ya tenia todo listo para el martes, aunque recién era domingo. Me gusta tener las cosas listas antes de tiempo, así me siento más segura. Aún quedaba un día y medio, y no tenía nada que hacer. Al final, y con mucho ezfuerzo, decidí llamar a Rocío. Nos podríamos juntar, y así, ya estariamos más al día para el martes.
- Tit.. tit.. tit.. tit.. ¿Aló, quién habla?
- Rosi, soy Sam, tanto tiempo.
- ¡Oh! Sam, me has tomado desprevenida. De la que menos me esperaba una llamada ahora era de ti, prima.
- No nos vemos hace muchísimo, ¿porqué no nos juntamos? así nos podemos poner la día y también hablar un poco del tema del colegio. Estoy muy perdida. ¿Te parece?
- Me parece genial, pero hoy día no puedo. He quedado con unas amigas. ¿Te apetece mañana?
- Claro, ningún problema. ¿Pasas por mi, o quedamos en algún sitio?
- Creo que seria mejor quedar en algún sitio. ¿Bravísimo a la 4.30?
- Genial, ahí estaré. Besos Rosi.
- Cuidate, adios.
Estaba feliz por un lado de lo simpática que había sonado Rosi, y de que nos veríamos. Pero me bajo el ánimo un poco el tener que esperar un día más. Estaba demaciado aburrida..
Llegó el jueves, mi madre me fue a comprar los materiales y a hacer trámites mientras yo y Cris veiamos una película, teniamos gustos parecidos en ese aspecto. El plan de hacerme la indiferente que había tenido hace algunos días, realmente no me funciono, yo los quiero mucho a los dos, y ese tipo de conducta no va bien conmigo. Llegó el viernes, y nada interesante tampoco.. estaba más que aburrida, el martes entraría a clases y también estaría de cumpleaños. Pasaban muy rápido los días, yo solamente intentaba pensar positivamente. No soy muy buena en eso de hacer amigos en un lugar que no conosco repleto de gente desconocida. Que vá, no soy mala, soy pésima. Pareciera que tengo un problema de introversión. Era el sábado por la tarde y estaba hechada en el sofa, viendo la tele, mi madre y Cris dormían. Cuando de repente, tocan el timbre.
Me sobresalté, ¿quién nos vendría a ver? ¿esque conocemos a alguien aquí? quizá era un amigo de Cristian. No lo creo.. que extraño. Miré por la ventana y vi a una señora a la entrada, conocía su cara, pero no logré distinguirla. Solo atiné a abrirle y a preguntarle a quién buscaba.
- Hola, ¿busca a alguien?
- ¡Oooh! ¡tesorito que grande que estás! -no lo podía creer. Era mi tia Loreto, hermana de mi madre. Se me había olvidado que vivía en Concepción, junto con mi prima Rocío. No dude ni un segundo y fui a abrirle la reja, y me dio un abrazo que casi me asfixia.
- ¡Hola tia! hace mucho que no la veia. ¿Desea ver a mi mamá?
- Bueno, en relidad, vengo a ver a todos, a ver como están todos. Y ha ponernos al día, obviamente.
- Está bien, pasa, pasa. Voy a llamar a mi madre, de seguro que esta durmiendo aún. -para mi sorpresa, mi madre y Cris en 2 segundos habían bajado, estaban vestidos y arreglados, y nos esperaban en la sala, ocupando el lugar que yo estaba ocupando recién.
- ¡Hola hermana, cuánto tiempo sin verte! -dijo mi madre, y se dieron un abrazo muy afectuoso. Transcurrio la tarde, y mi madre y mi tia no paraban de hablar, hablaron hasta de la mosca que estaba volando cerca de la entrada. Creo que les hiso bien, un reencuentro de hermanas. Escuché, entre esas conversaciones, que mi prima Rocío, a la cual quiero bastante, estaba gigante y hermosa, y este año, que pasaba a primer año medio, la cambiaban al colegio Pedro de Valdivia, el mismo en el que mi madre me ha inscrito, con la diferencia que yo ya estoy en segundo año medio. Mi tia estaba muy feliz de que nos tubieramos la una a la otra en un colegio totalmente desconocido, y la verdad, es que yo también. Sería horrible si yo llegara y no hubiera nadie con quien hablar. Llagó la hora de despedirce, muchos abrazos y saludos a mi prima y mi tia al fin se fue, eran eso de las 11.30 de la noche, asique me fui a acostar.
Tube un sueño maravilloso, soñé con Fabián, claro, era un tanto extraño el sueño, pero hermoso. No quería despertar, pero bueno, la triste realidad, hay que enfrentarla con buena cara. Me bañé y me puse en pie. Ordene mi pieza, que con el transcurso de los días había quedado hecha un desastre nuevamente. Mi mochila nueva, era muy linda, era morada y con aplicaciones medias violetas. Muy juvenil. Ya tenía el horario de clases y un mini mapa de mi colegio, la verdad esque era bastante grande. Puse en mi mochila los cuadernos que me tocaban el primer día de clases y mi estuche con mis útiles nuevos. Ya tenia todo listo para el martes, aunque recién era domingo. Me gusta tener las cosas listas antes de tiempo, así me siento más segura. Aún quedaba un día y medio, y no tenía nada que hacer. Al final, y con mucho ezfuerzo, decidí llamar a Rocío. Nos podríamos juntar, y así, ya estariamos más al día para el martes.
- Tit.. tit.. tit.. tit.. ¿Aló, quién habla?
- Rosi, soy Sam, tanto tiempo.
- ¡Oh! Sam, me has tomado desprevenida. De la que menos me esperaba una llamada ahora era de ti, prima.
- No nos vemos hace muchísimo, ¿porqué no nos juntamos? así nos podemos poner la día y también hablar un poco del tema del colegio. Estoy muy perdida. ¿Te parece?
- Me parece genial, pero hoy día no puedo. He quedado con unas amigas. ¿Te apetece mañana?
- Claro, ningún problema. ¿Pasas por mi, o quedamos en algún sitio?
- Creo que seria mejor quedar en algún sitio. ¿Bravísimo a la 4.30?
- Genial, ahí estaré. Besos Rosi.
- Cuidate, adios.
Estaba feliz por un lado de lo simpática que había sonado Rosi, y de que nos veríamos. Pero me bajo el ánimo un poco el tener que esperar un día más. Estaba demaciado aburrida..
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Capítulo 4: Imposible pero cierto ♥
7.5.09
en
19:58
| Autora:
Nicole ♥
Espera un momento. ¿Qué jamás lo olvidaría? ¿cómo es eso? tengo que olvidarlo, no puedo enamorarme de él. Imposible. ¿Cómo sé que lo volveré a ver? tan solo intercambiamos unas pocas palabras. Apenas sé como se llama.. y conosco a un amigo de él, pero.. esto se esta tornando muy malo.. no quiero enamorarme, quizás sea un sufrimiento enorme para mi, el jamás volver a sentir su exquisito olor, su hermosa sonrisa, su contajiosa risa..
Me quede pensando en él el resto de la tarde, en cada uno de sus movimientos, en cada una de sus palabras. Termine por convencerme de que jamás lo olvidaría, aunque quisiera. Imposible pero cierto, quién pensaría que llegando a una ciudad desconocida, el motivo que haría que yo quisiese quedarme, sería un chico. No un chico cualquiera, claro, pero jamás lo ubiese pensado. Quién pensaría que me enamoraría de un extraño. Ahora, aunque no quisiera, sentía en mi interior la necesidad de buscarlo, de volver a sentir su voz, de volver a estar con él. Me dí cuenta de la hora, recién cuando comensó a oscurecer. Supuse de que mi madre estaría histérica, pero yo estaba de lo más relajada. No estaba perdida, le diría que si lo estaba, para tener una buena excusa de porque volvía a esta hora. Valla. Ahora yo era la de las excusas estúpidas, que ironía. Me puse en pie, y la verdad, esque agradecí el polerón que había traido, porque ya eran cerca de las 9:30 PM y si, hacíe un poco de frio. Me puse el polerón y comensé a caminar. Cuando llegue a la plaza, en la tarde, debí de estar realmente distraida para no darme cuenta de que había caminado cerca de 17 manzanas, realmente, mucho. La vuelta a casa, se me hiso mucho más larga, y llegue sumamente cansada. Cuando llegué mi mamá y Cris estaban afuera de casa con un carabinero. Supuse que lo habría llamado para que me fuera a buscar.
- Si, es mas o menos de este porte y tiene el cabello hasta la.. ¡SAM! oooh, Sam, ¿¡Dónde te habías metido!? -dijo con una cara bastante histérica y se me abalanzó para darme un abrazo.
- Me perdí mamá, lo siento.
- Lo importante es que supiste llegar, que bueno Sami. -me dijo Cris con un tono sereno y con una cara realmente tranquila, era como si supiese que iva a llegar, estaba un tanto intranquilo, pero no por mi, si no por mi madre. Cris era el único que me decia "Sami" no sé porque, pero preferia decirme así.
- Mamá ya sueltame, estoy bien, no me ha pasado nada.
- Esta bien.. caballero, disculpe las molestias, es que estaba realmente desesperada.. imaginese le ubiese pasado algo..
- No se preocupe señora, es nuestro deber. Hasta pronto. -dijo el carabinero, con tono paciente y se fué.
- Muy bien.. entremos, que se está haciendo de noche. -dijo mi madre con una voz muy nerviosa.
Entramos a la casa, y, realmente fue un alivio que la casa estubiese más fresca, generalmente parecía un horno. Fuí directamente a mi pieza, y me alegre de que mi madre no me ubiese hecho un discurso sobre el tener cuidado en las calles, pareciese que comensara a comprender que ya estoy un poco más grande. Colgué mi bolso y saqué las cosas de él. Cerré las cortinas y me puse enseguida el pijama, sabía que era muy temprano para acostarme, pero estaba realmente cansada. Me puse mis pantuflas y fui a la cocina.
- ¿Qué hay de cenar? -le pregunté a mi mamá que estaba revolviendo unos guisos en la cocina de gas.
- Voy a hacer lasaña. Aunque nosé si hacerla con carne, o sin carne, la verdad esque me e puesto tan nerviosa con que tu no estabas que no sé como hacerla.
- Hasla sin carne. Es más rica así. -Le alenté a mi madre. La verdad esque nunca me a gustado mucho la carne, tan solo como lo necesario.
Fuí al cuarto de estar a ver la tele, junto a Cris. Me pasó el control y me dijo que viese lo que quisiera. Puse el MTV, porque no me gustan muchos más canales, ese es uno de mis preferidos. Estaban dando los Top 10, y decidí dejarlos para informarme un poco en como va la cosa de la música.
A eso de 15 minutos, mi madre nos llamó a mi y a Cris a cenar. Nos sentamos todos en la mesa y comentamos lo rico que le había quedado a mi madre la comida, luego de dar el primer bocado.
- Esto.. Samantha, tengo una noticia que darte.
- ¿Qué pasa mamá?
- Ya te inscribí en un instituto, estas matriculada.
- ¿Qué? digo, esta bien, no hay nada más que hacer.
El colegio. No me había acordaba de eso. Había estado toda la tarde pensando en Fabián, y no le había dado vuelta al tema ni siquiera un minuto.
- ¿Cuándo inician las clases?
- La próxima semana. Ya te e encargado el uniforme y ya me han entregado la lista de materiales, el jueves voy a comprarlos. Si quieres me acompañas..
Genial, un colegio con uniforme. En mi antiguo colegio no había uniforme, que fastidio.
- Que vá mamá. No me interesa, elige los que quieras, sé que tienes buen gusto. -dije poniendo los ojos en blanco.
- Esta bien.. el uniforme lo entregan el día anterior al de clases, asi que si te queda un poco grande, no te quejes, no lo podremos cambiar.
- Bueno. -realmente me importaban muy poco ese tipo de cosas.
- Hay otra cosa que ivamos a preguntarte.. -dijo Cris, un tanto feliz.
- ¿Qué?
- ¿Qué quieres para tu cumpleaños? apropósito, que mal que cae justo el primer día de clases..
- Ni me lo digas. La verdad, esque no había pensado en eso, pero ya tengo de todo.. ¿qué les parece si me regalan una caja de bombones? -dije con cierta emoción, soy amante de los chocolates.
- Que vá, Sam. Siempre pides lo mismo. -dijo Cris poniendo los ojos en blanco.
- Pero es que no sé que más pedir que chocolate. -todos nos reimos.
- Bueno, aparte de chocolate, nosotros veremos que sorpresa te daremos.
- Esta bien, me conformo con que no sea nada muy infantil, se los ruego. -nos volvimos a reir.
Llevé mi plato a la cocina, me despedi de Cris y de mi madre. Me dirijí al baño y luego de lavarme los dientes, me acosté. Estaba realmente exausta. Antes de pensar en Fabián, para intentar soñar con él, pensé "mañana será otro día, veremos que pasa entonces" y cerré los ojos, y cai en un profundo sueño.
Me quede pensando en él el resto de la tarde, en cada uno de sus movimientos, en cada una de sus palabras. Termine por convencerme de que jamás lo olvidaría, aunque quisiera. Imposible pero cierto, quién pensaría que llegando a una ciudad desconocida, el motivo que haría que yo quisiese quedarme, sería un chico. No un chico cualquiera, claro, pero jamás lo ubiese pensado. Quién pensaría que me enamoraría de un extraño. Ahora, aunque no quisiera, sentía en mi interior la necesidad de buscarlo, de volver a sentir su voz, de volver a estar con él. Me dí cuenta de la hora, recién cuando comensó a oscurecer. Supuse de que mi madre estaría histérica, pero yo estaba de lo más relajada. No estaba perdida, le diría que si lo estaba, para tener una buena excusa de porque volvía a esta hora. Valla. Ahora yo era la de las excusas estúpidas, que ironía. Me puse en pie, y la verdad, esque agradecí el polerón que había traido, porque ya eran cerca de las 9:30 PM y si, hacíe un poco de frio. Me puse el polerón y comensé a caminar. Cuando llegue a la plaza, en la tarde, debí de estar realmente distraida para no darme cuenta de que había caminado cerca de 17 manzanas, realmente, mucho. La vuelta a casa, se me hiso mucho más larga, y llegue sumamente cansada. Cuando llegué mi mamá y Cris estaban afuera de casa con un carabinero. Supuse que lo habría llamado para que me fuera a buscar.
- Si, es mas o menos de este porte y tiene el cabello hasta la.. ¡SAM! oooh, Sam, ¿¡Dónde te habías metido!? -dijo con una cara bastante histérica y se me abalanzó para darme un abrazo.
- Me perdí mamá, lo siento.
- Lo importante es que supiste llegar, que bueno Sami. -me dijo Cris con un tono sereno y con una cara realmente tranquila, era como si supiese que iva a llegar, estaba un tanto intranquilo, pero no por mi, si no por mi madre. Cris era el único que me decia "Sami" no sé porque, pero preferia decirme así.
- Mamá ya sueltame, estoy bien, no me ha pasado nada.
- Esta bien.. caballero, disculpe las molestias, es que estaba realmente desesperada.. imaginese le ubiese pasado algo..
- No se preocupe señora, es nuestro deber. Hasta pronto. -dijo el carabinero, con tono paciente y se fué.
- Muy bien.. entremos, que se está haciendo de noche. -dijo mi madre con una voz muy nerviosa.
Entramos a la casa, y, realmente fue un alivio que la casa estubiese más fresca, generalmente parecía un horno. Fuí directamente a mi pieza, y me alegre de que mi madre no me ubiese hecho un discurso sobre el tener cuidado en las calles, pareciese que comensara a comprender que ya estoy un poco más grande. Colgué mi bolso y saqué las cosas de él. Cerré las cortinas y me puse enseguida el pijama, sabía que era muy temprano para acostarme, pero estaba realmente cansada. Me puse mis pantuflas y fui a la cocina.
- ¿Qué hay de cenar? -le pregunté a mi mamá que estaba revolviendo unos guisos en la cocina de gas.
- Voy a hacer lasaña. Aunque nosé si hacerla con carne, o sin carne, la verdad esque me e puesto tan nerviosa con que tu no estabas que no sé como hacerla.
- Hasla sin carne. Es más rica así. -Le alenté a mi madre. La verdad esque nunca me a gustado mucho la carne, tan solo como lo necesario.
Fuí al cuarto de estar a ver la tele, junto a Cris. Me pasó el control y me dijo que viese lo que quisiera. Puse el MTV, porque no me gustan muchos más canales, ese es uno de mis preferidos. Estaban dando los Top 10, y decidí dejarlos para informarme un poco en como va la cosa de la música.
A eso de 15 minutos, mi madre nos llamó a mi y a Cris a cenar. Nos sentamos todos en la mesa y comentamos lo rico que le había quedado a mi madre la comida, luego de dar el primer bocado.
- Esto.. Samantha, tengo una noticia que darte.
- ¿Qué pasa mamá?
- Ya te inscribí en un instituto, estas matriculada.
- ¿Qué? digo, esta bien, no hay nada más que hacer.
El colegio. No me había acordaba de eso. Había estado toda la tarde pensando en Fabián, y no le había dado vuelta al tema ni siquiera un minuto.
- ¿Cuándo inician las clases?
- La próxima semana. Ya te e encargado el uniforme y ya me han entregado la lista de materiales, el jueves voy a comprarlos. Si quieres me acompañas..
Genial, un colegio con uniforme. En mi antiguo colegio no había uniforme, que fastidio.
- Que vá mamá. No me interesa, elige los que quieras, sé que tienes buen gusto. -dije poniendo los ojos en blanco.
- Esta bien.. el uniforme lo entregan el día anterior al de clases, asi que si te queda un poco grande, no te quejes, no lo podremos cambiar.
- Bueno. -realmente me importaban muy poco ese tipo de cosas.
- Hay otra cosa que ivamos a preguntarte.. -dijo Cris, un tanto feliz.
- ¿Qué?
- ¿Qué quieres para tu cumpleaños? apropósito, que mal que cae justo el primer día de clases..
- Ni me lo digas. La verdad, esque no había pensado en eso, pero ya tengo de todo.. ¿qué les parece si me regalan una caja de bombones? -dije con cierta emoción, soy amante de los chocolates.
- Que vá, Sam. Siempre pides lo mismo. -dijo Cris poniendo los ojos en blanco.
- Pero es que no sé que más pedir que chocolate. -todos nos reimos.
- Bueno, aparte de chocolate, nosotros veremos que sorpresa te daremos.
- Esta bien, me conformo con que no sea nada muy infantil, se los ruego. -nos volvimos a reir.
Llevé mi plato a la cocina, me despedi de Cris y de mi madre. Me dirijí al baño y luego de lavarme los dientes, me acosté. Estaba realmente exausta. Antes de pensar en Fabián, para intentar soñar con él, pensé "mañana será otro día, veremos que pasa entonces" y cerré los ojos, y cai en un profundo sueño.
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Capítulo 3: Una delicia de brisa ♥
en
16:45
| Autora:
Nicole ♥
Me bañé por mucho rato, quizás demaciado. Lo necesitaba. Salí y después de secar mi cuerpo y mi pelo, me puse crema en todo el cuerpo, necesitaba sentirme bien. Me depilé, me arreglé las uñas y me arreglé el cabello. Salí a mi habitación y me puse la ropa más linda que tenía, por lo menos para mi. Me puse mis pitillos blancos, una polera sin mangas, con círculos de muchos colores y unas sandalias naranjas. Me pinté un poco, y cuando me miré en el espejo, la verdad esque me veía preciosa, y eso que yo tengo tendencia a encontrarme fea. Saqué de mi armario un perfume que jamás había ocupado, ni siquiera lo había olido. Un regalo de mi abuela para navidad. Lo olí y lo encontre delicioso, extravagante y algo exótico. Me lo puse. Ordené mi pieza, ya que la tenía hecha un desastre. Ordené todo, mi ropa, mi cama mi escritorio y abrí las cortinas.
Prendí mi notebook y me conecté a messenger, era temprano, y era sábado, asique no había casi nadie conectado, por lo menos nadie interesante. Lo cerré y revisé mi email.
Tenía 3 email. Uno de ellos era de mi mejor amiga de Santiago, Isabel. Decía:
Hola amiga!! no sabes cuanto te extraño, en realidad todos te extrañamos mucho, tienes que volver :(. Nosotros empezamos clases la próxima semana!! que fastidio.. ya se van a acabar las vacaciones.. un abrazo muy grande, jamás te olvidaremos. Te quiero.. Isa
Me dio muchísima pena, pero no podía hacer nada. Yo también la extrañaba mucho. Y la verdad, esque no estaba interesada en que se acabaran o no las vacaciones, porque sin ella, no eran divertidas. No quise responderle ahora porque si no, de seguro me pongo a llorar a mares. Revisé el otro email. Era de uno de mis amigos del colegio, Gaspar, estaba un curso más arriba que el mio, y además era mi vecino en mi antigua casa. Decía:
Hola Hola! como va la nueva vida? espero que muy bien.. te extraño Sam, ya no me rio tanto como antes, me haces falta. Oye, para tu cumpleaños no voy a estar conectado con la civilización jaja, asique te voy a dejar mis felicitaciones adelantadas, feliz cumpleaños!! que sean unos felices 16 y que vengan muchos más, lamento no estar ahí para abrazarte. Te quiero. Adios! Gaspi.
Mi cumpleaños. Que dilema. No me acordaba en lo absoluto. Dentro de 1 semana y media más iva a tener 16 añotes. Que pena, porque con Gaspi siempre saliamos con más amigos a celebrar los cumpleñoas, y en mis cumpleñaos, valla que me lo pasaba de lujo, y como no, con un amigo como él, y una amiga como Isa. Tampoco quise responderle, por la misma razón de antes.
El otro email era publicidad. Apagué el notebook y me estiré en mi cama. No sabía que hacer, estaba aburrida, con calor, y además era sabado. ¿Que se hace un sabado, sin amigos, en una ciudad desconocida? además estaba peleada con mi madre, asique ni pensar de paseos.
Finalmente, me decidi a dar una vuelta, llevaría mi celular por si esque me perdía y algo de dinero, por si las moscas. Agarre mi celular, un poco de dinero, un poleron si esque hacía frio (lo dudaba mucho, pero nunca se sabe) y los meti en mi bolso. Salí al cuarto de estar, donde estaban Cris y mi mamá viendo una película de Angelina Jolie. Le dije a mi mamá:
- Voy a salir.
- ¿Con quien si se puede saber? -dijo bromeando.
- Mamá, sabes que deje a todos mis amigos en Santiago, y aca no conosco a nadie más que a ustedes 2 y a mi prima Rocío.
- Esta bien, esta bien. Lo siento. ¿Pero no te vallas a perder ah? ¿Llevas tu celular?
- Claro que si. Adios Cris, adios mamá.
- Cuidate -dijeron los dos al mismo tiempo.
Salí y me aventuré a la desconocida ciudad, con muchísimo calor, y bastante aburrida. Camine por largo rato, y llegué a una plaza, no había casi nadie en ella. Estaba exausta, asique compré en una máquina de refrescos un jugo y me senté a tomarlo. Estaba todo tranquilo, y pensaba en como sería este año, cuando una brisa de aire alborotó mi largo cabello, e hiso que cerrara los ojos, y percibiera un olor. Era delicioso. Tan solo eso, ni siquiera hay palabras para describirlo. Era definitivamente, un deleite. Sentí, que de donde fuese que provenia ese olor, nunca lo olvidaría. Me voltee y me dí cuenta de que venía de un chico. No lo podía creer. No podía dejar de mirarlo. El miraba por detrás de mi, como buscándo a alguien, de repente murmuró algo, como hablando consigo mismo. Se acercó a mi, y yo, me puse más tonta que nunca, y se me aceleró el corazón a un ritmo nunca antes alcanzado. Y me hablo:
- Hola guapa, ¿esta ocupada la otra parte del banco? -me sonrió, con una sonrisa torcida, me derreti casi literalmente, que chico más guapo, nunca entendería como esque alguien puede ser tan perfecto.
- Eee.. esto.. hola, yo.. no, no, sientate si quieres, si, sientate.
Se rió, un nuevo record alcanzó mi corazón. No lo podía creer, que risa más hermosa.
- Hey, eres bastante despistada tu, ¿A que si?
- ¿Yo? ¿Porqué? -dije con un tono entre inocensia y enojo, no lo entendia, pero también estaba avergonsada, valla calificación, ¿esa era la impresión que causaba?
- Claro que si, ya llevas medio jugo derramado encima de tus pantalones blancos, jajaja.
- ¿¡QUÉ!? -miré horrorisada mis pantalones, pero era mentira, mi jugo la había dejado a un lado cuando esa brisa me alborotó el cabello, para arreglarmelo necesitaba las dos manos.
- Jajaja esa es típica, ¿Como es que has caido?
- Pues no lo sé, parece que de verdad soy despistada. -dije sumamente sonrojada y avergonsada.
- ¿Esperas a alguien? -dijo con una cara muy dulce, un nuevo color nunca antes alcanzado por mis mejillas, me tomó desprevenida.
- Eeem.. esto, no, soy nueva, llegue hace dos días acá, esto.. ¿y tu?
- Yo si.. estaba esperando a unos amigos, a propósito, soy Fabián.
- Yo soy Samantha.
- Qué bien hueles.. me a encantado tu olor.-Cuando dijo esto, no le dije nada, y me volvi a sonrojar.. al ver que yo no respondia, dijo medio riendose:
- ¿Y cómo es eso de que eres nueva? ¿de dónde vienes?
- So so soy de Santiago.. me mude porque el nuevo esposo de de mi madre vive a aquí.-dije tartamudeando, parecía una tonta.
- Baaj, que pena. Me pasó algo parecido. Pero, ¿para qué hablar de esas cosas? -dijo con una amplia sonrisa.
- Si, para que hablar de esas cos..-
- ¡Hey Fabián, deja a las chicas tranquilas, aunque sea por un día! jaja, vamos, Fano y Teba nos están esperando en el Mc Donals. -me interrumpio un chico, muy guapo también, pero creo que nadie pueda superar a Fabián.. que hermoso nombre.. pareciera que ese chico era un amigo de él. Y tenia prisa.
- ¡Ya voy, deja despedirme! -dijo dirijiendose al chico que habia aparecido recién- Él es un amigo, se llama Camilo, no le creas con eso de las chicas, tan solo le gusta molestarme. Espero volverte a ver, cuidate Sam.. adios.
- Adios.. -no me salieron más palabras, me quedé observando como los amigos se ivan caminando en dirección al Mc Donals, sonriendo y bromeando. Me había llamado Sam, tan solo los más cercanos me decían así, y me lo había dicho con cariño.. un extraño que tan solo había conocido hace unos minutos.. jamás lo olvidaría..
Prendí mi notebook y me conecté a messenger, era temprano, y era sábado, asique no había casi nadie conectado, por lo menos nadie interesante. Lo cerré y revisé mi email.
Tenía 3 email. Uno de ellos era de mi mejor amiga de Santiago, Isabel. Decía:
Hola amiga!! no sabes cuanto te extraño, en realidad todos te extrañamos mucho, tienes que volver :(. Nosotros empezamos clases la próxima semana!! que fastidio.. ya se van a acabar las vacaciones.. un abrazo muy grande, jamás te olvidaremos. Te quiero.. Isa
Me dio muchísima pena, pero no podía hacer nada. Yo también la extrañaba mucho. Y la verdad, esque no estaba interesada en que se acabaran o no las vacaciones, porque sin ella, no eran divertidas. No quise responderle ahora porque si no, de seguro me pongo a llorar a mares. Revisé el otro email. Era de uno de mis amigos del colegio, Gaspar, estaba un curso más arriba que el mio, y además era mi vecino en mi antigua casa. Decía:
Hola Hola! como va la nueva vida? espero que muy bien.. te extraño Sam, ya no me rio tanto como antes, me haces falta. Oye, para tu cumpleaños no voy a estar conectado con la civilización jaja, asique te voy a dejar mis felicitaciones adelantadas, feliz cumpleaños!! que sean unos felices 16 y que vengan muchos más, lamento no estar ahí para abrazarte. Te quiero. Adios! Gaspi.
Mi cumpleaños. Que dilema. No me acordaba en lo absoluto. Dentro de 1 semana y media más iva a tener 16 añotes. Que pena, porque con Gaspi siempre saliamos con más amigos a celebrar los cumpleñoas, y en mis cumpleñaos, valla que me lo pasaba de lujo, y como no, con un amigo como él, y una amiga como Isa. Tampoco quise responderle, por la misma razón de antes.
El otro email era publicidad. Apagué el notebook y me estiré en mi cama. No sabía que hacer, estaba aburrida, con calor, y además era sabado. ¿Que se hace un sabado, sin amigos, en una ciudad desconocida? además estaba peleada con mi madre, asique ni pensar de paseos.
Finalmente, me decidi a dar una vuelta, llevaría mi celular por si esque me perdía y algo de dinero, por si las moscas. Agarre mi celular, un poco de dinero, un poleron si esque hacía frio (lo dudaba mucho, pero nunca se sabe) y los meti en mi bolso. Salí al cuarto de estar, donde estaban Cris y mi mamá viendo una película de Angelina Jolie. Le dije a mi mamá:
- Voy a salir.
- ¿Con quien si se puede saber? -dijo bromeando.
- Mamá, sabes que deje a todos mis amigos en Santiago, y aca no conosco a nadie más que a ustedes 2 y a mi prima Rocío.
- Esta bien, esta bien. Lo siento. ¿Pero no te vallas a perder ah? ¿Llevas tu celular?
- Claro que si. Adios Cris, adios mamá.
- Cuidate -dijeron los dos al mismo tiempo.
Salí y me aventuré a la desconocida ciudad, con muchísimo calor, y bastante aburrida. Camine por largo rato, y llegué a una plaza, no había casi nadie en ella. Estaba exausta, asique compré en una máquina de refrescos un jugo y me senté a tomarlo. Estaba todo tranquilo, y pensaba en como sería este año, cuando una brisa de aire alborotó mi largo cabello, e hiso que cerrara los ojos, y percibiera un olor. Era delicioso. Tan solo eso, ni siquiera hay palabras para describirlo. Era definitivamente, un deleite. Sentí, que de donde fuese que provenia ese olor, nunca lo olvidaría. Me voltee y me dí cuenta de que venía de un chico. No lo podía creer. No podía dejar de mirarlo. El miraba por detrás de mi, como buscándo a alguien, de repente murmuró algo, como hablando consigo mismo. Se acercó a mi, y yo, me puse más tonta que nunca, y se me aceleró el corazón a un ritmo nunca antes alcanzado. Y me hablo:
- Hola guapa, ¿esta ocupada la otra parte del banco? -me sonrió, con una sonrisa torcida, me derreti casi literalmente, que chico más guapo, nunca entendería como esque alguien puede ser tan perfecto.
- Eee.. esto.. hola, yo.. no, no, sientate si quieres, si, sientate.
Se rió, un nuevo record alcanzó mi corazón. No lo podía creer, que risa más hermosa.
- Hey, eres bastante despistada tu, ¿A que si?
- ¿Yo? ¿Porqué? -dije con un tono entre inocensia y enojo, no lo entendia, pero también estaba avergonsada, valla calificación, ¿esa era la impresión que causaba?
- Claro que si, ya llevas medio jugo derramado encima de tus pantalones blancos, jajaja.
- ¿¡QUÉ!? -miré horrorisada mis pantalones, pero era mentira, mi jugo la había dejado a un lado cuando esa brisa me alborotó el cabello, para arreglarmelo necesitaba las dos manos.
- Jajaja esa es típica, ¿Como es que has caido?
- Pues no lo sé, parece que de verdad soy despistada. -dije sumamente sonrojada y avergonsada.
- ¿Esperas a alguien? -dijo con una cara muy dulce, un nuevo color nunca antes alcanzado por mis mejillas, me tomó desprevenida.
- Eeem.. esto, no, soy nueva, llegue hace dos días acá, esto.. ¿y tu?
- Yo si.. estaba esperando a unos amigos, a propósito, soy Fabián.
- Yo soy Samantha.
- Qué bien hueles.. me a encantado tu olor.-Cuando dijo esto, no le dije nada, y me volvi a sonrojar.. al ver que yo no respondia, dijo medio riendose:
- ¿Y cómo es eso de que eres nueva? ¿de dónde vienes?
- So so soy de Santiago.. me mude porque el nuevo esposo de de mi madre vive a aquí.-dije tartamudeando, parecía una tonta.
- Baaj, que pena. Me pasó algo parecido. Pero, ¿para qué hablar de esas cosas? -dijo con una amplia sonrisa.
- Si, para que hablar de esas cos..-
- ¡Hey Fabián, deja a las chicas tranquilas, aunque sea por un día! jaja, vamos, Fano y Teba nos están esperando en el Mc Donals. -me interrumpio un chico, muy guapo también, pero creo que nadie pueda superar a Fabián.. que hermoso nombre.. pareciera que ese chico era un amigo de él. Y tenia prisa.
- ¡Ya voy, deja despedirme! -dijo dirijiendose al chico que habia aparecido recién- Él es un amigo, se llama Camilo, no le creas con eso de las chicas, tan solo le gusta molestarme. Espero volverte a ver, cuidate Sam.. adios.
- Adios.. -no me salieron más palabras, me quedé observando como los amigos se ivan caminando en dirección al Mc Donals, sonriendo y bromeando. Me había llamado Sam, tan solo los más cercanos me decían así, y me lo había dicho con cariño.. un extraño que tan solo había conocido hace unos minutos.. jamás lo olvidaría..
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Capítulo 2: Indiferencia ♥
en
16:15
| Autora:
Nicole ♥
Cuando abrí los ojos, estaba desconcertada. ¿Dónde estaba? ¿Por qué hacia tanto calor? ¿Que había pasado? De repente, se me vino todo a la cabeza. Estaba en mi nueva casa, en Concepción.
Era mi segundo día ahí, asique aun no me había acostumbrado. Hacia calor porque aun estabamos en verano, y al parecer esta casa era calurosa. Lo que no me cuadró, era, porqué cuando me quede dormida mi madre no me había despertado y llamado a cenar, o porqué no me dijo que me pusiera el pijama y me acostara. Me acordé, lamentablemete, de la pequeña discución que tubimos. Como nadie me molestó, supuse que fue por que el par de esposos había terminado lo que yo ayer interrumpí. En ese instante me enojé, y decidí ir a bañarme y luego, a comer algo. Cuando intenté abrir la puerta, estaba con seguro, me acordé tambien, que yo la había cerrado ayer, y que por eso nadie había interrumpido en mi habitación. Por eso yo me había quedado dormida encima de mi cama llorando, con música y ropa puesta. Me sonrojé tan solo por lo tonta que había sido al pensar todas esas idioteces, se me paso el enojo, y fuí a disculparme con Cris y, por supuesto, con mi mamá.
Cuando salí, los dos me esperaban muy serios en el comedor, y antes de que pudiera decir una sola palabra, mi madre dijo:
- Sam, sientate, por favor.
- ¿Es necesario hacer esto? -dijo Cris, casi susurrandolo, con cierto tono infantil en la voz, la verdad, es que el era muy dulce y tranquilo, todo lo contrario a mi madre.
- Claro que si. Sam, sé que encontrarás innecesario todo esto, pero quiero que sepas que no voy a aceptar más faltas de respeto de ti. Yo y Cris hacemos lo que queremos, cuando queremos. Que yo te halla encargado algo, no quiere decir que tu te pongas en posición de "pobresita yo" y que salgas corriendo cuando se te dice algo. Ah, por cierto, no te vuelvas a encerrar, o te sacaré la puerta. Tu padre ya no está, acéptalo, ese maldito idiota se fue y no vá a volver, el muy cretino nos abandono y es hora de que tu..
- ¡Agatha! detente por favor.. ¡eres muy cruel!
- No me digas lo que tengo que hacer, querido. Asique, si no quieres seguir con la misma clase de castigos que el año pasado, compórtate y asume las cosas tal como son, y no me saques nada en cara, y menos con indirectas, ¿Está claro?
En ese instante, solo tenía ganas de dormir y jamás despertar. Le asentí a mi madre, y me dirijí al baño, tal como tenía planeado antes. Me miré al espejo, y traté de hallarme. ¿Quién era esa triste chica, con cabello castaño claro hasta la cintura, y de unos preciosos ojos celestes? ¿Era yo? no lo sé.. mis lágrimas comensaron a caer, y mi pecho tenia un sordo sollozo, el cual no me dejaba respirar con facilidad. No quería que mi madre me escuchara, asique traté de tranquilizarme. Al final, sumida en mis pensamientos, decidí algo. No le faltaría más el respeto a mi madre, ni a Cris. Pero tampoco sería amable con ellos. Intentaré no hablarles más, excepto lo necesario. Haber si así entienden que el que mi padre ya no esté, no es ninguna gracia para mi, y que el que mi madre lo trate como si no fuese nadie, me duele. Vamos a ver como van las cosas así.
Era mi segundo día ahí, asique aun no me había acostumbrado. Hacia calor porque aun estabamos en verano, y al parecer esta casa era calurosa. Lo que no me cuadró, era, porqué cuando me quede dormida mi madre no me había despertado y llamado a cenar, o porqué no me dijo que me pusiera el pijama y me acostara. Me acordé, lamentablemete, de la pequeña discución que tubimos. Como nadie me molestó, supuse que fue por que el par de esposos había terminado lo que yo ayer interrumpí. En ese instante me enojé, y decidí ir a bañarme y luego, a comer algo. Cuando intenté abrir la puerta, estaba con seguro, me acordé tambien, que yo la había cerrado ayer, y que por eso nadie había interrumpido en mi habitación. Por eso yo me había quedado dormida encima de mi cama llorando, con música y ropa puesta. Me sonrojé tan solo por lo tonta que había sido al pensar todas esas idioteces, se me paso el enojo, y fuí a disculparme con Cris y, por supuesto, con mi mamá.
Cuando salí, los dos me esperaban muy serios en el comedor, y antes de que pudiera decir una sola palabra, mi madre dijo:
- Sam, sientate, por favor.
- ¿Es necesario hacer esto? -dijo Cris, casi susurrandolo, con cierto tono infantil en la voz, la verdad, es que el era muy dulce y tranquilo, todo lo contrario a mi madre.
- Claro que si. Sam, sé que encontrarás innecesario todo esto, pero quiero que sepas que no voy a aceptar más faltas de respeto de ti. Yo y Cris hacemos lo que queremos, cuando queremos. Que yo te halla encargado algo, no quiere decir que tu te pongas en posición de "pobresita yo" y que salgas corriendo cuando se te dice algo. Ah, por cierto, no te vuelvas a encerrar, o te sacaré la puerta. Tu padre ya no está, acéptalo, ese maldito idiota se fue y no vá a volver, el muy cretino nos abandono y es hora de que tu..
- ¡Agatha! detente por favor.. ¡eres muy cruel!
- No me digas lo que tengo que hacer, querido. Asique, si no quieres seguir con la misma clase de castigos que el año pasado, compórtate y asume las cosas tal como son, y no me saques nada en cara, y menos con indirectas, ¿Está claro?
En ese instante, solo tenía ganas de dormir y jamás despertar. Le asentí a mi madre, y me dirijí al baño, tal como tenía planeado antes. Me miré al espejo, y traté de hallarme. ¿Quién era esa triste chica, con cabello castaño claro hasta la cintura, y de unos preciosos ojos celestes? ¿Era yo? no lo sé.. mis lágrimas comensaron a caer, y mi pecho tenia un sordo sollozo, el cual no me dejaba respirar con facilidad. No quería que mi madre me escuchara, asique traté de tranquilizarme. Al final, sumida en mis pensamientos, decidí algo. No le faltaría más el respeto a mi madre, ni a Cris. Pero tampoco sería amable con ellos. Intentaré no hablarles más, excepto lo necesario. Haber si así entienden que el que mi padre ya no esté, no es ninguna gracia para mi, y que el que mi madre lo trate como si no fuese nadie, me duele. Vamos a ver como van las cosas así.
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Capítulo 1: Un día de verano ♥
en
15:35
| Autora:
Nicole ♥
Mientras caminaba por la acera, me preguntaba como es que yo había llegado hasta ahí. Si, como es que había pasado todo tan rápido, y sin darme cuenta, estaba en una ciudad desconocida, con gente nueva, lugares nuevos y, hasta sensaciones nuevas. Dejando a mi antiguo colegio atrás, y con el, a mis amigas y amigos también. Estaba atardeciendo, y pensé que mi madre se preocuparía. Los árboles se veian de un extraño color verde cálido, y todo reflejaba una hermosa tarde de verano, acogedora. En la calle, no había ninguna respiración más que la mia, y pensé que cualquiera hubiese estado feliz en aquel lugar, pero para mi, todo tenía un tono más grisaceo, más triste, aunque no le pusiera oposición.
¡Zás! un perro rompio la bolsa con el pan aun tibio que traia entre mis manos que mi madre me había encargado ir a comprar, sin darme cuenta, en dos segundos todo el pan estaba desparramado en el suelo. Le grité al perro para que se fuera, cosa poco normal en mi, puesto que le tengo cierto temor a los perros. Pero, al darme cuenta que el no se fue y comenso a comer pan, me dio cierto miedo, y segui mi camino casi corriendo. Llegué a mi nueva y desconocida casa en cosa de 3 minutos, o menos, estaba sobresaltada, y cerre la puerta de entrada con un portaso. Si ubiese llegado así a mi antigua casa, donde yo y mi mamá eramos felices, ella ubiera venido a recibirme y a preguntarme preocupadamente que me había pasado, dandome un abrazo. Pero ahora, sentandome en un sillón, con todo disperso al rededor, calmé mi respiración y la esperé en vano. Me extraño que ni siquiera me ubiese dicho desde la otra habitación algo como "¡Hey! cariño, ¿qué te ha pasado?", pero no me dijo nada de eso, y agudisándo el oído para descubrir el porque de todo esto, escuché unos leves gemidos. Fui despreocupadamente a la pieza de mi mamá, que estaba en el segundo piso, pero, ¡HORROR! mi mamá y Cris (su nuevo esposo) estaban besádose, y creo que iva para algo más, porque esos besos se veían con otras intenciones. Me quede estupefacta mirandolos, casi embobada, y como no se percataron, tube que darle fin a esa situación, y les dije "¡Parece que no les vasto con la luna de miel! ¿eh?" la verdad esque quería sonar chistosa, pero más que chistosa, soné horrible, casi cruel. Se separaron en el instante, y mi madre, avergonzada dijo:
- Sam, lo siento, esto.. yo, no sé.
- Que vá mamá, no importa, pero si quieres intimidad con Cris, tan solo dime, y no me des excusas estúpidas como que valla acomprar pan. -la verdad, es que en ese momento me dio mucha ira, no lo entendia, no le bastaba tan solo con venirse a la ciudad donde vivía su nuevo amor, si no que además me ponía excusas de lo más idiotas-
- ¡Samantha Stewart! ¡No crees que...!
No le escuche más, había bajado corriendo las escaleras hacia en primer piso, y me encerré en mi habitación, escuche tan solo un leve murmullo, y algunos pasos, era como si mi madre estubiese dispuesta a bajar y castigarme, pero pareciera que Cris la ubiese tranquilizado.. pues no lo sé. Realmente, me cae bien Cris, pero no soporto que mi mamá crea que el va a reemplazar a mi papá.. esa es una de las cosas que odio, la otra cosa que odio es que me llame por mi nombre y primer apellido, me hace recordar a mi padre, preferiria que solo me dijiese "Samantha" o simplemente "Sam".
En ese instante no sabía lo que hacía. Cerré mi puerta con seguro y me estiré en mi cama. Me puse mi ipod y escuche la radio, estaban dando no se qué de Belanova, la verdad es que en ese instante creo que me relajo esa canción, me puse a ver mi cuaderno de recuerdos de mis amigos de mi antiguo colegio, y lloré por varias horas.
¡Zás! un perro rompio la bolsa con el pan aun tibio que traia entre mis manos que mi madre me había encargado ir a comprar, sin darme cuenta, en dos segundos todo el pan estaba desparramado en el suelo. Le grité al perro para que se fuera, cosa poco normal en mi, puesto que le tengo cierto temor a los perros. Pero, al darme cuenta que el no se fue y comenso a comer pan, me dio cierto miedo, y segui mi camino casi corriendo. Llegué a mi nueva y desconocida casa en cosa de 3 minutos, o menos, estaba sobresaltada, y cerre la puerta de entrada con un portaso. Si ubiese llegado así a mi antigua casa, donde yo y mi mamá eramos felices, ella ubiera venido a recibirme y a preguntarme preocupadamente que me había pasado, dandome un abrazo. Pero ahora, sentandome en un sillón, con todo disperso al rededor, calmé mi respiración y la esperé en vano. Me extraño que ni siquiera me ubiese dicho desde la otra habitación algo como "¡Hey! cariño, ¿qué te ha pasado?", pero no me dijo nada de eso, y agudisándo el oído para descubrir el porque de todo esto, escuché unos leves gemidos. Fui despreocupadamente a la pieza de mi mamá, que estaba en el segundo piso, pero, ¡HORROR! mi mamá y Cris (su nuevo esposo) estaban besádose, y creo que iva para algo más, porque esos besos se veían con otras intenciones. Me quede estupefacta mirandolos, casi embobada, y como no se percataron, tube que darle fin a esa situación, y les dije "¡Parece que no les vasto con la luna de miel! ¿eh?" la verdad esque quería sonar chistosa, pero más que chistosa, soné horrible, casi cruel. Se separaron en el instante, y mi madre, avergonzada dijo:
- Sam, lo siento, esto.. yo, no sé.
- Que vá mamá, no importa, pero si quieres intimidad con Cris, tan solo dime, y no me des excusas estúpidas como que valla acomprar pan. -la verdad, es que en ese momento me dio mucha ira, no lo entendia, no le bastaba tan solo con venirse a la ciudad donde vivía su nuevo amor, si no que además me ponía excusas de lo más idiotas-
- ¡Samantha Stewart! ¡No crees que...!
No le escuche más, había bajado corriendo las escaleras hacia en primer piso, y me encerré en mi habitación, escuche tan solo un leve murmullo, y algunos pasos, era como si mi madre estubiese dispuesta a bajar y castigarme, pero pareciera que Cris la ubiese tranquilizado.. pues no lo sé. Realmente, me cae bien Cris, pero no soporto que mi mamá crea que el va a reemplazar a mi papá.. esa es una de las cosas que odio, la otra cosa que odio es que me llame por mi nombre y primer apellido, me hace recordar a mi padre, preferiria que solo me dijiese "Samantha" o simplemente "Sam".
En ese instante no sabía lo que hacía. Cerré mi puerta con seguro y me estiré en mi cama. Me puse mi ipod y escuche la radio, estaban dando no se qué de Belanova, la verdad es que en ese instante creo que me relajo esa canción, me puse a ver mi cuaderno de recuerdos de mis amigos de mi antiguo colegio, y lloré por varias horas.
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30.5.09
Capítulo 11: Fabián y Samantha ♥
No sé cuantos minutos pasaron. Podía pasarme así toda la vida. Amandole, estando con él. Sé que parece un sentimiento apresurado, pero yo lo sentía así. Recuerdo que una vez de niña le dije a mi madre "puede que ame a algún hombre alguna vez, pero jamás lo amaré tanto como a tí" ahora esas palabras eran absurdas. Claro, la amaba muchísimo, pero este amor era diferente. Un amor tan puro, tan limpio, algo nuevo, algo digno de experimentar. Algo hermoso. Nunca me había sentido tan feliz, se me olvidaron todas mis preocupaciones y todos mis deberes, mis responsabilidades y mis ideales. Que locura amar a alguien de ese modo. Pero, ¿saben que es más loco? que esa persona te ame de igual forma a ti. Un delirio total.
Mientra le abrazaba, tenía los ojos cerrados. Disfrutanto el momento. Pero al parecer, más que un momento fue una hora o algo así, no lo podía creer cuando abrí los ojos, ya estaba atardeciendo. Me separe de un impulso de Fabián y me incorporé, cojí mi mochila (la cual había dejado en el suelo) y me dispuse a caminar, pero se me olvidaba lo más importante. ¿Qué era?
Pues claro, en un impulso medio frenético por el miedo a que mi madre me retara mezclado con la lejanía de mi casa, me olvide completamente de que la última hora había estado abrazada con mi enamorado, y que antes de eso le había besado. Me di la vuelta y corrí desesperadamente los pocos pasos que había dado hacia él, y poniendome de puntitas (el era algo más alto que yo) le abrazé. Él también se había parado y tenía cara de confusión. Le miré hacia arriba y le dije:
- Lo siento, fue solo un impulso.
- Al menos te despertaste, creía que no lo harías nunca. -¿despertarme? ¿de qué hablaba?
- Pero si yo no me he dormido. -añadí con confusión.
- Jajaja ya, cuentame que has estado asiendo con los ojos cerrados apollada en mi pecho la última hora. -dijo con tono burlesco. Ante eso me sonrojé.
- Esto.. yo.. disfrutaba de estar a tu lado, no me quería separar de ti.
- Te ves tan linda cuando te sonrojas -eso solo logró que me sonrojara más aun.
- Aún tenemos muchos años para estar juntos, ¿de qué te preocupas? -añadió con tono sumamente decidido. ¿A qué se refería? ¿somos novios ahora o qué?
- Entonces.. supongo que ahora somos nov.. digo.. esto.. ¿qué somos nosotros?
- Mira, ojala fuera así de simple. Yo ya te considero mi novia, pero claro que a las mujeres les gustan las cosas más formales. -en ese instante se separó un poco de mi, se agachó y apolló una rodilla en la arena y me tomó una mano (típica de cuando te piden matrimonio).
- ¿Quieres ser mi novia hasta que el destino nos separe o vivir siempre juntos y luego casarnos? -le quería gritar que si, pero algo me detenía. "O vivir siempre juntos y luego casarnos" eso era una declaración fuerte. Realmente estaba tan enamorado como yo, ¿o esa era su táctica para conquistar a chicas?
- Yo.. si quiero. -me sonrojé a más no poder. Que momento más único.
Se paró me abrazó con todas sus fuerzas. Casi me deja sin respirar. Él lo notó, me soltó y me tomo de las manos. Y me dijo:
- Lo siento, no mido mi fuerza. Esque siento la necesidad de meterte dentro de mi corazón, y abrazandote fuerte es la única forma que siento que estoy más cerca de hacerlo. -que ternura, es demaciado tierno. ¡Le amo tanto!
- Eres un ángel. No me quiero caer nunca de esta nube, pero cuidado con esos abrazos, que me puedes matar por dejarme sin respirar. -le dije reprochándoile, pero también con amor. Él me sonrió pícaramente, y me dijo:
- Esto si que te dejará sin respirar.
Y se me abalanzó. Me dio un beso apasionado tras otro, me mordía el labio inferior, me tenía agarrada de la cintura. Y bueno, yo como no soy tan tonta, aproveché y le devolví los besos. Cuando por fin lo dejamos, la verdad esque si, me quede sin respirar.
- ¿Ves que te dejé sin respirar? -dijo con un brillo especial en los ojos.
- No.. yo solo.. bueno si.. -admití finalmente.
- Apuesto a que te puedo matar de asfixia. -me sonrió de forma torcida (la sonrisa que me pone a mil) y me guiñó un ojo.- Pero obviamente no te quiero matar, que te amo mucho.
- Bueno, haber quien mata antes al otro.
Y bueno, esta vez yo fui la lanzada, me abalanzé a su cuerpo tan fuertemente que nos caímos al suelo. Como yo fuí la que lo empujó quedé encima de él, y bueno estaba con la falda del cole, asique eso hacia que cualquier hombre se quisiese aprovechar de la situación, pero el esperó paciente a que yo tomara la iniciativa, que buen chico. Me acerqué a su cara y volvímos a lo anterior; más y más besos apasionados, llenos de amor y de deseo. Esta vez era su turno, asique me volteó rápidamente quedando esta vez él encima mio, claro que él era mucho más pesado, y lo sabía, asique no cargo nada de su peso y con las manos apolladas en la arena (al lado de mi cabeza, una a cada lado) se acerco, y bueno adivinen en que nos pasamos los 10 minutos siguientes. Si pensaron en besos y más besos, acertaron.
Encontré el momento adecuado para detenernos. Ya era tarde, casi estaba oscuro y estaba llena de arena. Además, no había almorazado ni nada, y había faltado a física (tenía clases de física esta tarde, ¡ouch!) asique me separe de él, me levante y sin perder tiempo comenzé a sacudirme la arena.
- ¿Esque no te han gustado mis besos? -me dijo con carita de niñito triste. Que ternura.
- Ay, obvio que si Fabi (ahora que tenía tanta confianza con él, como no decirle así) pero esque mira la hora que es, ¡y tengo un hambre que no te cuento!
- No será de esto, ¿o si? - dijo tomándome de la cintura y tomándome la mejilla con la otra mano.
- Ya basta, es mucho por hoy, ¿no te parece? me he saltado física, digo NOS HEMOS saltado física, no he almorzado y mi madre se va a enojar muchísimo conmigo por la hora que estoy llegando a casa.
- Ya vale, nos vamos.
Y partimos. A su lado el tiempo pasaba increíblemente rápido, era impresionante. A eso de segundos estabamos afuera de mi casa, me había ido a dejar. ¿No es lindo?
- ¿Ya estás feliz? -dijo un tanto enojado. Supuse que no se quería despegar de mi. Lo comprendia a la perfección, pero yo no era tan inmadura.
- Ya dejalo, pareces de esos niños mimados de la televisión.
- Pero esque no me quiero separar de ti, ahora que somos esto.. novios, no sé, siento que te voy a perder.. ¿por qué no me invitas a cenar? -tal cono intuí, cada vez le conocía mejor.
- ¿Te has pegado en la cabeza? -en mi vida mi madre me había dejado llevar chicos a mi casa. Ya saben, sobreprotectora o que se yo. No le gustaba que tubiera amigos hombres. A penas pasaba a Gaspi.
- Esta bien, esta bien.. nos vemos mañana supongo.. y bueno me voy..
- Que duermas bien y esto.. chao.
En ese momento los dos nos dimos vuelta, quedando de espaldas, para yo entrar a mi casa y él para dirijirse a la suya, pero, inevitablemente, nos vulvimos a dar vuelta quedando el uno al frente del otro y nos besamos. ¿Una despedida sin beso? ni lo sueñes.
Y hasta que se fué. Costó un poco pero, finalmente se fué. Me sentía liviana, feliz, gloriosa. Me sentia conquistada, enamorada. Sentía que mi corazón estaba lleno, me sentía satisfecha. Totalmente feliz. Oh oh.. ahora tenía que enfrentar a mi madre.. ¿qué le iva a decir? tal vez que..
- Hola Sam, ¿comó estas? -interrumpió mis pensamientos mi madre, la cual me dijo todo esto con tono gangoso, como cuando estas resfriada. Tenía los ojos rojos y la cara hinchada. ¿Qué le había pasado?
- ¡¡Mamá!! ¿qué te ha pasado?
- Pues nada.. no ves que me he resfriado..
- Vaya, que en la mañana no estabas así.. fue todo muy rápido no.. pero bueno, ya se pasará.
- Eso espero. Buenas noches hija.
- Buenas noches mamá -le dije con todo un poco extrañada, si, ya estaba oscuro y me había demorado mucho, pero tan de noche no era, por lo menos yo no me iva a acostar, eran recién ¡las 19.47! bueno, como comprenderán, en otoño aca en Chile ya esta oscureciendo bien temprano..
Las siguientes horas se me pasaron volando. Entre tantas ideas e iluciones, no me quedo tiempo más que para pensar. Que bello día, quizás que me esperaba para mañana. Llegó la hora de acostarce y así lo hise. Estaba cansada.
Mañana sería un nuevo día.
Mientra le abrazaba, tenía los ojos cerrados. Disfrutanto el momento. Pero al parecer, más que un momento fue una hora o algo así, no lo podía creer cuando abrí los ojos, ya estaba atardeciendo. Me separe de un impulso de Fabián y me incorporé, cojí mi mochila (la cual había dejado en el suelo) y me dispuse a caminar, pero se me olvidaba lo más importante. ¿Qué era?
Pues claro, en un impulso medio frenético por el miedo a que mi madre me retara mezclado con la lejanía de mi casa, me olvide completamente de que la última hora había estado abrazada con mi enamorado, y que antes de eso le había besado. Me di la vuelta y corrí desesperadamente los pocos pasos que había dado hacia él, y poniendome de puntitas (el era algo más alto que yo) le abrazé. Él también se había parado y tenía cara de confusión. Le miré hacia arriba y le dije:
- Lo siento, fue solo un impulso.
- Al menos te despertaste, creía que no lo harías nunca. -¿despertarme? ¿de qué hablaba?
- Pero si yo no me he dormido. -añadí con confusión.
- Jajaja ya, cuentame que has estado asiendo con los ojos cerrados apollada en mi pecho la última hora. -dijo con tono burlesco. Ante eso me sonrojé.
- Esto.. yo.. disfrutaba de estar a tu lado, no me quería separar de ti.
- Te ves tan linda cuando te sonrojas -eso solo logró que me sonrojara más aun.
- Aún tenemos muchos años para estar juntos, ¿de qué te preocupas? -añadió con tono sumamente decidido. ¿A qué se refería? ¿somos novios ahora o qué?
- Entonces.. supongo que ahora somos nov.. digo.. esto.. ¿qué somos nosotros?
- Mira, ojala fuera así de simple. Yo ya te considero mi novia, pero claro que a las mujeres les gustan las cosas más formales. -en ese instante se separó un poco de mi, se agachó y apolló una rodilla en la arena y me tomó una mano (típica de cuando te piden matrimonio).
- ¿Quieres ser mi novia hasta que el destino nos separe o vivir siempre juntos y luego casarnos? -le quería gritar que si, pero algo me detenía. "O vivir siempre juntos y luego casarnos" eso era una declaración fuerte. Realmente estaba tan enamorado como yo, ¿o esa era su táctica para conquistar a chicas?
- Yo.. si quiero. -me sonrojé a más no poder. Que momento más único.
Se paró me abrazó con todas sus fuerzas. Casi me deja sin respirar. Él lo notó, me soltó y me tomo de las manos. Y me dijo:
- Lo siento, no mido mi fuerza. Esque siento la necesidad de meterte dentro de mi corazón, y abrazandote fuerte es la única forma que siento que estoy más cerca de hacerlo. -que ternura, es demaciado tierno. ¡Le amo tanto!
- Eres un ángel. No me quiero caer nunca de esta nube, pero cuidado con esos abrazos, que me puedes matar por dejarme sin respirar. -le dije reprochándoile, pero también con amor. Él me sonrió pícaramente, y me dijo:
- Esto si que te dejará sin respirar.
Y se me abalanzó. Me dio un beso apasionado tras otro, me mordía el labio inferior, me tenía agarrada de la cintura. Y bueno, yo como no soy tan tonta, aproveché y le devolví los besos. Cuando por fin lo dejamos, la verdad esque si, me quede sin respirar.
- ¿Ves que te dejé sin respirar? -dijo con un brillo especial en los ojos.
- No.. yo solo.. bueno si.. -admití finalmente.
- Apuesto a que te puedo matar de asfixia. -me sonrió de forma torcida (la sonrisa que me pone a mil) y me guiñó un ojo.- Pero obviamente no te quiero matar, que te amo mucho.
- Bueno, haber quien mata antes al otro.
Y bueno, esta vez yo fui la lanzada, me abalanzé a su cuerpo tan fuertemente que nos caímos al suelo. Como yo fuí la que lo empujó quedé encima de él, y bueno estaba con la falda del cole, asique eso hacia que cualquier hombre se quisiese aprovechar de la situación, pero el esperó paciente a que yo tomara la iniciativa, que buen chico. Me acerqué a su cara y volvímos a lo anterior; más y más besos apasionados, llenos de amor y de deseo. Esta vez era su turno, asique me volteó rápidamente quedando esta vez él encima mio, claro que él era mucho más pesado, y lo sabía, asique no cargo nada de su peso y con las manos apolladas en la arena (al lado de mi cabeza, una a cada lado) se acerco, y bueno adivinen en que nos pasamos los 10 minutos siguientes. Si pensaron en besos y más besos, acertaron.
Encontré el momento adecuado para detenernos. Ya era tarde, casi estaba oscuro y estaba llena de arena. Además, no había almorazado ni nada, y había faltado a física (tenía clases de física esta tarde, ¡ouch!) asique me separe de él, me levante y sin perder tiempo comenzé a sacudirme la arena.
- ¿Esque no te han gustado mis besos? -me dijo con carita de niñito triste. Que ternura.
- Ay, obvio que si Fabi (ahora que tenía tanta confianza con él, como no decirle así) pero esque mira la hora que es, ¡y tengo un hambre que no te cuento!
- No será de esto, ¿o si? - dijo tomándome de la cintura y tomándome la mejilla con la otra mano.
- Ya basta, es mucho por hoy, ¿no te parece? me he saltado física, digo NOS HEMOS saltado física, no he almorzado y mi madre se va a enojar muchísimo conmigo por la hora que estoy llegando a casa.
- Ya vale, nos vamos.
Y partimos. A su lado el tiempo pasaba increíblemente rápido, era impresionante. A eso de segundos estabamos afuera de mi casa, me había ido a dejar. ¿No es lindo?
- ¿Ya estás feliz? -dijo un tanto enojado. Supuse que no se quería despegar de mi. Lo comprendia a la perfección, pero yo no era tan inmadura.
- Ya dejalo, pareces de esos niños mimados de la televisión.
- Pero esque no me quiero separar de ti, ahora que somos esto.. novios, no sé, siento que te voy a perder.. ¿por qué no me invitas a cenar? -tal cono intuí, cada vez le conocía mejor.
- ¿Te has pegado en la cabeza? -en mi vida mi madre me había dejado llevar chicos a mi casa. Ya saben, sobreprotectora o que se yo. No le gustaba que tubiera amigos hombres. A penas pasaba a Gaspi.
- Esta bien, esta bien.. nos vemos mañana supongo.. y bueno me voy..
- Que duermas bien y esto.. chao.
En ese momento los dos nos dimos vuelta, quedando de espaldas, para yo entrar a mi casa y él para dirijirse a la suya, pero, inevitablemente, nos vulvimos a dar vuelta quedando el uno al frente del otro y nos besamos. ¿Una despedida sin beso? ni lo sueñes.
Y hasta que se fué. Costó un poco pero, finalmente se fué. Me sentía liviana, feliz, gloriosa. Me sentia conquistada, enamorada. Sentía que mi corazón estaba lleno, me sentía satisfecha. Totalmente feliz. Oh oh.. ahora tenía que enfrentar a mi madre.. ¿qué le iva a decir? tal vez que..
- Hola Sam, ¿comó estas? -interrumpió mis pensamientos mi madre, la cual me dijo todo esto con tono gangoso, como cuando estas resfriada. Tenía los ojos rojos y la cara hinchada. ¿Qué le había pasado?
- ¡¡Mamá!! ¿qué te ha pasado?
- Pues nada.. no ves que me he resfriado..
- Vaya, que en la mañana no estabas así.. fue todo muy rápido no.. pero bueno, ya se pasará.
- Eso espero. Buenas noches hija.
- Buenas noches mamá -le dije con todo un poco extrañada, si, ya estaba oscuro y me había demorado mucho, pero tan de noche no era, por lo menos yo no me iva a acostar, eran recién ¡las 19.47! bueno, como comprenderán, en otoño aca en Chile ya esta oscureciendo bien temprano..
Las siguientes horas se me pasaron volando. Entre tantas ideas e iluciones, no me quedo tiempo más que para pensar. Que bello día, quizás que me esperaba para mañana. Llegó la hora de acostarce y así lo hise. Estaba cansada.
Mañana sería un nuevo día.
22.5.09
Capítulo 10: Sorpresas ♥
Me quedé al rededor de media hora pensando en lo ocurrido, no lo podía creer. Mañana volvería a verlo, en algo así como una cita. Aunque, no sé muy bien como lo va a llevar Lucy. Creo que me gané una nueva enemiga. Genial, no llevaba ni siquiera dos semanas y ya tenía una enemiga.. pero bueno, también tenía a un amor. De repente, siento que algo comienza a vibrar. Me quedé pensando que podía ser. ¡¡Claro!! mi celular, que torpe soy.
- ¿Diga?
- ¡Sam! te estoy esperando hace muchísimo rato, ¿estás bien? ¿dónde estás? ¿te raptaron? ¡¡responde hija, hija!! -mi madre es muy exagerada, pero bueno, la entiendo, era mi primer día de clases y además llegaría tarde a casa.. debe ser frustrante para ella.
- Mamá.. estoy bien.. me quede en el colegio un rato mas a.. esto.. a ¡estudiar! -mm.. no era muy buena excusa, pero luego inventaría algo mejor para explicarselo a mamá..
- Bueno, pero me llamas si te vas a quedar más rato, me tenías muy preocupada, vente inmediatamente o voy a mandar a los carabineros a buscarte.
- Ya voy, ya voy, hasta luego. -y corté.
Dios, que exagerada mi mamá. Salí del "escondite" y luego salí del colegio. Caminaba despacio por la vereda, paso a paso, igual que en la mañana. Cuidadosamente. Había un cálido sol, como de otoño, pero aun con un rastro de verano, agradable, no como el sol asfixiante de verano. A eso de los 20 minutos y algo llegué a mi casa. Mi mamá me esperaba junto con Cris, Rosi, mi tía Loreto, Isa, Gaspi, Alex y Cata. Rayos, se me había olvidado por completo que hoy era mi cumpleaños. Era la mejor sorpresa que mi madre y Cris me podían dar, traer a mis mejores amigos, aunque solo sea por un día. Por eso estaba nerviosa y alterada, porque no entendía mi retraso. Todos mis amigos, se me avalanzaron, luego de muchos abrazos, besos y felicitaciones, vino mi prima y me abrazó. No entendía porque en la mañana no lo había hecho, era extraño. Quizás no se había acordado.
- ¡¡Saaaaaaam!! te extrañaba tanto tanto. -dijo mi amiga Isa, con lágrimas en los ojos.
- Y yo. -dijo Gaspi intentando no quedar de lado.
- Y yo. -dijo Alex (otro de mis mejores amigos) también intentando no quedar de lado.
- ¿Y tu crees que yo no? o tienes retraso mental, o eres muy torpe para no darte cuenta de todo lo que te extrañabamos. -dijo Cata, una gran amiga, aunque no tanto como Isa. Ella siempre estaba con su humor un tanto cruel. Todos no reimos.
- Esto.. ¿conocen a mi prima? -dije yo, incorporando a Rosi.
- Claro que si, la hemos conocido antes organizando todo esto, es muy guapa. -dijo mi amigo Alex, mirando de forma poco caballerosa a mi prima, la verdad, esque era un poco lanzado.
- Mmm.. Sam, ¿y cómo lo llevas? supongo que 16 son varios años ¿no? -dijo mi prima, intentando evadir las miradas de Alex.
- Claro, pero bueno, uno tiene que envejecer algún día. A propósito, ¿porqué en la mañana no me saludaste?
- Esque era parte de la sorpresa hacerme la indiferente para que no le prestaras atención a que era tu cumpleaños, y luego te sobresaltaras más o algo así.
- Se han pasado chicos, y bueno, mamá también ha hecho lo suyo. Yo no me meresco esto. Mamá esta es la mejor sorpresa que has podido hacerme. De verdad, eres lo mejor. -dije de forma emocionada y la abrazé.
- Bueno, es lo mínimo que una hija como tu se merece. -todos se enternecieron ante la escena "madre e hija"
Después de el recivimiento, nos fuimos a almorzar a un restaurant de por ahí, la comida era exquisita. Estaba tan feliz, hace mucho que no era tan pero tan feliz. Luego de almorzar, mi prima Rosi y mi tía ya se fueron a su casa y mi madre y Cris se volvieron a nuestra casa. Asique, yo y mis amigos nos quedamos hablando y hablando toda la tarde, contandonos las cosas que nos habían pasado en este tiempo y un sin fin de cosas de jóvenes. No lo podía creer, ¡Isa estaba de novia con un chico nuevo de mi antiguo colegio! y Alex ya llevaba 2 novias este año, pero bueno, como él es, no duraron mucho. Catalina y Gaspar aunque no lo quieran, se nota que ahí pasa algo, aunque, aun nada confirmado. Se nos pasó la tarde volando, bueno, algún día tenía que llegar el final de este maravilloso día. Los fuí a dejar al terminal y nos despedímos. No quería que se fueran, hasta solté algunas lágrimas, quería que se quedaran para siempre cerca mio. Bueno, al final se fueron, y yo me volví a mi casa. No sabía si estar feliz por él maravilloso día que había tenido, o triste porque mis queridos amigos se habían marchado. Creo que sería mejor estar feliz, y conservar para siempre este maravillso momento en mi corazón. Ya en mi casa, cenamos y hablamos de este día. No mencioné mucho de la mañana en el colegio, no me interesaba comentarle hacerca de eso a mi madre y a Cris. Estaba tan feliz, con Fabián y la visita de mis amigos me sentía dichosa.
Luego de cenar, me duché y arreglé mis cosas para la mañana siguiente. Cuando desperté me sentía genial. Había dormido muy bien y estaba descansadísima. Me arreglé en un rato y me vestí con el uniforme. Fuí a desayunar, pero no había nadie en la cocina ni en el comedor, supuse que estarían durmiendo. Asique me serví cereales con leche.
Luego fuí al colegio. Y bueno, ahí estaba él. Tan hermoso como siempre, solo le sonreí y el me devolvió la sonrisa, no tubimos tiempo para hablar, puesto que la profesora ya había llegado. Las clases se pasaron volando, y mega aburridas también. En el recreo, salímos con Ania y le conté lo de ayer, estaba fasinada.
- Ya quisiera yo que me isieran algo así, y a propósito, ¡feliz cumpleñaos atrasado! no tenía idea, asique estás obligada a perdonarmepor no saludarte ayer jaja.
- Buen intento jaja.
- Bueno, ¿nos vamos? ya va a tocar la campana. Oye, mis amigas me dijeron que se habían ido una semana a la playa antes de que se acabaran los días de sol, asique en unos días estarán de vuelta, ahí te la spresentaré.
- No hay problema.
Entramos a clases y todo bien, aunque me tocaba física, sinceramente no le pego a esa asignatura, por suerte el profesor es simpático, y acepta mis reiterados equívocos. Las otras clases que tenía (lengua castellana y álgebra) se me daban mejor, aunque son igual de aburridas. Al salir de clases, a Ania ya la estaban esperando, asique se despidió y se fué, yo estaba dando la vuelta a la cuadra, dirijiéndome a mi casa, cuando una mano masculina y firme me agarra el hombro y me para en seco. Era Fabián, me quedé media paralizada, quería ver hacia todos lados para asegurarme de que nadie nos iva a ver, pero recorde que hoy no había venido Lucy, asique si ella no estaba, todo tomaba menos importancia. Me di vuelta en dos segundos y me quedé mirándolo, observándo su belleza. Hipnotizada por su mirada, y al parecer, el por la mia. No podía ver a nadie más que a él, estaba sumida en sus ojos. No sé cuanto rato habrá pasado, pero para mi fue eterno ese momento.
- Feliz cumpleaños atrasado. -dijo con una sonrisa que cegaría a cualquiera.
- ¿Cómo supiste de mi cumpleaños?
- Bueno, eso no importa, ahora te quiero llevar a un lugar, y darte una sorpresa. -dijo tiernamente, ¿más sorpresas? pensé yo.
- Esta bien.. -dije embobada- pero disculpame un segundo, tengo que hacer una llamada.
- No hay problema.
Llamé a mi madre y le dije que me iría a almorzar a la casa de una amiga y que llegaría más tarde porque luego me quedaría a estudiar en su casa, lo cual era una rotunda mentira. Ella se alegró de que estubiera haciendo nuevas amigas. Luego, caminamos largo rato con Fabián, quizás demaciado. Perdí la noción del tiempo. No hablábamos, solo nos mirábamos y nos sonreíamos, lo decíamos todo con los ojos. Cada segundo me enamoraba más de él. Al fin, llegámos a un sitio, dentro de la playa. Era hermoso, aunque no más que él. El sol de otoño, cálido y afectuoso, hacía qué todo tubiera un ambiente familiar.
- Bueno, aquí estamos. ¿Cómo lo encuentras? -dijo glorioso, había notado que el lugar me había encantado.
- Esto.. es precioso, es maravilloso. -dije mientras me sentaba en una roca larga, para poder observar el mar.
- Que bien que te gustó. -dijo mientras se sentaba en la misma roca donde yo me había sentado, se sentó al lado mio, pegado a mi cuerpo, aunque ubiera espacio para dos personas más alla. Me comenzé a poner nerviosa.
Nos quedamos así largo rato observando el paisaje. En ese momento uno de sus brazos se desliza por mi cintura y me abraza, obligando a pegarme más aun. A su vez, yo con mis brazos, le abrazé, encerrando su cuello y apollando mi cabeza en su pecho.
- Estoy enamorada de ti. -dije tan, tan naturalmente, que ni yo me lo creía. Me sentía tan bien con él, tan protegida, sentía que nadie podía separarnos.
- Yo también estoy enamorado de ti. Desde que te ví no te e podido olvidar, tu mirada me hipnotizó. -dijo de la misma forma que yo, seguro de si mismo.
Entonces me abrazó con más fuerza, y con su otra mano me levantó la barbilla, y me besó. Fue un beso dulce, largo, tierno, con mucho amor, fue hermoso. Luego la misma mano con la que tenía levantada mi barbilla, me la puso en la cintura, y me abrazó más fuerte aún, y me susurró al oido: "Te amo".
- ¿Diga?
- ¡Sam! te estoy esperando hace muchísimo rato, ¿estás bien? ¿dónde estás? ¿te raptaron? ¡¡responde hija, hija!! -mi madre es muy exagerada, pero bueno, la entiendo, era mi primer día de clases y además llegaría tarde a casa.. debe ser frustrante para ella.
- Mamá.. estoy bien.. me quede en el colegio un rato mas a.. esto.. a ¡estudiar! -mm.. no era muy buena excusa, pero luego inventaría algo mejor para explicarselo a mamá..
- Bueno, pero me llamas si te vas a quedar más rato, me tenías muy preocupada, vente inmediatamente o voy a mandar a los carabineros a buscarte.
- Ya voy, ya voy, hasta luego. -y corté.
Dios, que exagerada mi mamá. Salí del "escondite" y luego salí del colegio. Caminaba despacio por la vereda, paso a paso, igual que en la mañana. Cuidadosamente. Había un cálido sol, como de otoño, pero aun con un rastro de verano, agradable, no como el sol asfixiante de verano. A eso de los 20 minutos y algo llegué a mi casa. Mi mamá me esperaba junto con Cris, Rosi, mi tía Loreto, Isa, Gaspi, Alex y Cata. Rayos, se me había olvidado por completo que hoy era mi cumpleaños. Era la mejor sorpresa que mi madre y Cris me podían dar, traer a mis mejores amigos, aunque solo sea por un día. Por eso estaba nerviosa y alterada, porque no entendía mi retraso. Todos mis amigos, se me avalanzaron, luego de muchos abrazos, besos y felicitaciones, vino mi prima y me abrazó. No entendía porque en la mañana no lo había hecho, era extraño. Quizás no se había acordado.
- ¡¡Saaaaaaam!! te extrañaba tanto tanto. -dijo mi amiga Isa, con lágrimas en los ojos.
- Y yo. -dijo Gaspi intentando no quedar de lado.
- Y yo. -dijo Alex (otro de mis mejores amigos) también intentando no quedar de lado.
- ¿Y tu crees que yo no? o tienes retraso mental, o eres muy torpe para no darte cuenta de todo lo que te extrañabamos. -dijo Cata, una gran amiga, aunque no tanto como Isa. Ella siempre estaba con su humor un tanto cruel. Todos no reimos.
- Esto.. ¿conocen a mi prima? -dije yo, incorporando a Rosi.
- Claro que si, la hemos conocido antes organizando todo esto, es muy guapa. -dijo mi amigo Alex, mirando de forma poco caballerosa a mi prima, la verdad, esque era un poco lanzado.
- Mmm.. Sam, ¿y cómo lo llevas? supongo que 16 son varios años ¿no? -dijo mi prima, intentando evadir las miradas de Alex.
- Claro, pero bueno, uno tiene que envejecer algún día. A propósito, ¿porqué en la mañana no me saludaste?
- Esque era parte de la sorpresa hacerme la indiferente para que no le prestaras atención a que era tu cumpleaños, y luego te sobresaltaras más o algo así.
- Se han pasado chicos, y bueno, mamá también ha hecho lo suyo. Yo no me meresco esto. Mamá esta es la mejor sorpresa que has podido hacerme. De verdad, eres lo mejor. -dije de forma emocionada y la abrazé.
- Bueno, es lo mínimo que una hija como tu se merece. -todos se enternecieron ante la escena "madre e hija"
Después de el recivimiento, nos fuimos a almorzar a un restaurant de por ahí, la comida era exquisita. Estaba tan feliz, hace mucho que no era tan pero tan feliz. Luego de almorzar, mi prima Rosi y mi tía ya se fueron a su casa y mi madre y Cris se volvieron a nuestra casa. Asique, yo y mis amigos nos quedamos hablando y hablando toda la tarde, contandonos las cosas que nos habían pasado en este tiempo y un sin fin de cosas de jóvenes. No lo podía creer, ¡Isa estaba de novia con un chico nuevo de mi antiguo colegio! y Alex ya llevaba 2 novias este año, pero bueno, como él es, no duraron mucho. Catalina y Gaspar aunque no lo quieran, se nota que ahí pasa algo, aunque, aun nada confirmado. Se nos pasó la tarde volando, bueno, algún día tenía que llegar el final de este maravilloso día. Los fuí a dejar al terminal y nos despedímos. No quería que se fueran, hasta solté algunas lágrimas, quería que se quedaran para siempre cerca mio. Bueno, al final se fueron, y yo me volví a mi casa. No sabía si estar feliz por él maravilloso día que había tenido, o triste porque mis queridos amigos se habían marchado. Creo que sería mejor estar feliz, y conservar para siempre este maravillso momento en mi corazón. Ya en mi casa, cenamos y hablamos de este día. No mencioné mucho de la mañana en el colegio, no me interesaba comentarle hacerca de eso a mi madre y a Cris. Estaba tan feliz, con Fabián y la visita de mis amigos me sentía dichosa.
Luego de cenar, me duché y arreglé mis cosas para la mañana siguiente. Cuando desperté me sentía genial. Había dormido muy bien y estaba descansadísima. Me arreglé en un rato y me vestí con el uniforme. Fuí a desayunar, pero no había nadie en la cocina ni en el comedor, supuse que estarían durmiendo. Asique me serví cereales con leche.
Luego fuí al colegio. Y bueno, ahí estaba él. Tan hermoso como siempre, solo le sonreí y el me devolvió la sonrisa, no tubimos tiempo para hablar, puesto que la profesora ya había llegado. Las clases se pasaron volando, y mega aburridas también. En el recreo, salímos con Ania y le conté lo de ayer, estaba fasinada.
- Ya quisiera yo que me isieran algo así, y a propósito, ¡feliz cumpleñaos atrasado! no tenía idea, asique estás obligada a perdonarmepor no saludarte ayer jaja.
- Buen intento jaja.
- Bueno, ¿nos vamos? ya va a tocar la campana. Oye, mis amigas me dijeron que se habían ido una semana a la playa antes de que se acabaran los días de sol, asique en unos días estarán de vuelta, ahí te la spresentaré.
- No hay problema.
Entramos a clases y todo bien, aunque me tocaba física, sinceramente no le pego a esa asignatura, por suerte el profesor es simpático, y acepta mis reiterados equívocos. Las otras clases que tenía (lengua castellana y álgebra) se me daban mejor, aunque son igual de aburridas. Al salir de clases, a Ania ya la estaban esperando, asique se despidió y se fué, yo estaba dando la vuelta a la cuadra, dirijiéndome a mi casa, cuando una mano masculina y firme me agarra el hombro y me para en seco. Era Fabián, me quedé media paralizada, quería ver hacia todos lados para asegurarme de que nadie nos iva a ver, pero recorde que hoy no había venido Lucy, asique si ella no estaba, todo tomaba menos importancia. Me di vuelta en dos segundos y me quedé mirándolo, observándo su belleza. Hipnotizada por su mirada, y al parecer, el por la mia. No podía ver a nadie más que a él, estaba sumida en sus ojos. No sé cuanto rato habrá pasado, pero para mi fue eterno ese momento.
- Feliz cumpleaños atrasado. -dijo con una sonrisa que cegaría a cualquiera.
- ¿Cómo supiste de mi cumpleaños?
- Bueno, eso no importa, ahora te quiero llevar a un lugar, y darte una sorpresa. -dijo tiernamente, ¿más sorpresas? pensé yo.
- Esta bien.. -dije embobada- pero disculpame un segundo, tengo que hacer una llamada.
- No hay problema.
Llamé a mi madre y le dije que me iría a almorzar a la casa de una amiga y que llegaría más tarde porque luego me quedaría a estudiar en su casa, lo cual era una rotunda mentira. Ella se alegró de que estubiera haciendo nuevas amigas. Luego, caminamos largo rato con Fabián, quizás demaciado. Perdí la noción del tiempo. No hablábamos, solo nos mirábamos y nos sonreíamos, lo decíamos todo con los ojos. Cada segundo me enamoraba más de él. Al fin, llegámos a un sitio, dentro de la playa. Era hermoso, aunque no más que él. El sol de otoño, cálido y afectuoso, hacía qué todo tubiera un ambiente familiar.
- Bueno, aquí estamos. ¿Cómo lo encuentras? -dijo glorioso, había notado que el lugar me había encantado.
- Esto.. es precioso, es maravilloso. -dije mientras me sentaba en una roca larga, para poder observar el mar.
- Que bien que te gustó. -dijo mientras se sentaba en la misma roca donde yo me había sentado, se sentó al lado mio, pegado a mi cuerpo, aunque ubiera espacio para dos personas más alla. Me comenzé a poner nerviosa.
Nos quedamos así largo rato observando el paisaje. En ese momento uno de sus brazos se desliza por mi cintura y me abraza, obligando a pegarme más aun. A su vez, yo con mis brazos, le abrazé, encerrando su cuello y apollando mi cabeza en su pecho.
- Estoy enamorada de ti. -dije tan, tan naturalmente, que ni yo me lo creía. Me sentía tan bien con él, tan protegida, sentía que nadie podía separarnos.
- Yo también estoy enamorado de ti. Desde que te ví no te e podido olvidar, tu mirada me hipnotizó. -dijo de la misma forma que yo, seguro de si mismo.
Entonces me abrazó con más fuerza, y con su otra mano me levantó la barbilla, y me besó. Fue un beso dulce, largo, tierno, con mucho amor, fue hermoso. Luego la misma mano con la que tenía levantada mi barbilla, me la puso en la cintura, y me abrazó más fuerte aún, y me susurró al oido: "Te amo".
18.5.09
Capítulo 9: Enfrentamiento ♥
Las clases siguieron de lo más aburridas. Como era el primer día de clases, solo hablamos de lo que ívamos a ver durante el semestre, las unidades y todo eso. Pasaron algunos papeles inútiles y nos dieron nuestro horario. Como estabamos un tanto atrás a ratos nos poníamos a conversar con Ania (Anastacia, así me dijo que le dijera) aunque en un momento la profesora se quejó, asique decidímos parar.
Salímos a recreo y bueno, salí con mi nueva amiga. Pense que Rosi estaría muy sola, pero al salir al patio me pillé con un grupito, y entre ese grupito resaltaba su larga melena rubia, asique supuse que había hecho nuevas amigas. Que bien, no quise interrumpirlas. Nos sentamos en unas de las bancas y conversamos de lo lindo. Le conté todo lo de Fabián. Quedó boquiabierta. Aunque, pareciera que tenía una chispa de alegría en sus ojos, era como si se alegrara de mi. Por su parte, averigüe que ella estaba desde el año antepasado en este colegio, y que sus padres eran separados, pero que no le importaba porque ella los podía seguir viendo a los dos. Tiene un hermano y una hermana. Que genial, lo que daría yo por tener hermanos, aunque aveces sean una molestia. También supe, que sorprendentemente Lucy era la EX de Fabián, y que por eso eran tan distantes, y que Lucy como aún sigue enamorada de Fabián, habló con la profesora para que los sentaran juntos, Fabián se enojó muchísimo porque él sabía que Lucy es la preferida de la profesora, asique todo había sido intensionado.
Luego de hablar de cosas importantes, y de que me explicara con quien era más conveniente que mantubiera distancia, me dijo que me quería precentar a algunas amigas de ella, pero que hoy no habían venido. Eran unas flojas. De la nada Ania se puso sumamente nerviosa, y comenzó a mirar hacia todos lados. No entendía. ¿Qué iva mal? solo lo comprendí cuando miré hacia atrás. Y, allí estaba Lucy, caminando hacia nosotras, con un rostro de muerto en vida. Me asusté muchísimo. No sabía lo que me diría.
- ¡Hola Anastacia! ¿cómo te encuentras? -dijo con un tono muy, muy sínico.
- Mmm.. asquerosamente mal ahora que estas cerca mio.
- Pues entonces déjanos solas que necesito hablar con la malcriada esta. -dijo fulminando con la mirada a Ania. Le supliqué con los ojos que no se fuera, pero sabía que esto era entre Lucy y yo. Cuando nos dejó solas, me dijo con tono de ira:
- ¿¡Tu quién te crees que eres para llegar de la nada a coquetiarle a MI novio!?
- Lo si siento.. no sabía que era tu novio, pero de todas formas yo no..
- Nada de peros. ¡Como te vuelva a ver yo..! ¡¡Tín tín tín tín!! -sonó la campana muy fuerte. Tal como el dicho, me salvó la campana. Salí casi corriendo de la fiera que estaba suelta. Pareciera que me iva a comer con los ojos.
Cuando la perdí, me dirigí cabizbaja hacia mi sala. Pude ver de reojo como Fabián me mirada desde otro ángulo. No lo miré, pero sabía que era él. En clases sentí la misma sensación cuando él se me quedaba viendo. Tenía que ser él. A mi prima no la ví en todo el recreo, debío de estar muy ocupada haciendo amigas mientras a mi casi me asesinan.Cuando me senté en mi puesto, Ania me miraba preocupadamente. Me preguntó con la mirada que qué había pasado. Yo le respondi que nada, aunque no fuese cierto. Ella notó mi mentira, y me dijo que a la salida hablaríamos. Llegó la salida y me pidió que la acompañara. Me llevó a un sitio un poco apartado en el patio. Era genial, realmente oculto. Cuando estubimos ahí le conté lo que me había dicho, y le pregunté si esque era cierto que aun eran novios.
- Que vá, esa es una mentirosa, mejor será que me creas a mi. Te juro que ya no. ¿No te parece que estarián abrazados o algo? Fabián ni siquiera le habla, realmente yo diría que la odia.
- Uff.. que alivio, por un momento me quería morir. -dije sinceramente aliviada, que alegría.
- Bueno, tienes que estar bien, y no le creas a ella por ningún motivo. Solo quiere hacerse la linda. Me tengo que ir, me esta llamando mi papá, deve estar en la salida. Nos vemos mañana a la entrada. -se despidió de mi con un beso en la mejilla. Ella se había convertido en mi nueva amiga. Ania era muy guapa, tenía el cabello en rizos muy bonitos hasta más abajo de la cintura, de un castaño anaranjado. Era bastante blanca, con pecas a combinación de su cabello en todas sus mejillas y tenía unos ojos verde luminoso. Algo exótica. Tenía una cara en forma ovalada, muy bien proporcionada, con una narís respingada. Una chica con mucha, mucha personalidad y simpatía que entregar. Como no ser su amiga. Mientras pensaba en Ania y en mi extraño día, no me percate que venía alguién al "escondite" de Ania. Me puse muy nerviosa porque pensé que podría ser Lucy. Me quedé apollada contra un árbol esperando a que apareciera, ya que no se veía por una especia de "muro" que había. Cuando apareció la misteriosa persona, mi corazón se alborotó, mi ojos se abrieron más de lo normal, y se me abrió la boca por la impresión. Era Fabián. Ahí estaba él, a solas conmigo, con una sonrisa iluminada por ansiendad en su rostro. No sabía que decirle.
- Tienes unos ojos preciosos. ¿Te lo habían dicho? -dijo con un tono medio seductor, no sabía que pensar, estaba en las nubes, un poco más, y llegaba al espacio.
- Esto.. yo.. si.. digo no.. no sé.. esque.. -me quedé como una tonta estupida con las palabras, pero antes de que pudiera formular algo medianamente cuerdo, el se me acercó y me calló apollando su dedo índice en mis labios. Entrecerró los ojos y se me acercó a la cara ladieando su cabeza. Y me dio un beso en la comisura de los labios. Casi, casi en la boca. Luego se separó de mi y me cogió una mano. Estaba fasinado observando como yo intentaba recuperarme de una casi taquicardia, con mucha gracia en su rostro me sonrió de lado. Amo esa sonrisa, pareciera que me derrite. Yo solo por inercia y por lo atontada que estaba, lo único que logré hacer fué sonreirle, de manera dulce, al parecer, porque se le llenaron los ojos de ternura.
- No creas las tonteras que dice Lucy. Es una niñita inmadura. Porqué crees que rompí con ella. Yo ya no estoy con ella y eso nadie ni nada lo va a cambiar, ni siquiera una profesora que lo intenta con todas sus fuerzas. -dijo riendo, no entiendo como le hacía gracia. A mi me daba terror. Ahora, me sentía mejor, asique le pude hablar.
- Me ha amenazado. -se le abrieron los ojos de golpe.
- ¿¡Qué!? -dijo con una mescla de odio e impotencia en su voz, su hermosa voz.
- En el recreo.. aunque la campana me ha salvado, por poco me mata. Me ha dicho que te he estado coquetiando.
- Ya, eso quisiera yo, aquí yo soy el único que ha estado coquetiando. Aunque, para ser sincero creo que es un poco feo hacerlo delante de tu ex novia que aun está enamorda de ti.
- Pues si.. -no puede decir nada más. Me volví a atontar con lo de "Ya, eso quisiera yo".. ¿osea que le gusto?
- Oye, te quiero volver a ver. ¿Quieres quedar conmigo mañana por la tarde? -¿Qué? pellísquenme que estoy soñando. Fabián, el chico que veia imposible del cual me he enamorado, ¿me a invitado a salir, a SOLAS con él?
- Cla cla claro, me encan cantaría..
- Entonces nos vemos, te veo mañana Sam, en clases. Se me acercó de nuevo y me dió un beso de lo más dulce en la mejilla, y luego cuando se alejó me guiñó un ojo y se despidió con la mano. Solo cuando estubo bastante lejos, pude decir una palabra.. "adios". Y allí quedé yo, atontada por el bicho del amor. Que bella sensación.
Salímos a recreo y bueno, salí con mi nueva amiga. Pense que Rosi estaría muy sola, pero al salir al patio me pillé con un grupito, y entre ese grupito resaltaba su larga melena rubia, asique supuse que había hecho nuevas amigas. Que bien, no quise interrumpirlas. Nos sentamos en unas de las bancas y conversamos de lo lindo. Le conté todo lo de Fabián. Quedó boquiabierta. Aunque, pareciera que tenía una chispa de alegría en sus ojos, era como si se alegrara de mi. Por su parte, averigüe que ella estaba desde el año antepasado en este colegio, y que sus padres eran separados, pero que no le importaba porque ella los podía seguir viendo a los dos. Tiene un hermano y una hermana. Que genial, lo que daría yo por tener hermanos, aunque aveces sean una molestia. También supe, que sorprendentemente Lucy era la EX de Fabián, y que por eso eran tan distantes, y que Lucy como aún sigue enamorada de Fabián, habló con la profesora para que los sentaran juntos, Fabián se enojó muchísimo porque él sabía que Lucy es la preferida de la profesora, asique todo había sido intensionado.
Luego de hablar de cosas importantes, y de que me explicara con quien era más conveniente que mantubiera distancia, me dijo que me quería precentar a algunas amigas de ella, pero que hoy no habían venido. Eran unas flojas. De la nada Ania se puso sumamente nerviosa, y comenzó a mirar hacia todos lados. No entendía. ¿Qué iva mal? solo lo comprendí cuando miré hacia atrás. Y, allí estaba Lucy, caminando hacia nosotras, con un rostro de muerto en vida. Me asusté muchísimo. No sabía lo que me diría.
- ¡Hola Anastacia! ¿cómo te encuentras? -dijo con un tono muy, muy sínico.
- Mmm.. asquerosamente mal ahora que estas cerca mio.
- Pues entonces déjanos solas que necesito hablar con la malcriada esta. -dijo fulminando con la mirada a Ania. Le supliqué con los ojos que no se fuera, pero sabía que esto era entre Lucy y yo. Cuando nos dejó solas, me dijo con tono de ira:
- ¿¡Tu quién te crees que eres para llegar de la nada a coquetiarle a MI novio!?
- Lo si siento.. no sabía que era tu novio, pero de todas formas yo no..
- Nada de peros. ¡Como te vuelva a ver yo..! ¡¡Tín tín tín tín!! -sonó la campana muy fuerte. Tal como el dicho, me salvó la campana. Salí casi corriendo de la fiera que estaba suelta. Pareciera que me iva a comer con los ojos.
Cuando la perdí, me dirigí cabizbaja hacia mi sala. Pude ver de reojo como Fabián me mirada desde otro ángulo. No lo miré, pero sabía que era él. En clases sentí la misma sensación cuando él se me quedaba viendo. Tenía que ser él. A mi prima no la ví en todo el recreo, debío de estar muy ocupada haciendo amigas mientras a mi casi me asesinan.Cuando me senté en mi puesto, Ania me miraba preocupadamente. Me preguntó con la mirada que qué había pasado. Yo le respondi que nada, aunque no fuese cierto. Ella notó mi mentira, y me dijo que a la salida hablaríamos. Llegó la salida y me pidió que la acompañara. Me llevó a un sitio un poco apartado en el patio. Era genial, realmente oculto. Cuando estubimos ahí le conté lo que me había dicho, y le pregunté si esque era cierto que aun eran novios.
- Que vá, esa es una mentirosa, mejor será que me creas a mi. Te juro que ya no. ¿No te parece que estarián abrazados o algo? Fabián ni siquiera le habla, realmente yo diría que la odia.
- Uff.. que alivio, por un momento me quería morir. -dije sinceramente aliviada, que alegría.
- Bueno, tienes que estar bien, y no le creas a ella por ningún motivo. Solo quiere hacerse la linda. Me tengo que ir, me esta llamando mi papá, deve estar en la salida. Nos vemos mañana a la entrada. -se despidió de mi con un beso en la mejilla. Ella se había convertido en mi nueva amiga. Ania era muy guapa, tenía el cabello en rizos muy bonitos hasta más abajo de la cintura, de un castaño anaranjado. Era bastante blanca, con pecas a combinación de su cabello en todas sus mejillas y tenía unos ojos verde luminoso. Algo exótica. Tenía una cara en forma ovalada, muy bien proporcionada, con una narís respingada. Una chica con mucha, mucha personalidad y simpatía que entregar. Como no ser su amiga. Mientras pensaba en Ania y en mi extraño día, no me percate que venía alguién al "escondite" de Ania. Me puse muy nerviosa porque pensé que podría ser Lucy. Me quedé apollada contra un árbol esperando a que apareciera, ya que no se veía por una especia de "muro" que había. Cuando apareció la misteriosa persona, mi corazón se alborotó, mi ojos se abrieron más de lo normal, y se me abrió la boca por la impresión. Era Fabián. Ahí estaba él, a solas conmigo, con una sonrisa iluminada por ansiendad en su rostro. No sabía que decirle.
- Tienes unos ojos preciosos. ¿Te lo habían dicho? -dijo con un tono medio seductor, no sabía que pensar, estaba en las nubes, un poco más, y llegaba al espacio.
- Esto.. yo.. si.. digo no.. no sé.. esque.. -me quedé como una tonta estupida con las palabras, pero antes de que pudiera formular algo medianamente cuerdo, el se me acercó y me calló apollando su dedo índice en mis labios. Entrecerró los ojos y se me acercó a la cara ladieando su cabeza. Y me dio un beso en la comisura de los labios. Casi, casi en la boca. Luego se separó de mi y me cogió una mano. Estaba fasinado observando como yo intentaba recuperarme de una casi taquicardia, con mucha gracia en su rostro me sonrió de lado. Amo esa sonrisa, pareciera que me derrite. Yo solo por inercia y por lo atontada que estaba, lo único que logré hacer fué sonreirle, de manera dulce, al parecer, porque se le llenaron los ojos de ternura.
- No creas las tonteras que dice Lucy. Es una niñita inmadura. Porqué crees que rompí con ella. Yo ya no estoy con ella y eso nadie ni nada lo va a cambiar, ni siquiera una profesora que lo intenta con todas sus fuerzas. -dijo riendo, no entiendo como le hacía gracia. A mi me daba terror. Ahora, me sentía mejor, asique le pude hablar.
- Me ha amenazado. -se le abrieron los ojos de golpe.
- ¿¡Qué!? -dijo con una mescla de odio e impotencia en su voz, su hermosa voz.
- En el recreo.. aunque la campana me ha salvado, por poco me mata. Me ha dicho que te he estado coquetiando.
- Ya, eso quisiera yo, aquí yo soy el único que ha estado coquetiando. Aunque, para ser sincero creo que es un poco feo hacerlo delante de tu ex novia que aun está enamorda de ti.
- Pues si.. -no puede decir nada más. Me volví a atontar con lo de "Ya, eso quisiera yo".. ¿osea que le gusto?
- Oye, te quiero volver a ver. ¿Quieres quedar conmigo mañana por la tarde? -¿Qué? pellísquenme que estoy soñando. Fabián, el chico que veia imposible del cual me he enamorado, ¿me a invitado a salir, a SOLAS con él?
- Cla cla claro, me encan cantaría..
- Entonces nos vemos, te veo mañana Sam, en clases. Se me acercó de nuevo y me dió un beso de lo más dulce en la mejilla, y luego cuando se alejó me guiñó un ojo y se despidió con la mano. Solo cuando estubo bastante lejos, pude decir una palabra.. "adios". Y allí quedé yo, atontada por el bicho del amor. Que bella sensación.
13.5.09
Capítulo 8: Miradas ♥
Me quedé paralizada, como si una flecha me ubiese atravesada o algo así. Era una extraña sensación, como si su tierna sonrisa, fuera la cura para la melancolía. Y valla que buena medicina, porque, pasé de tener un horrible peso, a sentirme más liviana que una nube. Tantas sensaciones me abatieron en ese instante, alguna las pude distinguir, otras, no. Entre ellas, me di cuenta que pasé por amor, triztesa, impotencia, ternura, dicha, melancolía.. pero por sobre todo, amor. Que bella sensación. Ese instante diría que fue eterno.
Levantó la mano y me hiso un gesto de saludo, al cual yo no respondí. No justamente por ser descortéz, simplemente porque no sentía nada de mi cuerpo. Y mi mente a duras penas trabajaba la parte respiratoria, para intentar mantener este frágil cuerpo en vida. Se dio vuelta en cosa de segundos, y siguió con sus amigos, seguramente ahí estaba Camilo, pero no lo pude ver, ya que solo cuando estaban una cuadra más adelante reaccioné. Sacudí la cabeza de un lado hacia otro intentando despertar de este desconocido adormecimiento. Era como una dulce anestecia, que hacía que mi cuerpo no sintiera dolor, y que mi alma no tubiera desazón.
Me sonrojé y y perdí el equilibrio. Casi de cara al suelo. Por suerte alcansé a agarrarme de una reja, y pude ponerme en pie. ¿Qué eran todos estos nuevos sentimientos? espero que la torpeza no sea un efecto perpetuo del enamoramiento, porque, sinceramente, si soy compañera de Fabián, probablemente quede en vergüensa muchas veces en el suelo.
Lentamente, fui reaccionando mejor, hasta que me sentí del todo bien. Me tomó un buen rato. Miré la hora, ¡¡las 8.00!! iva a llegar tarde, mejor me apuraba. Caminé rápido y pronto llegué a mi nuevo y gran colegio. Con la mirada le busqué inocentemente, pero solo veía caras nuevas. Me sentía horrible. Ahí estaba yo, la inadaptada del colegio. Hablando con el aire y completamente sola. Finalmente decidí buscar a algún profesor, asique entré al colegio intentando que nadie me viera. De repente, sentí una mano decidída en mi hombro. Me quedé pretificada, por una parte por el susto, y también por la sorpresa. Me dí vuelta, y mis esperanzas cayeron más allá del suelo cuando ví quién era.
- Hola Sam. ¿Te encuentras bien? luces pálida. -me dijo mi prima, preocupada. Este día llevaba el uniforme, como todos, pero a ella le quedaba especialmente bien. Llevába levemente ondulado el largo cabello, reluciente como el oro. Se había puesto un poco de rubor, la hacía ver preciosa. Más de lo que ya era. Todas las vistas de los chicos estaban puestas en "la nueva preciosidad" se olía desde lejos quien iva a ser la nueva "miss popularidad". De seguro todos se preguntaban porqué un fenómeno como yo estaba con ella.
- Estoy bien, gracias. De seguro que estoy pálida por el frio. -le mentí. La verdad esque estaba asustada, con todas sus letras.
- Que bueno saberlo. La verdad esuqe si, hace frio. ¿Porqué no nos sentamos en las bancas de allí? aún quedas 10 minutos para entrar a clases.
- Claro.
Nos sentamos y comensámos a hablar de cualquier tontería. Ella me explico donde estaban los baños y mi sala, y también me dijo donde estaba la suya, por si acaso en el recreo quería ir a buscarla. Ella había llegado temprano, asique se había dado el lujo de estudiar a fondo el colegio. Ya saben, para no comenter el "oso" de ser la tonta que no sabe donde estan los lugares. Al fin, cambiando el tema, le dije:
- Hey Rosi, los chicos no paran de mirarte. La verdad esque estas preciosa, bueno, eres preciosa.
- Ay, gracias. Pero no es a mi a quién miran.
- ¿Pero qué dices? no estarás insinuando que es a mi a quien miran, que esa no se la cree ni siquiera un bebe. -yo no quería creerlo, pero ella me asintió de forma sencilla. Nadie que lo hisiera con tanta naturalidad y verdad como ella, estaría diciendo una mentira. Genial, ahora miraban al fenómeno.
- Pero, ¿porqué me miran a mi? no soy la más guapa que esta aquí.
- Mira, te voy a explicar un poco como son las cosas aquí. A todos les gustan más las morenas, para empezar. Nosé porque, quizas acá en Concepción hay muchas rubias, asique resaltan más las morenas, también dicen que son más sexies. Además, tienes los ojos más hermosos que e visto. No vengas con cosas, eso si que llama la atención. -dijo con un tono incuestionable. Eso ERA verdad. No se podía cuestionar ni un poquito. Asique yo atraía las miradas, pero de buena forma. Es lo más extraño que me ha pasado.
- Y no me vengas con cosas Sam, sabes que eres guapísima. -valla, ahora me estaba subiendo demaciado el ego.
- Gracias. -le dije con un sonrisa amistosa.
- Ah, y tienes la sonrisa más bonita del colegio. No es por nada. -me sonrojé, yo no creía que fuese tan perfecta. De seguro Rosi estaba exagerándo solo porque me quiere.
Repentinamente, las miradas aumentaron, y los comentarios también. ¿Será porque me habré sonrojado? tantas preguntas sin respuestas.. asique ahora era yo la "miss popularidad" las cosas realmente pueden cambiarse de un extremo a otro. Sonó la campana, nos despedímos con Rosi.
Me fuí en la dirección que me había indicado Rosi, asique en pocos minutos llegué a mi nueva sala. Y por supuesto, allí estaba. Ya me había preparado para esto, asique no me tomó por sorpresa como esta mañana. Esta vez controlé mejor mis reacciones, o por lo menos lo intenté. Estaba sentado unto a una chica. Me imaginé que sería su tan nombrada novia. Era extraño. Los 2 estaban cruzados de brazos con las sillas apartadas lo más posibles y mirando cada uno en dirección opuesta. Era como si se odiaran. Me pareció de lo más raro. Me senté 2 asientos más adelante de ellos, al lado de una chica que se veía de lo más simpática. Era uno de los pocos puestos disponibles. No quería mencionar que todas las miradas se posaron en mi, por lo cual me sonrojé y comensaron los cuchicheos. Todas exepto la de Fabián. Seguía indiferente, con la mirada perdida en la ventana.
- Luciana Vásquez, ¿serías tan amable de pasar al frente, por favor? -dijo nuestra profesora, que estaba en el frente. Nuestra amistad no se veia muy prometedora. Se notaba que era terca, pero en el fondo era buena.
- Claro señorita Cifuentes. -y bueno, ahi estaba "Lucy", atendió con tono engreido, al parecer era la preferida de la profesora. Odio a la gente así. Se paró desde atrás, justo desde donde yo vi a la que creí que era ella. Tenía el pelo negro, en forma de melena. Pero era bonito, no era una melena fea. Le quedaba bien. Los ojos eran verdes y la piel blanca como la leche. Era muy linda.
La profesora habló con ella un rato en forma baja, nadie las escuchó. Luego ella habló:
- Buenos días queridos compañeros, hoy día quería precentarles a nuestra nueva compañera, quiero que la intregen y que la traten bien, por favor. Ella es Samantha Stewart. Dijo señalandome. Muchas sonrisas, guiños de ojo, y saludos provinieron de mis 34 compañeros. No devolví ninguno. No estaba de ánimo.
- Bueno, que tengas un buen día "Sam". -dijo sínicamente, me pareció ver a un especie de diablo dentro de ella. Era bastante pesada. Que más, pareciera que tubiera celos de que yo era el centro de atención ahora. Si supiera que yo le concedería el puesto con muchísimas ganas..
- Hola Samantha. -dijo mi compañera de banco, que por primera vez me hablaba. Percibí amabilidad en su tono, y le sonreí.
- Hola, ¿cómo te llamas?
- Yo soy Anastacia Ciero. Un gusto, ojala nos llevemos bien. Oye, no te asustes, pero mejor ten cuidado con esta "profe" que es bien pesadita. Ah, y ten más cuidado con Lucy, esa si es peligrosa. -las últimas palabras las dijo susurrando. No quería que los demás escuchasen.
- Gracias por el aviso. Encantada también. -genial, ahora lo tenía comprovado, ella era peligrosa.
Derepente encuché un ruido casi imperceptible, como un "psst" algo así como para llamarme. Supuse que era para mi, puesto que era el foco de atención ahora.
Me di vuelta sin pensarlo siquiera y ahi estaba él, mirandome con su sonrisa más hermosa, reluciente y perfecta. Sus ojos miel brillaban ante la emoción, de seguro le había sorprendido verme en su mismo colegio. Las casualidades de la vida, ¿no?. Su cara parecía de ángel. Que hermoso. "Que tal Sami" me susurró. Casi me desmayo de la emoción. Era un primor conmigo. Yo solo atiné a sonrojarme y a sonreirle tímidamente. El me guiño un ojo, y me hiso señas de que me diera vuelta, porque si no la profesora se iva a quejar de nosotros. Me di vuelta y me apollé en una mano. Y suspiré. Este iva a ser un largo día. Mi corazón latia fuerte y rápido, y mis mejillas las podía sentir de tan calientes que estaban debido al sonrojamiento. Sumida en mis fantasías, Anastacia me pego un leve codazo, y me dijo: "se nota que le encantas" mientras ponía cara pícara. ¿Pero qué era lo que estaba diciendo mi nueva amiga?
Levantó la mano y me hiso un gesto de saludo, al cual yo no respondí. No justamente por ser descortéz, simplemente porque no sentía nada de mi cuerpo. Y mi mente a duras penas trabajaba la parte respiratoria, para intentar mantener este frágil cuerpo en vida. Se dio vuelta en cosa de segundos, y siguió con sus amigos, seguramente ahí estaba Camilo, pero no lo pude ver, ya que solo cuando estaban una cuadra más adelante reaccioné. Sacudí la cabeza de un lado hacia otro intentando despertar de este desconocido adormecimiento. Era como una dulce anestecia, que hacía que mi cuerpo no sintiera dolor, y que mi alma no tubiera desazón.
Me sonrojé y y perdí el equilibrio. Casi de cara al suelo. Por suerte alcansé a agarrarme de una reja, y pude ponerme en pie. ¿Qué eran todos estos nuevos sentimientos? espero que la torpeza no sea un efecto perpetuo del enamoramiento, porque, sinceramente, si soy compañera de Fabián, probablemente quede en vergüensa muchas veces en el suelo.
Lentamente, fui reaccionando mejor, hasta que me sentí del todo bien. Me tomó un buen rato. Miré la hora, ¡¡las 8.00!! iva a llegar tarde, mejor me apuraba. Caminé rápido y pronto llegué a mi nuevo y gran colegio. Con la mirada le busqué inocentemente, pero solo veía caras nuevas. Me sentía horrible. Ahí estaba yo, la inadaptada del colegio. Hablando con el aire y completamente sola. Finalmente decidí buscar a algún profesor, asique entré al colegio intentando que nadie me viera. De repente, sentí una mano decidída en mi hombro. Me quedé pretificada, por una parte por el susto, y también por la sorpresa. Me dí vuelta, y mis esperanzas cayeron más allá del suelo cuando ví quién era.
- Hola Sam. ¿Te encuentras bien? luces pálida. -me dijo mi prima, preocupada. Este día llevaba el uniforme, como todos, pero a ella le quedaba especialmente bien. Llevába levemente ondulado el largo cabello, reluciente como el oro. Se había puesto un poco de rubor, la hacía ver preciosa. Más de lo que ya era. Todas las vistas de los chicos estaban puestas en "la nueva preciosidad" se olía desde lejos quien iva a ser la nueva "miss popularidad". De seguro todos se preguntaban porqué un fenómeno como yo estaba con ella.
- Estoy bien, gracias. De seguro que estoy pálida por el frio. -le mentí. La verdad esque estaba asustada, con todas sus letras.
- Que bueno saberlo. La verdad esuqe si, hace frio. ¿Porqué no nos sentamos en las bancas de allí? aún quedas 10 minutos para entrar a clases.
- Claro.
Nos sentamos y comensámos a hablar de cualquier tontería. Ella me explico donde estaban los baños y mi sala, y también me dijo donde estaba la suya, por si acaso en el recreo quería ir a buscarla. Ella había llegado temprano, asique se había dado el lujo de estudiar a fondo el colegio. Ya saben, para no comenter el "oso" de ser la tonta que no sabe donde estan los lugares. Al fin, cambiando el tema, le dije:
- Hey Rosi, los chicos no paran de mirarte. La verdad esque estas preciosa, bueno, eres preciosa.
- Ay, gracias. Pero no es a mi a quién miran.
- ¿Pero qué dices? no estarás insinuando que es a mi a quien miran, que esa no se la cree ni siquiera un bebe. -yo no quería creerlo, pero ella me asintió de forma sencilla. Nadie que lo hisiera con tanta naturalidad y verdad como ella, estaría diciendo una mentira. Genial, ahora miraban al fenómeno.
- Pero, ¿porqué me miran a mi? no soy la más guapa que esta aquí.
- Mira, te voy a explicar un poco como son las cosas aquí. A todos les gustan más las morenas, para empezar. Nosé porque, quizas acá en Concepción hay muchas rubias, asique resaltan más las morenas, también dicen que son más sexies. Además, tienes los ojos más hermosos que e visto. No vengas con cosas, eso si que llama la atención. -dijo con un tono incuestionable. Eso ERA verdad. No se podía cuestionar ni un poquito. Asique yo atraía las miradas, pero de buena forma. Es lo más extraño que me ha pasado.
- Y no me vengas con cosas Sam, sabes que eres guapísima. -valla, ahora me estaba subiendo demaciado el ego.
- Gracias. -le dije con un sonrisa amistosa.
- Ah, y tienes la sonrisa más bonita del colegio. No es por nada. -me sonrojé, yo no creía que fuese tan perfecta. De seguro Rosi estaba exagerándo solo porque me quiere.
Repentinamente, las miradas aumentaron, y los comentarios también. ¿Será porque me habré sonrojado? tantas preguntas sin respuestas.. asique ahora era yo la "miss popularidad" las cosas realmente pueden cambiarse de un extremo a otro. Sonó la campana, nos despedímos con Rosi.
Me fuí en la dirección que me había indicado Rosi, asique en pocos minutos llegué a mi nueva sala. Y por supuesto, allí estaba. Ya me había preparado para esto, asique no me tomó por sorpresa como esta mañana. Esta vez controlé mejor mis reacciones, o por lo menos lo intenté. Estaba sentado unto a una chica. Me imaginé que sería su tan nombrada novia. Era extraño. Los 2 estaban cruzados de brazos con las sillas apartadas lo más posibles y mirando cada uno en dirección opuesta. Era como si se odiaran. Me pareció de lo más raro. Me senté 2 asientos más adelante de ellos, al lado de una chica que se veía de lo más simpática. Era uno de los pocos puestos disponibles. No quería mencionar que todas las miradas se posaron en mi, por lo cual me sonrojé y comensaron los cuchicheos. Todas exepto la de Fabián. Seguía indiferente, con la mirada perdida en la ventana.
- Luciana Vásquez, ¿serías tan amable de pasar al frente, por favor? -dijo nuestra profesora, que estaba en el frente. Nuestra amistad no se veia muy prometedora. Se notaba que era terca, pero en el fondo era buena.
- Claro señorita Cifuentes. -y bueno, ahi estaba "Lucy", atendió con tono engreido, al parecer era la preferida de la profesora. Odio a la gente así. Se paró desde atrás, justo desde donde yo vi a la que creí que era ella. Tenía el pelo negro, en forma de melena. Pero era bonito, no era una melena fea. Le quedaba bien. Los ojos eran verdes y la piel blanca como la leche. Era muy linda.
La profesora habló con ella un rato en forma baja, nadie las escuchó. Luego ella habló:
- Buenos días queridos compañeros, hoy día quería precentarles a nuestra nueva compañera, quiero que la intregen y que la traten bien, por favor. Ella es Samantha Stewart. Dijo señalandome. Muchas sonrisas, guiños de ojo, y saludos provinieron de mis 34 compañeros. No devolví ninguno. No estaba de ánimo.
- Bueno, que tengas un buen día "Sam". -dijo sínicamente, me pareció ver a un especie de diablo dentro de ella. Era bastante pesada. Que más, pareciera que tubiera celos de que yo era el centro de atención ahora. Si supiera que yo le concedería el puesto con muchísimas ganas..
- Hola Samantha. -dijo mi compañera de banco, que por primera vez me hablaba. Percibí amabilidad en su tono, y le sonreí.
- Hola, ¿cómo te llamas?
- Yo soy Anastacia Ciero. Un gusto, ojala nos llevemos bien. Oye, no te asustes, pero mejor ten cuidado con esta "profe" que es bien pesadita. Ah, y ten más cuidado con Lucy, esa si es peligrosa. -las últimas palabras las dijo susurrando. No quería que los demás escuchasen.
- Gracias por el aviso. Encantada también. -genial, ahora lo tenía comprovado, ella era peligrosa.
Derepente encuché un ruido casi imperceptible, como un "psst" algo así como para llamarme. Supuse que era para mi, puesto que era el foco de atención ahora.
Me di vuelta sin pensarlo siquiera y ahi estaba él, mirandome con su sonrisa más hermosa, reluciente y perfecta. Sus ojos miel brillaban ante la emoción, de seguro le había sorprendido verme en su mismo colegio. Las casualidades de la vida, ¿no?. Su cara parecía de ángel. Que hermoso. "Que tal Sami" me susurró. Casi me desmayo de la emoción. Era un primor conmigo. Yo solo atiné a sonrojarme y a sonreirle tímidamente. El me guiño un ojo, y me hiso señas de que me diera vuelta, porque si no la profesora se iva a quejar de nosotros. Me di vuelta y me apollé en una mano. Y suspiré. Este iva a ser un largo día. Mi corazón latia fuerte y rápido, y mis mejillas las podía sentir de tan calientes que estaban debido al sonrojamiento. Sumida en mis fantasías, Anastacia me pego un leve codazo, y me dijo: "se nota que le encantas" mientras ponía cara pícara. ¿Pero qué era lo que estaba diciendo mi nueva amiga?
9.5.09
Capítulo 7: Reencuentro ♥
Me pasé el resto de la mañana de forma realmente depresiva. Jamás había estado así por un chico. Parecía de esas niñas caprichosas de la tele. Como si tubiera algún tipo de cercanía con Fabián. Ni siquiera era su amiga. Después de almorzar, la verdad es que tenía cero ganas de salir. Pero ya había quedado con Rosi. Averigué donde quedaba el bravissimo en Concepción y me comenzé a arreglar. Quería causarle buena impresión, no la veia hace mucho. Mi idea no era encontrame con una modelo y que yo pareciera la empleada.
Mientras caminaba, intentaba recrear como sería el día siguiente. Sería mi cumpleaños y además la entrada a clases. Además vería a Fabián.. que mal día será. Preferí distraerme con la sorpresa que me daría mi madre y Cris. Quizá que ñoñería me regalarian.
Cuando llegué a la famosa heladería, no lo podía creer. Con la idea de la modelo y la empleada no me había equivocado, que suerte. Mi prima, un año menor que yo, me esperaba, sentada en una de las mesas que estaban en la terraza, a la sombra de un quitasol. Rubia como siempre, con su hermoso cabello hasta la cintura, lacio y brillante. Unas gafas D&G y una sonrisa pretenciosa, pero también amistosa. Se paró para saludarme, y tal como una modelo, deviera de medir 1.75, superando mis 1.67 con facilidad.
- ¡Saaaaaam! que linda estas.. y esto, un poco baja. ¿Te has encojido o es mi idea? -dijo con tono burlesco, pero divertído también.
- Wow Rosi, tu eres la que has crecido, estas guapísima, y bueno, gigante. -tal como había escuchado, hermosa y gigante.
- Tengo muchas cosas que contarte. No sabes de cuanto te has perdido. Has tardado bastante en llegar a la mejor ciudad de Chile. -mejor para ella, parecia una especie de infierno para mi, o algo un poco peor que eso.
- Bueno, ¿vamos a comprar los helados no?
- Vamos.
Elegímos uno doble cada una, el chico que nos atendío era muy lindo, pero claro que después de ver el rostro de Fabián, no creo que encuentre ser más hermoso. De repente nos hacía algo así como insinuaciones, a mi me daba igual, pero parecía que Rosi estaba algo asi como flipada. Yo elegí de chocolate con frutos del bosque, algo más clásica. En cambio Rosi escogio castaña y sandía. Valla mescla. Ni en sueños escogería algo así. O estaba muy nerviosa como para elegir bien, o le gustaban los sabores exóticos.
Después de mas o menos 2 horas de conversación, supe que Rosi tenía muchísimas ganas de cambiarse de colegio, porque en su antiguo colegio tenía compañeras que la trataban pésimo. También supe que el año pasado había tenido un romance, pero que a finales de diciembre todo se había acabado porque el chico era, simplemente un mujeriego. A ella no le había afectado mucho, porque nunca se había tomado la relación muy encerio. Le conté lo de Fabién, algo melancólica. Realmente me entristecía. Hacia que todo se pusiera más gris. Ella me recomendo que esperara un poco, quizá las cosas se tornen diferentes. Nos despedímos y prometimos que nos veríamos mañana a la entrada del colegio, antes de entrar cada una a sus clases.
Llegué a mi casa sin mayor novedad. Ya tenía todo listo para mañana, y mi madre me tenía el uniforme encima de mi cama. Lo había ido a recojer. La verdad esque no era tan malo, pero de todas formas no me gustó. Era gris, con blanco y rojo. Bastante sencillo. Lo guardé y fuí a ver la tele. Estaba mi mamá haciendo la cena y Cris la ayudaba.
- ¿Como te fué con Rocío, Sam?
- Bien, la tia Loreto tenía razón, esta gigante, cual modelo.
- Wow, me la imagino. ¿Han quedado en algo?
- Mañana nos veremos antes de entrar a clases, apropósito, ¿a qué hora entro?
- A las 8.20.
- Uff, que alivio. -en mi otro colegio, entraba a las 7.50. Media hora más para llegar a mi destino.
- Está lista la cena cariño, pon la mesa por favor.
Fuí a poner la mesa y nos sentamos a comer. Para cenar, mi madre había hecho chuletas de cerdo con puré. No muy apetitoso para mi gusto, pero me lo tube que comer igual. Cris se lo devoró, literalmente. Después de eso me fui a acostar enseguida. No queria tener ni pisca de sueño mañana, no por lo menos el primer día de clases.
¿Que hagó si lo veo? ¿Lo saludo? ¿Me hago la que no lo conosco? ¿Estará en mi clase? ¿Esa tal Lucy será simpatica?
Desperté con una serie de incógnitas. Sin más preambulo me fuí a duchar, y luego me vestí con el nuevo uniforme. La verdad es que me quedaba bonito, dentro de todo. Me heché del mismo perfume que me heché el día que conocí a Fabién, quien sabe.
Cuando fui al comedor, mi madre y Cris me esperaban con un kuchen de frambuesa y un par de regalos sobre la mesa. Los dos me abrazaron y me susurraron, mi mamá: "felices 16, que vegan muchos más" y Cris: "que sea un lindo día". Ellos sabían que no me gustaban las cosas estrepitósas, asique todo fue muy natural, como cualquier otro cumpleaños. También sabían que no me gustaban las tortas, pero si los kuchenes. Uno de mis regalos eran mis bombones preferidos, el otro, un collar precioso, de plata. Otro regalito, eran los aros a combinación del collar. Me los puse enseguida, al igual que el collar. Después de comer un delicioso trozo de kuchen, me comí uno de los bombones, un manjar de los dioses. Y me encaminé hacia mi nuevo colegio.
La mañana era fria, y el viento me enfriaba la espalda. La expiración que salía por mi boca salía en forma de vapor, me nublaba la vista por escasos segundos, hasta que volvía a salir una nueva expiración. Caminaba lentamente, tranquila. Paso a paso, de forma segura. Sabía que estaba a tiempo, asique aún no me apresuraba. Había salido temprano, asique no eran tantos los estudiantes que caminaban por las calles. De repente, ví en la cuadra siguiente un grupo de muchachos con mi mismo uniforme. Casi todos me miraron, y comentaron algo que no escuché. Al darme cuenta de que uno de ellos era a quién yo ubiera deseado no conocer, se me abrieron los ojos de golpe, mientras él me sonreia, con una mirada dulce. Todo se me olvido. Lo malo y lo bueno. Se me olvidó donde estaba y hacia donde iva. Lo único que podía ver era a él.
Mientras caminaba, intentaba recrear como sería el día siguiente. Sería mi cumpleaños y además la entrada a clases. Además vería a Fabián.. que mal día será. Preferí distraerme con la sorpresa que me daría mi madre y Cris. Quizá que ñoñería me regalarian.
Cuando llegué a la famosa heladería, no lo podía creer. Con la idea de la modelo y la empleada no me había equivocado, que suerte. Mi prima, un año menor que yo, me esperaba, sentada en una de las mesas que estaban en la terraza, a la sombra de un quitasol. Rubia como siempre, con su hermoso cabello hasta la cintura, lacio y brillante. Unas gafas D&G y una sonrisa pretenciosa, pero también amistosa. Se paró para saludarme, y tal como una modelo, deviera de medir 1.75, superando mis 1.67 con facilidad.
- ¡Saaaaaam! que linda estas.. y esto, un poco baja. ¿Te has encojido o es mi idea? -dijo con tono burlesco, pero divertído también.
- Wow Rosi, tu eres la que has crecido, estas guapísima, y bueno, gigante. -tal como había escuchado, hermosa y gigante.
- Tengo muchas cosas que contarte. No sabes de cuanto te has perdido. Has tardado bastante en llegar a la mejor ciudad de Chile. -mejor para ella, parecia una especie de infierno para mi, o algo un poco peor que eso.
- Bueno, ¿vamos a comprar los helados no?
- Vamos.
Elegímos uno doble cada una, el chico que nos atendío era muy lindo, pero claro que después de ver el rostro de Fabián, no creo que encuentre ser más hermoso. De repente nos hacía algo así como insinuaciones, a mi me daba igual, pero parecía que Rosi estaba algo asi como flipada. Yo elegí de chocolate con frutos del bosque, algo más clásica. En cambio Rosi escogio castaña y sandía. Valla mescla. Ni en sueños escogería algo así. O estaba muy nerviosa como para elegir bien, o le gustaban los sabores exóticos.
Después de mas o menos 2 horas de conversación, supe que Rosi tenía muchísimas ganas de cambiarse de colegio, porque en su antiguo colegio tenía compañeras que la trataban pésimo. También supe que el año pasado había tenido un romance, pero que a finales de diciembre todo se había acabado porque el chico era, simplemente un mujeriego. A ella no le había afectado mucho, porque nunca se había tomado la relación muy encerio. Le conté lo de Fabién, algo melancólica. Realmente me entristecía. Hacia que todo se pusiera más gris. Ella me recomendo que esperara un poco, quizá las cosas se tornen diferentes. Nos despedímos y prometimos que nos veríamos mañana a la entrada del colegio, antes de entrar cada una a sus clases.
Llegué a mi casa sin mayor novedad. Ya tenía todo listo para mañana, y mi madre me tenía el uniforme encima de mi cama. Lo había ido a recojer. La verdad esque no era tan malo, pero de todas formas no me gustó. Era gris, con blanco y rojo. Bastante sencillo. Lo guardé y fuí a ver la tele. Estaba mi mamá haciendo la cena y Cris la ayudaba.
- ¿Como te fué con Rocío, Sam?
- Bien, la tia Loreto tenía razón, esta gigante, cual modelo.
- Wow, me la imagino. ¿Han quedado en algo?
- Mañana nos veremos antes de entrar a clases, apropósito, ¿a qué hora entro?
- A las 8.20.
- Uff, que alivio. -en mi otro colegio, entraba a las 7.50. Media hora más para llegar a mi destino.
- Está lista la cena cariño, pon la mesa por favor.
Fuí a poner la mesa y nos sentamos a comer. Para cenar, mi madre había hecho chuletas de cerdo con puré. No muy apetitoso para mi gusto, pero me lo tube que comer igual. Cris se lo devoró, literalmente. Después de eso me fui a acostar enseguida. No queria tener ni pisca de sueño mañana, no por lo menos el primer día de clases.
¿Que hagó si lo veo? ¿Lo saludo? ¿Me hago la que no lo conosco? ¿Estará en mi clase? ¿Esa tal Lucy será simpatica?
Desperté con una serie de incógnitas. Sin más preambulo me fuí a duchar, y luego me vestí con el nuevo uniforme. La verdad es que me quedaba bonito, dentro de todo. Me heché del mismo perfume que me heché el día que conocí a Fabién, quien sabe.
Cuando fui al comedor, mi madre y Cris me esperaban con un kuchen de frambuesa y un par de regalos sobre la mesa. Los dos me abrazaron y me susurraron, mi mamá: "felices 16, que vegan muchos más" y Cris: "que sea un lindo día". Ellos sabían que no me gustaban las cosas estrepitósas, asique todo fue muy natural, como cualquier otro cumpleaños. También sabían que no me gustaban las tortas, pero si los kuchenes. Uno de mis regalos eran mis bombones preferidos, el otro, un collar precioso, de plata. Otro regalito, eran los aros a combinación del collar. Me los puse enseguida, al igual que el collar. Después de comer un delicioso trozo de kuchen, me comí uno de los bombones, un manjar de los dioses. Y me encaminé hacia mi nuevo colegio.
La mañana era fria, y el viento me enfriaba la espalda. La expiración que salía por mi boca salía en forma de vapor, me nublaba la vista por escasos segundos, hasta que volvía a salir una nueva expiración. Caminaba lentamente, tranquila. Paso a paso, de forma segura. Sabía que estaba a tiempo, asique aún no me apresuraba. Había salido temprano, asique no eran tantos los estudiantes que caminaban por las calles. De repente, ví en la cuadra siguiente un grupo de muchachos con mi mismo uniforme. Casi todos me miraron, y comentaron algo que no escuché. Al darme cuenta de que uno de ellos era a quién yo ubiera deseado no conocer, se me abrieron los ojos de golpe, mientras él me sonreia, con una mirada dulce. Todo se me olvido. Lo malo y lo bueno. Se me olvidó donde estaba y hacia donde iva. Lo único que podía ver era a él.
8.5.09
Capítulo 6: Lloviendo sobre mojado ♥
When you go down down down.. when you go.. ♪ empezó a sonar mi celular.. era temprano, aún estaba durmiendo.
- ¿Diga? -dije con voz aun somnolienta.
- Oh, lo siento Sam. ¿Te he despertado? -dijo una voz terriblemente conocida, con preocupación. Pero si era Gaspar. Mi mejor amigo. Que inoportuno, pero bueno, el siempre ha sido así.
- ¿Gaspar?
- Si, ¿como estas? -dijo con emoción. Se le notaba que esta llamada la tenía planificada, pero que maldadoso.
- Valla, mejor ahora que escucho tu voz. No sabes como te extraño. -le respondi con sinceridad.
- Sam.. si tu me extrañas, entonces no sé como se le podrá llamar a la sensación que tengo de vacío.. es peor que horrible. Creo que lo peor que me ha podido pasar es que te hallas ido de aca.
- Ay, Gaspi, eres tan tierno.
- Jaja, gracias. Te llamaba para desearte un feliz cumpleaños. Mañana no tendré mi celular, asique no te podré llamar. Ojala que lo pases muy bien. Voy a pensar todo el día en ti, no sabes como me voy a aburrir, amaba ir a lesear por ahí contigo.
Se produjo un silencio incómodo. La verdad es que estaba preocupandose demaciado por mi. Me incomoda que la gente haga eso, aunque sean mis mejores amigos.
- Esto, gracias. Tu también estas de cumpleaños pronto. ¿16 de abril no? lo siento si me equivoco, sabes que soy olvidadiza.. aunque no tenias por que molestarme, ya me has mandado un email.
- Si, pero no hay nada más reconfortante que escuchar la voz de una vieja amiga. Como te extraño, el colegio ya no será lo mismo sin ti. -dijo realmente triste. Ahora entendía porque la hora de llamarme, ellos entraban hoy al colegio.
- Yo también los extraño mucho. No saben como me aburro acá.
- Oye Isa quiere hablar contigo, te la paso. Un abrazo Sam.
- Adios..
- ¿¡Aló!? -gritó una voz sobresaltada, notablemente exaltada. Esa era mi Isa. Mi amiga de toda la vida.
- ¡Isa!
- Ay, Sam, creo que me voy a poner a llorar. Te extraño más que Gaspar. No le creas. Ahora si que conosco la palabra "aburrirce" en toda su expansión. Que verano más empalagoso. No tubo nada de divertido.
- Eres muy dulce amiga. Yo tampoco me lo he pasado de maravilla que digamos.
Una voz de más lejos se escucho:
- Vamos Isa, se me va a acabar la recarga.
- Ya voy, ya voy.
Y ahora volvía a hablar conmigo.
- Pucha, Gaspi me quiere quitar su celular. Rena, Daniel, Ale, Cata y Alex te envían saludos. Dicen que te cuides mucho. Te queremos Sam. Besos
- Mandale saludos de vuelta. Chau Chau -dije con tono triste, sabía que ellos también lo estaban. Que martirio. Quizá cuando los volvería a ver.
Ya me había colgado. Que detalle llamarme.
Después de la llamada, no pude seguir durmiendo. Aunque eran las 7.45 de la mañana, simplemente no pude. Me levante y prendí mi notebook. Ni siquiera me molesté en conectarme a messenger. ¿Quién iva a estar conectado a esta hora? Hace semanas que no revisaba mi facebook. Tenía mil notificaciones, pero no me interesaban. Me metí a las solicitudes de amistad.
No lo podía creer. No se como es que no me dio un infarto. Me quede estática por unos segundos.
"Fabián Elortegui te ha agregado como amigo." Lo acepté inmediatamente. No me importaba como esque había conseguido mi apellido como para buscarme, o si esque me había confundido con otra persona. O quizá una posiilidad bastante remota, esque me halla buscado insistentemente hasta encontrarme. Realmente no lo podía creer. Estube viendo todas sus fotos. Que chico más guapo. Estaba literalmente en la nubes. Creí que nadie me podría bajar de ellas hasta que leí algo que hiso que me dieran ganas de llorar.
"Situación Sentimental: En una relación con: Lucy Vásquez"
Creo que jamás me había sentido tan mal. Para mi desgracia, los dos estaban en mi colegio, que, ubiera sido una excelente noticia si no fuese porque estan en una relación. Ahora, además de sufrir, los vería todos los días abrazados, como cualquier pareja, todos los días del resto de mi estadia en ese colegio. Porque, apuesto todo a que están en mi curso. Que más, me llueve sobre mojado, y nosé que hacer para reponerme.
- ¿Diga? -dije con voz aun somnolienta.
- Oh, lo siento Sam. ¿Te he despertado? -dijo una voz terriblemente conocida, con preocupación. Pero si era Gaspar. Mi mejor amigo. Que inoportuno, pero bueno, el siempre ha sido así.
- ¿Gaspar?
- Si, ¿como estas? -dijo con emoción. Se le notaba que esta llamada la tenía planificada, pero que maldadoso.
- Valla, mejor ahora que escucho tu voz. No sabes como te extraño. -le respondi con sinceridad.
- Sam.. si tu me extrañas, entonces no sé como se le podrá llamar a la sensación que tengo de vacío.. es peor que horrible. Creo que lo peor que me ha podido pasar es que te hallas ido de aca.
- Ay, Gaspi, eres tan tierno.
- Jaja, gracias. Te llamaba para desearte un feliz cumpleaños. Mañana no tendré mi celular, asique no te podré llamar. Ojala que lo pases muy bien. Voy a pensar todo el día en ti, no sabes como me voy a aburrir, amaba ir a lesear por ahí contigo.
Se produjo un silencio incómodo. La verdad es que estaba preocupandose demaciado por mi. Me incomoda que la gente haga eso, aunque sean mis mejores amigos.
- Esto, gracias. Tu también estas de cumpleaños pronto. ¿16 de abril no? lo siento si me equivoco, sabes que soy olvidadiza.. aunque no tenias por que molestarme, ya me has mandado un email.
- Si, pero no hay nada más reconfortante que escuchar la voz de una vieja amiga. Como te extraño, el colegio ya no será lo mismo sin ti. -dijo realmente triste. Ahora entendía porque la hora de llamarme, ellos entraban hoy al colegio.
- Yo también los extraño mucho. No saben como me aburro acá.
- Oye Isa quiere hablar contigo, te la paso. Un abrazo Sam.
- Adios..
- ¿¡Aló!? -gritó una voz sobresaltada, notablemente exaltada. Esa era mi Isa. Mi amiga de toda la vida.
- ¡Isa!
- Ay, Sam, creo que me voy a poner a llorar. Te extraño más que Gaspar. No le creas. Ahora si que conosco la palabra "aburrirce" en toda su expansión. Que verano más empalagoso. No tubo nada de divertido.
- Eres muy dulce amiga. Yo tampoco me lo he pasado de maravilla que digamos.
Una voz de más lejos se escucho:
- Vamos Isa, se me va a acabar la recarga.
- Ya voy, ya voy.
Y ahora volvía a hablar conmigo.
- Pucha, Gaspi me quiere quitar su celular. Rena, Daniel, Ale, Cata y Alex te envían saludos. Dicen que te cuides mucho. Te queremos Sam. Besos
- Mandale saludos de vuelta. Chau Chau -dije con tono triste, sabía que ellos también lo estaban. Que martirio. Quizá cuando los volvería a ver.
Ya me había colgado. Que detalle llamarme.
Después de la llamada, no pude seguir durmiendo. Aunque eran las 7.45 de la mañana, simplemente no pude. Me levante y prendí mi notebook. Ni siquiera me molesté en conectarme a messenger. ¿Quién iva a estar conectado a esta hora? Hace semanas que no revisaba mi facebook. Tenía mil notificaciones, pero no me interesaban. Me metí a las solicitudes de amistad.
No lo podía creer. No se como es que no me dio un infarto. Me quede estática por unos segundos.
"Fabián Elortegui te ha agregado como amigo." Lo acepté inmediatamente. No me importaba como esque había conseguido mi apellido como para buscarme, o si esque me había confundido con otra persona. O quizá una posiilidad bastante remota, esque me halla buscado insistentemente hasta encontrarme. Realmente no lo podía creer. Estube viendo todas sus fotos. Que chico más guapo. Estaba literalmente en la nubes. Creí que nadie me podría bajar de ellas hasta que leí algo que hiso que me dieran ganas de llorar.
"Situación Sentimental: En una relación con: Lucy Vásquez"
Creo que jamás me había sentido tan mal. Para mi desgracia, los dos estaban en mi colegio, que, ubiera sido una excelente noticia si no fuese porque estan en una relación. Ahora, además de sufrir, los vería todos los días abrazados, como cualquier pareja, todos los días del resto de mi estadia en ese colegio. Porque, apuesto todo a que están en mi curso. Que más, me llueve sobre mojado, y nosé que hacer para reponerme.
Capítulo 5: El tiempo corre ♥
Los días pasaron rápidamente, y no pasaba nada interesante. Era como una rutina, levantarse y salir todos los días a pensar en Fabián, no podía dejar de hacerlo, era inevitable, y si lo tenía que hacer, preferia con aire fresco, asique, generalmente iva a la plaza donde nos conocimos, y preferencialmente me sentaba en la banca donde conversamos, por si acaso, aparecia de nuevo.
Llegó el jueves, mi madre me fue a comprar los materiales y a hacer trámites mientras yo y Cris veiamos una película, teniamos gustos parecidos en ese aspecto. El plan de hacerme la indiferente que había tenido hace algunos días, realmente no me funciono, yo los quiero mucho a los dos, y ese tipo de conducta no va bien conmigo. Llegó el viernes, y nada interesante tampoco.. estaba más que aburrida, el martes entraría a clases y también estaría de cumpleaños. Pasaban muy rápido los días, yo solamente intentaba pensar positivamente. No soy muy buena en eso de hacer amigos en un lugar que no conosco repleto de gente desconocida. Que vá, no soy mala, soy pésima. Pareciera que tengo un problema de introversión. Era el sábado por la tarde y estaba hechada en el sofa, viendo la tele, mi madre y Cris dormían. Cuando de repente, tocan el timbre.
Me sobresalté, ¿quién nos vendría a ver? ¿esque conocemos a alguien aquí? quizá era un amigo de Cristian. No lo creo.. que extraño. Miré por la ventana y vi a una señora a la entrada, conocía su cara, pero no logré distinguirla. Solo atiné a abrirle y a preguntarle a quién buscaba.
- Hola, ¿busca a alguien?
- ¡Oooh! ¡tesorito que grande que estás! -no lo podía creer. Era mi tia Loreto, hermana de mi madre. Se me había olvidado que vivía en Concepción, junto con mi prima Rocío. No dude ni un segundo y fui a abrirle la reja, y me dio un abrazo que casi me asfixia.
- ¡Hola tia! hace mucho que no la veia. ¿Desea ver a mi mamá?
- Bueno, en relidad, vengo a ver a todos, a ver como están todos. Y ha ponernos al día, obviamente.
- Está bien, pasa, pasa. Voy a llamar a mi madre, de seguro que esta durmiendo aún. -para mi sorpresa, mi madre y Cris en 2 segundos habían bajado, estaban vestidos y arreglados, y nos esperaban en la sala, ocupando el lugar que yo estaba ocupando recién.
- ¡Hola hermana, cuánto tiempo sin verte! -dijo mi madre, y se dieron un abrazo muy afectuoso. Transcurrio la tarde, y mi madre y mi tia no paraban de hablar, hablaron hasta de la mosca que estaba volando cerca de la entrada. Creo que les hiso bien, un reencuentro de hermanas. Escuché, entre esas conversaciones, que mi prima Rocío, a la cual quiero bastante, estaba gigante y hermosa, y este año, que pasaba a primer año medio, la cambiaban al colegio Pedro de Valdivia, el mismo en el que mi madre me ha inscrito, con la diferencia que yo ya estoy en segundo año medio. Mi tia estaba muy feliz de que nos tubieramos la una a la otra en un colegio totalmente desconocido, y la verdad, es que yo también. Sería horrible si yo llegara y no hubiera nadie con quien hablar. Llagó la hora de despedirce, muchos abrazos y saludos a mi prima y mi tia al fin se fue, eran eso de las 11.30 de la noche, asique me fui a acostar.
Tube un sueño maravilloso, soñé con Fabián, claro, era un tanto extraño el sueño, pero hermoso. No quería despertar, pero bueno, la triste realidad, hay que enfrentarla con buena cara. Me bañé y me puse en pie. Ordene mi pieza, que con el transcurso de los días había quedado hecha un desastre nuevamente. Mi mochila nueva, era muy linda, era morada y con aplicaciones medias violetas. Muy juvenil. Ya tenía el horario de clases y un mini mapa de mi colegio, la verdad esque era bastante grande. Puse en mi mochila los cuadernos que me tocaban el primer día de clases y mi estuche con mis útiles nuevos. Ya tenia todo listo para el martes, aunque recién era domingo. Me gusta tener las cosas listas antes de tiempo, así me siento más segura. Aún quedaba un día y medio, y no tenía nada que hacer. Al final, y con mucho ezfuerzo, decidí llamar a Rocío. Nos podríamos juntar, y así, ya estariamos más al día para el martes.
- Tit.. tit.. tit.. tit.. ¿Aló, quién habla?
- Rosi, soy Sam, tanto tiempo.
- ¡Oh! Sam, me has tomado desprevenida. De la que menos me esperaba una llamada ahora era de ti, prima.
- No nos vemos hace muchísimo, ¿porqué no nos juntamos? así nos podemos poner la día y también hablar un poco del tema del colegio. Estoy muy perdida. ¿Te parece?
- Me parece genial, pero hoy día no puedo. He quedado con unas amigas. ¿Te apetece mañana?
- Claro, ningún problema. ¿Pasas por mi, o quedamos en algún sitio?
- Creo que seria mejor quedar en algún sitio. ¿Bravísimo a la 4.30?
- Genial, ahí estaré. Besos Rosi.
- Cuidate, adios.
Estaba feliz por un lado de lo simpática que había sonado Rosi, y de que nos veríamos. Pero me bajo el ánimo un poco el tener que esperar un día más. Estaba demaciado aburrida..
Llegó el jueves, mi madre me fue a comprar los materiales y a hacer trámites mientras yo y Cris veiamos una película, teniamos gustos parecidos en ese aspecto. El plan de hacerme la indiferente que había tenido hace algunos días, realmente no me funciono, yo los quiero mucho a los dos, y ese tipo de conducta no va bien conmigo. Llegó el viernes, y nada interesante tampoco.. estaba más que aburrida, el martes entraría a clases y también estaría de cumpleaños. Pasaban muy rápido los días, yo solamente intentaba pensar positivamente. No soy muy buena en eso de hacer amigos en un lugar que no conosco repleto de gente desconocida. Que vá, no soy mala, soy pésima. Pareciera que tengo un problema de introversión. Era el sábado por la tarde y estaba hechada en el sofa, viendo la tele, mi madre y Cris dormían. Cuando de repente, tocan el timbre.
Me sobresalté, ¿quién nos vendría a ver? ¿esque conocemos a alguien aquí? quizá era un amigo de Cristian. No lo creo.. que extraño. Miré por la ventana y vi a una señora a la entrada, conocía su cara, pero no logré distinguirla. Solo atiné a abrirle y a preguntarle a quién buscaba.
- Hola, ¿busca a alguien?
- ¡Oooh! ¡tesorito que grande que estás! -no lo podía creer. Era mi tia Loreto, hermana de mi madre. Se me había olvidado que vivía en Concepción, junto con mi prima Rocío. No dude ni un segundo y fui a abrirle la reja, y me dio un abrazo que casi me asfixia.
- ¡Hola tia! hace mucho que no la veia. ¿Desea ver a mi mamá?
- Bueno, en relidad, vengo a ver a todos, a ver como están todos. Y ha ponernos al día, obviamente.
- Está bien, pasa, pasa. Voy a llamar a mi madre, de seguro que esta durmiendo aún. -para mi sorpresa, mi madre y Cris en 2 segundos habían bajado, estaban vestidos y arreglados, y nos esperaban en la sala, ocupando el lugar que yo estaba ocupando recién.
- ¡Hola hermana, cuánto tiempo sin verte! -dijo mi madre, y se dieron un abrazo muy afectuoso. Transcurrio la tarde, y mi madre y mi tia no paraban de hablar, hablaron hasta de la mosca que estaba volando cerca de la entrada. Creo que les hiso bien, un reencuentro de hermanas. Escuché, entre esas conversaciones, que mi prima Rocío, a la cual quiero bastante, estaba gigante y hermosa, y este año, que pasaba a primer año medio, la cambiaban al colegio Pedro de Valdivia, el mismo en el que mi madre me ha inscrito, con la diferencia que yo ya estoy en segundo año medio. Mi tia estaba muy feliz de que nos tubieramos la una a la otra en un colegio totalmente desconocido, y la verdad, es que yo también. Sería horrible si yo llegara y no hubiera nadie con quien hablar. Llagó la hora de despedirce, muchos abrazos y saludos a mi prima y mi tia al fin se fue, eran eso de las 11.30 de la noche, asique me fui a acostar.
Tube un sueño maravilloso, soñé con Fabián, claro, era un tanto extraño el sueño, pero hermoso. No quería despertar, pero bueno, la triste realidad, hay que enfrentarla con buena cara. Me bañé y me puse en pie. Ordene mi pieza, que con el transcurso de los días había quedado hecha un desastre nuevamente. Mi mochila nueva, era muy linda, era morada y con aplicaciones medias violetas. Muy juvenil. Ya tenía el horario de clases y un mini mapa de mi colegio, la verdad esque era bastante grande. Puse en mi mochila los cuadernos que me tocaban el primer día de clases y mi estuche con mis útiles nuevos. Ya tenia todo listo para el martes, aunque recién era domingo. Me gusta tener las cosas listas antes de tiempo, así me siento más segura. Aún quedaba un día y medio, y no tenía nada que hacer. Al final, y con mucho ezfuerzo, decidí llamar a Rocío. Nos podríamos juntar, y así, ya estariamos más al día para el martes.
- Tit.. tit.. tit.. tit.. ¿Aló, quién habla?
- Rosi, soy Sam, tanto tiempo.
- ¡Oh! Sam, me has tomado desprevenida. De la que menos me esperaba una llamada ahora era de ti, prima.
- No nos vemos hace muchísimo, ¿porqué no nos juntamos? así nos podemos poner la día y también hablar un poco del tema del colegio. Estoy muy perdida. ¿Te parece?
- Me parece genial, pero hoy día no puedo. He quedado con unas amigas. ¿Te apetece mañana?
- Claro, ningún problema. ¿Pasas por mi, o quedamos en algún sitio?
- Creo que seria mejor quedar en algún sitio. ¿Bravísimo a la 4.30?
- Genial, ahí estaré. Besos Rosi.
- Cuidate, adios.
Estaba feliz por un lado de lo simpática que había sonado Rosi, y de que nos veríamos. Pero me bajo el ánimo un poco el tener que esperar un día más. Estaba demaciado aburrida..
7.5.09
Capítulo 4: Imposible pero cierto ♥
Espera un momento. ¿Qué jamás lo olvidaría? ¿cómo es eso? tengo que olvidarlo, no puedo enamorarme de él. Imposible. ¿Cómo sé que lo volveré a ver? tan solo intercambiamos unas pocas palabras. Apenas sé como se llama.. y conosco a un amigo de él, pero.. esto se esta tornando muy malo.. no quiero enamorarme, quizás sea un sufrimiento enorme para mi, el jamás volver a sentir su exquisito olor, su hermosa sonrisa, su contajiosa risa..
Me quede pensando en él el resto de la tarde, en cada uno de sus movimientos, en cada una de sus palabras. Termine por convencerme de que jamás lo olvidaría, aunque quisiera. Imposible pero cierto, quién pensaría que llegando a una ciudad desconocida, el motivo que haría que yo quisiese quedarme, sería un chico. No un chico cualquiera, claro, pero jamás lo ubiese pensado. Quién pensaría que me enamoraría de un extraño. Ahora, aunque no quisiera, sentía en mi interior la necesidad de buscarlo, de volver a sentir su voz, de volver a estar con él. Me dí cuenta de la hora, recién cuando comensó a oscurecer. Supuse de que mi madre estaría histérica, pero yo estaba de lo más relajada. No estaba perdida, le diría que si lo estaba, para tener una buena excusa de porque volvía a esta hora. Valla. Ahora yo era la de las excusas estúpidas, que ironía. Me puse en pie, y la verdad, esque agradecí el polerón que había traido, porque ya eran cerca de las 9:30 PM y si, hacíe un poco de frio. Me puse el polerón y comensé a caminar. Cuando llegue a la plaza, en la tarde, debí de estar realmente distraida para no darme cuenta de que había caminado cerca de 17 manzanas, realmente, mucho. La vuelta a casa, se me hiso mucho más larga, y llegue sumamente cansada. Cuando llegué mi mamá y Cris estaban afuera de casa con un carabinero. Supuse que lo habría llamado para que me fuera a buscar.
- Si, es mas o menos de este porte y tiene el cabello hasta la.. ¡SAM! oooh, Sam, ¿¡Dónde te habías metido!? -dijo con una cara bastante histérica y se me abalanzó para darme un abrazo.
- Me perdí mamá, lo siento.
- Lo importante es que supiste llegar, que bueno Sami. -me dijo Cris con un tono sereno y con una cara realmente tranquila, era como si supiese que iva a llegar, estaba un tanto intranquilo, pero no por mi, si no por mi madre. Cris era el único que me decia "Sami" no sé porque, pero preferia decirme así.
- Mamá ya sueltame, estoy bien, no me ha pasado nada.
- Esta bien.. caballero, disculpe las molestias, es que estaba realmente desesperada.. imaginese le ubiese pasado algo..
- No se preocupe señora, es nuestro deber. Hasta pronto. -dijo el carabinero, con tono paciente y se fué.
- Muy bien.. entremos, que se está haciendo de noche. -dijo mi madre con una voz muy nerviosa.
Entramos a la casa, y, realmente fue un alivio que la casa estubiese más fresca, generalmente parecía un horno. Fuí directamente a mi pieza, y me alegre de que mi madre no me ubiese hecho un discurso sobre el tener cuidado en las calles, pareciese que comensara a comprender que ya estoy un poco más grande. Colgué mi bolso y saqué las cosas de él. Cerré las cortinas y me puse enseguida el pijama, sabía que era muy temprano para acostarme, pero estaba realmente cansada. Me puse mis pantuflas y fui a la cocina.
- ¿Qué hay de cenar? -le pregunté a mi mamá que estaba revolviendo unos guisos en la cocina de gas.
- Voy a hacer lasaña. Aunque nosé si hacerla con carne, o sin carne, la verdad esque me e puesto tan nerviosa con que tu no estabas que no sé como hacerla.
- Hasla sin carne. Es más rica así. -Le alenté a mi madre. La verdad esque nunca me a gustado mucho la carne, tan solo como lo necesario.
Fuí al cuarto de estar a ver la tele, junto a Cris. Me pasó el control y me dijo que viese lo que quisiera. Puse el MTV, porque no me gustan muchos más canales, ese es uno de mis preferidos. Estaban dando los Top 10, y decidí dejarlos para informarme un poco en como va la cosa de la música.
A eso de 15 minutos, mi madre nos llamó a mi y a Cris a cenar. Nos sentamos todos en la mesa y comentamos lo rico que le había quedado a mi madre la comida, luego de dar el primer bocado.
- Esto.. Samantha, tengo una noticia que darte.
- ¿Qué pasa mamá?
- Ya te inscribí en un instituto, estas matriculada.
- ¿Qué? digo, esta bien, no hay nada más que hacer.
El colegio. No me había acordaba de eso. Había estado toda la tarde pensando en Fabián, y no le había dado vuelta al tema ni siquiera un minuto.
- ¿Cuándo inician las clases?
- La próxima semana. Ya te e encargado el uniforme y ya me han entregado la lista de materiales, el jueves voy a comprarlos. Si quieres me acompañas..
Genial, un colegio con uniforme. En mi antiguo colegio no había uniforme, que fastidio.
- Que vá mamá. No me interesa, elige los que quieras, sé que tienes buen gusto. -dije poniendo los ojos en blanco.
- Esta bien.. el uniforme lo entregan el día anterior al de clases, asi que si te queda un poco grande, no te quejes, no lo podremos cambiar.
- Bueno. -realmente me importaban muy poco ese tipo de cosas.
- Hay otra cosa que ivamos a preguntarte.. -dijo Cris, un tanto feliz.
- ¿Qué?
- ¿Qué quieres para tu cumpleaños? apropósito, que mal que cae justo el primer día de clases..
- Ni me lo digas. La verdad, esque no había pensado en eso, pero ya tengo de todo.. ¿qué les parece si me regalan una caja de bombones? -dije con cierta emoción, soy amante de los chocolates.
- Que vá, Sam. Siempre pides lo mismo. -dijo Cris poniendo los ojos en blanco.
- Pero es que no sé que más pedir que chocolate. -todos nos reimos.
- Bueno, aparte de chocolate, nosotros veremos que sorpresa te daremos.
- Esta bien, me conformo con que no sea nada muy infantil, se los ruego. -nos volvimos a reir.
Llevé mi plato a la cocina, me despedi de Cris y de mi madre. Me dirijí al baño y luego de lavarme los dientes, me acosté. Estaba realmente exausta. Antes de pensar en Fabián, para intentar soñar con él, pensé "mañana será otro día, veremos que pasa entonces" y cerré los ojos, y cai en un profundo sueño.
Me quede pensando en él el resto de la tarde, en cada uno de sus movimientos, en cada una de sus palabras. Termine por convencerme de que jamás lo olvidaría, aunque quisiera. Imposible pero cierto, quién pensaría que llegando a una ciudad desconocida, el motivo que haría que yo quisiese quedarme, sería un chico. No un chico cualquiera, claro, pero jamás lo ubiese pensado. Quién pensaría que me enamoraría de un extraño. Ahora, aunque no quisiera, sentía en mi interior la necesidad de buscarlo, de volver a sentir su voz, de volver a estar con él. Me dí cuenta de la hora, recién cuando comensó a oscurecer. Supuse de que mi madre estaría histérica, pero yo estaba de lo más relajada. No estaba perdida, le diría que si lo estaba, para tener una buena excusa de porque volvía a esta hora. Valla. Ahora yo era la de las excusas estúpidas, que ironía. Me puse en pie, y la verdad, esque agradecí el polerón que había traido, porque ya eran cerca de las 9:30 PM y si, hacíe un poco de frio. Me puse el polerón y comensé a caminar. Cuando llegue a la plaza, en la tarde, debí de estar realmente distraida para no darme cuenta de que había caminado cerca de 17 manzanas, realmente, mucho. La vuelta a casa, se me hiso mucho más larga, y llegue sumamente cansada. Cuando llegué mi mamá y Cris estaban afuera de casa con un carabinero. Supuse que lo habría llamado para que me fuera a buscar.
- Si, es mas o menos de este porte y tiene el cabello hasta la.. ¡SAM! oooh, Sam, ¿¡Dónde te habías metido!? -dijo con una cara bastante histérica y se me abalanzó para darme un abrazo.
- Me perdí mamá, lo siento.
- Lo importante es que supiste llegar, que bueno Sami. -me dijo Cris con un tono sereno y con una cara realmente tranquila, era como si supiese que iva a llegar, estaba un tanto intranquilo, pero no por mi, si no por mi madre. Cris era el único que me decia "Sami" no sé porque, pero preferia decirme así.
- Mamá ya sueltame, estoy bien, no me ha pasado nada.
- Esta bien.. caballero, disculpe las molestias, es que estaba realmente desesperada.. imaginese le ubiese pasado algo..
- No se preocupe señora, es nuestro deber. Hasta pronto. -dijo el carabinero, con tono paciente y se fué.
- Muy bien.. entremos, que se está haciendo de noche. -dijo mi madre con una voz muy nerviosa.
Entramos a la casa, y, realmente fue un alivio que la casa estubiese más fresca, generalmente parecía un horno. Fuí directamente a mi pieza, y me alegre de que mi madre no me ubiese hecho un discurso sobre el tener cuidado en las calles, pareciese que comensara a comprender que ya estoy un poco más grande. Colgué mi bolso y saqué las cosas de él. Cerré las cortinas y me puse enseguida el pijama, sabía que era muy temprano para acostarme, pero estaba realmente cansada. Me puse mis pantuflas y fui a la cocina.
- ¿Qué hay de cenar? -le pregunté a mi mamá que estaba revolviendo unos guisos en la cocina de gas.
- Voy a hacer lasaña. Aunque nosé si hacerla con carne, o sin carne, la verdad esque me e puesto tan nerviosa con que tu no estabas que no sé como hacerla.
- Hasla sin carne. Es más rica así. -Le alenté a mi madre. La verdad esque nunca me a gustado mucho la carne, tan solo como lo necesario.
Fuí al cuarto de estar a ver la tele, junto a Cris. Me pasó el control y me dijo que viese lo que quisiera. Puse el MTV, porque no me gustan muchos más canales, ese es uno de mis preferidos. Estaban dando los Top 10, y decidí dejarlos para informarme un poco en como va la cosa de la música.
A eso de 15 minutos, mi madre nos llamó a mi y a Cris a cenar. Nos sentamos todos en la mesa y comentamos lo rico que le había quedado a mi madre la comida, luego de dar el primer bocado.
- Esto.. Samantha, tengo una noticia que darte.
- ¿Qué pasa mamá?
- Ya te inscribí en un instituto, estas matriculada.
- ¿Qué? digo, esta bien, no hay nada más que hacer.
El colegio. No me había acordaba de eso. Había estado toda la tarde pensando en Fabián, y no le había dado vuelta al tema ni siquiera un minuto.
- ¿Cuándo inician las clases?
- La próxima semana. Ya te e encargado el uniforme y ya me han entregado la lista de materiales, el jueves voy a comprarlos. Si quieres me acompañas..
Genial, un colegio con uniforme. En mi antiguo colegio no había uniforme, que fastidio.
- Que vá mamá. No me interesa, elige los que quieras, sé que tienes buen gusto. -dije poniendo los ojos en blanco.
- Esta bien.. el uniforme lo entregan el día anterior al de clases, asi que si te queda un poco grande, no te quejes, no lo podremos cambiar.
- Bueno. -realmente me importaban muy poco ese tipo de cosas.
- Hay otra cosa que ivamos a preguntarte.. -dijo Cris, un tanto feliz.
- ¿Qué?
- ¿Qué quieres para tu cumpleaños? apropósito, que mal que cae justo el primer día de clases..
- Ni me lo digas. La verdad, esque no había pensado en eso, pero ya tengo de todo.. ¿qué les parece si me regalan una caja de bombones? -dije con cierta emoción, soy amante de los chocolates.
- Que vá, Sam. Siempre pides lo mismo. -dijo Cris poniendo los ojos en blanco.
- Pero es que no sé que más pedir que chocolate. -todos nos reimos.
- Bueno, aparte de chocolate, nosotros veremos que sorpresa te daremos.
- Esta bien, me conformo con que no sea nada muy infantil, se los ruego. -nos volvimos a reir.
Llevé mi plato a la cocina, me despedi de Cris y de mi madre. Me dirijí al baño y luego de lavarme los dientes, me acosté. Estaba realmente exausta. Antes de pensar en Fabián, para intentar soñar con él, pensé "mañana será otro día, veremos que pasa entonces" y cerré los ojos, y cai en un profundo sueño.
Capítulo 3: Una delicia de brisa ♥
Me bañé por mucho rato, quizás demaciado. Lo necesitaba. Salí y después de secar mi cuerpo y mi pelo, me puse crema en todo el cuerpo, necesitaba sentirme bien. Me depilé, me arreglé las uñas y me arreglé el cabello. Salí a mi habitación y me puse la ropa más linda que tenía, por lo menos para mi. Me puse mis pitillos blancos, una polera sin mangas, con círculos de muchos colores y unas sandalias naranjas. Me pinté un poco, y cuando me miré en el espejo, la verdad esque me veía preciosa, y eso que yo tengo tendencia a encontrarme fea. Saqué de mi armario un perfume que jamás había ocupado, ni siquiera lo había olido. Un regalo de mi abuela para navidad. Lo olí y lo encontre delicioso, extravagante y algo exótico. Me lo puse. Ordené mi pieza, ya que la tenía hecha un desastre. Ordené todo, mi ropa, mi cama mi escritorio y abrí las cortinas.
Prendí mi notebook y me conecté a messenger, era temprano, y era sábado, asique no había casi nadie conectado, por lo menos nadie interesante. Lo cerré y revisé mi email.
Tenía 3 email. Uno de ellos era de mi mejor amiga de Santiago, Isabel. Decía:
Hola amiga!! no sabes cuanto te extraño, en realidad todos te extrañamos mucho, tienes que volver :(. Nosotros empezamos clases la próxima semana!! que fastidio.. ya se van a acabar las vacaciones.. un abrazo muy grande, jamás te olvidaremos. Te quiero.. Isa
Me dio muchísima pena, pero no podía hacer nada. Yo también la extrañaba mucho. Y la verdad, esque no estaba interesada en que se acabaran o no las vacaciones, porque sin ella, no eran divertidas. No quise responderle ahora porque si no, de seguro me pongo a llorar a mares. Revisé el otro email. Era de uno de mis amigos del colegio, Gaspar, estaba un curso más arriba que el mio, y además era mi vecino en mi antigua casa. Decía:
Hola Hola! como va la nueva vida? espero que muy bien.. te extraño Sam, ya no me rio tanto como antes, me haces falta. Oye, para tu cumpleaños no voy a estar conectado con la civilización jaja, asique te voy a dejar mis felicitaciones adelantadas, feliz cumpleaños!! que sean unos felices 16 y que vengan muchos más, lamento no estar ahí para abrazarte. Te quiero. Adios! Gaspi.
Mi cumpleaños. Que dilema. No me acordaba en lo absoluto. Dentro de 1 semana y media más iva a tener 16 añotes. Que pena, porque con Gaspi siempre saliamos con más amigos a celebrar los cumpleñoas, y en mis cumpleñaos, valla que me lo pasaba de lujo, y como no, con un amigo como él, y una amiga como Isa. Tampoco quise responderle, por la misma razón de antes.
El otro email era publicidad. Apagué el notebook y me estiré en mi cama. No sabía que hacer, estaba aburrida, con calor, y además era sabado. ¿Que se hace un sabado, sin amigos, en una ciudad desconocida? además estaba peleada con mi madre, asique ni pensar de paseos.
Finalmente, me decidi a dar una vuelta, llevaría mi celular por si esque me perdía y algo de dinero, por si las moscas. Agarre mi celular, un poco de dinero, un poleron si esque hacía frio (lo dudaba mucho, pero nunca se sabe) y los meti en mi bolso. Salí al cuarto de estar, donde estaban Cris y mi mamá viendo una película de Angelina Jolie. Le dije a mi mamá:
- Voy a salir.
- ¿Con quien si se puede saber? -dijo bromeando.
- Mamá, sabes que deje a todos mis amigos en Santiago, y aca no conosco a nadie más que a ustedes 2 y a mi prima Rocío.
- Esta bien, esta bien. Lo siento. ¿Pero no te vallas a perder ah? ¿Llevas tu celular?
- Claro que si. Adios Cris, adios mamá.
- Cuidate -dijeron los dos al mismo tiempo.
Salí y me aventuré a la desconocida ciudad, con muchísimo calor, y bastante aburrida. Camine por largo rato, y llegué a una plaza, no había casi nadie en ella. Estaba exausta, asique compré en una máquina de refrescos un jugo y me senté a tomarlo. Estaba todo tranquilo, y pensaba en como sería este año, cuando una brisa de aire alborotó mi largo cabello, e hiso que cerrara los ojos, y percibiera un olor. Era delicioso. Tan solo eso, ni siquiera hay palabras para describirlo. Era definitivamente, un deleite. Sentí, que de donde fuese que provenia ese olor, nunca lo olvidaría. Me voltee y me dí cuenta de que venía de un chico. No lo podía creer. No podía dejar de mirarlo. El miraba por detrás de mi, como buscándo a alguien, de repente murmuró algo, como hablando consigo mismo. Se acercó a mi, y yo, me puse más tonta que nunca, y se me aceleró el corazón a un ritmo nunca antes alcanzado. Y me hablo:
- Hola guapa, ¿esta ocupada la otra parte del banco? -me sonrió, con una sonrisa torcida, me derreti casi literalmente, que chico más guapo, nunca entendería como esque alguien puede ser tan perfecto.
- Eee.. esto.. hola, yo.. no, no, sientate si quieres, si, sientate.
Se rió, un nuevo record alcanzó mi corazón. No lo podía creer, que risa más hermosa.
- Hey, eres bastante despistada tu, ¿A que si?
- ¿Yo? ¿Porqué? -dije con un tono entre inocensia y enojo, no lo entendia, pero también estaba avergonsada, valla calificación, ¿esa era la impresión que causaba?
- Claro que si, ya llevas medio jugo derramado encima de tus pantalones blancos, jajaja.
- ¿¡QUÉ!? -miré horrorisada mis pantalones, pero era mentira, mi jugo la había dejado a un lado cuando esa brisa me alborotó el cabello, para arreglarmelo necesitaba las dos manos.
- Jajaja esa es típica, ¿Como es que has caido?
- Pues no lo sé, parece que de verdad soy despistada. -dije sumamente sonrojada y avergonsada.
- ¿Esperas a alguien? -dijo con una cara muy dulce, un nuevo color nunca antes alcanzado por mis mejillas, me tomó desprevenida.
- Eeem.. esto, no, soy nueva, llegue hace dos días acá, esto.. ¿y tu?
- Yo si.. estaba esperando a unos amigos, a propósito, soy Fabián.
- Yo soy Samantha.
- Qué bien hueles.. me a encantado tu olor.-Cuando dijo esto, no le dije nada, y me volvi a sonrojar.. al ver que yo no respondia, dijo medio riendose:
- ¿Y cómo es eso de que eres nueva? ¿de dónde vienes?
- So so soy de Santiago.. me mude porque el nuevo esposo de de mi madre vive a aquí.-dije tartamudeando, parecía una tonta.
- Baaj, que pena. Me pasó algo parecido. Pero, ¿para qué hablar de esas cosas? -dijo con una amplia sonrisa.
- Si, para que hablar de esas cos..-
- ¡Hey Fabián, deja a las chicas tranquilas, aunque sea por un día! jaja, vamos, Fano y Teba nos están esperando en el Mc Donals. -me interrumpio un chico, muy guapo también, pero creo que nadie pueda superar a Fabián.. que hermoso nombre.. pareciera que ese chico era un amigo de él. Y tenia prisa.
- ¡Ya voy, deja despedirme! -dijo dirijiendose al chico que habia aparecido recién- Él es un amigo, se llama Camilo, no le creas con eso de las chicas, tan solo le gusta molestarme. Espero volverte a ver, cuidate Sam.. adios.
- Adios.. -no me salieron más palabras, me quedé observando como los amigos se ivan caminando en dirección al Mc Donals, sonriendo y bromeando. Me había llamado Sam, tan solo los más cercanos me decían así, y me lo había dicho con cariño.. un extraño que tan solo había conocido hace unos minutos.. jamás lo olvidaría..
Prendí mi notebook y me conecté a messenger, era temprano, y era sábado, asique no había casi nadie conectado, por lo menos nadie interesante. Lo cerré y revisé mi email.
Tenía 3 email. Uno de ellos era de mi mejor amiga de Santiago, Isabel. Decía:
Hola amiga!! no sabes cuanto te extraño, en realidad todos te extrañamos mucho, tienes que volver :(. Nosotros empezamos clases la próxima semana!! que fastidio.. ya se van a acabar las vacaciones.. un abrazo muy grande, jamás te olvidaremos. Te quiero.. Isa
Me dio muchísima pena, pero no podía hacer nada. Yo también la extrañaba mucho. Y la verdad, esque no estaba interesada en que se acabaran o no las vacaciones, porque sin ella, no eran divertidas. No quise responderle ahora porque si no, de seguro me pongo a llorar a mares. Revisé el otro email. Era de uno de mis amigos del colegio, Gaspar, estaba un curso más arriba que el mio, y además era mi vecino en mi antigua casa. Decía:
Hola Hola! como va la nueva vida? espero que muy bien.. te extraño Sam, ya no me rio tanto como antes, me haces falta. Oye, para tu cumpleaños no voy a estar conectado con la civilización jaja, asique te voy a dejar mis felicitaciones adelantadas, feliz cumpleaños!! que sean unos felices 16 y que vengan muchos más, lamento no estar ahí para abrazarte. Te quiero. Adios! Gaspi.
Mi cumpleaños. Que dilema. No me acordaba en lo absoluto. Dentro de 1 semana y media más iva a tener 16 añotes. Que pena, porque con Gaspi siempre saliamos con más amigos a celebrar los cumpleñoas, y en mis cumpleñaos, valla que me lo pasaba de lujo, y como no, con un amigo como él, y una amiga como Isa. Tampoco quise responderle, por la misma razón de antes.
El otro email era publicidad. Apagué el notebook y me estiré en mi cama. No sabía que hacer, estaba aburrida, con calor, y además era sabado. ¿Que se hace un sabado, sin amigos, en una ciudad desconocida? además estaba peleada con mi madre, asique ni pensar de paseos.
Finalmente, me decidi a dar una vuelta, llevaría mi celular por si esque me perdía y algo de dinero, por si las moscas. Agarre mi celular, un poco de dinero, un poleron si esque hacía frio (lo dudaba mucho, pero nunca se sabe) y los meti en mi bolso. Salí al cuarto de estar, donde estaban Cris y mi mamá viendo una película de Angelina Jolie. Le dije a mi mamá:
- Voy a salir.
- ¿Con quien si se puede saber? -dijo bromeando.
- Mamá, sabes que deje a todos mis amigos en Santiago, y aca no conosco a nadie más que a ustedes 2 y a mi prima Rocío.
- Esta bien, esta bien. Lo siento. ¿Pero no te vallas a perder ah? ¿Llevas tu celular?
- Claro que si. Adios Cris, adios mamá.
- Cuidate -dijeron los dos al mismo tiempo.
Salí y me aventuré a la desconocida ciudad, con muchísimo calor, y bastante aburrida. Camine por largo rato, y llegué a una plaza, no había casi nadie en ella. Estaba exausta, asique compré en una máquina de refrescos un jugo y me senté a tomarlo. Estaba todo tranquilo, y pensaba en como sería este año, cuando una brisa de aire alborotó mi largo cabello, e hiso que cerrara los ojos, y percibiera un olor. Era delicioso. Tan solo eso, ni siquiera hay palabras para describirlo. Era definitivamente, un deleite. Sentí, que de donde fuese que provenia ese olor, nunca lo olvidaría. Me voltee y me dí cuenta de que venía de un chico. No lo podía creer. No podía dejar de mirarlo. El miraba por detrás de mi, como buscándo a alguien, de repente murmuró algo, como hablando consigo mismo. Se acercó a mi, y yo, me puse más tonta que nunca, y se me aceleró el corazón a un ritmo nunca antes alcanzado. Y me hablo:
- Hola guapa, ¿esta ocupada la otra parte del banco? -me sonrió, con una sonrisa torcida, me derreti casi literalmente, que chico más guapo, nunca entendería como esque alguien puede ser tan perfecto.
- Eee.. esto.. hola, yo.. no, no, sientate si quieres, si, sientate.
Se rió, un nuevo record alcanzó mi corazón. No lo podía creer, que risa más hermosa.
- Hey, eres bastante despistada tu, ¿A que si?
- ¿Yo? ¿Porqué? -dije con un tono entre inocensia y enojo, no lo entendia, pero también estaba avergonsada, valla calificación, ¿esa era la impresión que causaba?
- Claro que si, ya llevas medio jugo derramado encima de tus pantalones blancos, jajaja.
- ¿¡QUÉ!? -miré horrorisada mis pantalones, pero era mentira, mi jugo la había dejado a un lado cuando esa brisa me alborotó el cabello, para arreglarmelo necesitaba las dos manos.
- Jajaja esa es típica, ¿Como es que has caido?
- Pues no lo sé, parece que de verdad soy despistada. -dije sumamente sonrojada y avergonsada.
- ¿Esperas a alguien? -dijo con una cara muy dulce, un nuevo color nunca antes alcanzado por mis mejillas, me tomó desprevenida.
- Eeem.. esto, no, soy nueva, llegue hace dos días acá, esto.. ¿y tu?
- Yo si.. estaba esperando a unos amigos, a propósito, soy Fabián.
- Yo soy Samantha.
- Qué bien hueles.. me a encantado tu olor.-Cuando dijo esto, no le dije nada, y me volvi a sonrojar.. al ver que yo no respondia, dijo medio riendose:
- ¿Y cómo es eso de que eres nueva? ¿de dónde vienes?
- So so soy de Santiago.. me mude porque el nuevo esposo de de mi madre vive a aquí.-dije tartamudeando, parecía una tonta.
- Baaj, que pena. Me pasó algo parecido. Pero, ¿para qué hablar de esas cosas? -dijo con una amplia sonrisa.
- Si, para que hablar de esas cos..-
- ¡Hey Fabián, deja a las chicas tranquilas, aunque sea por un día! jaja, vamos, Fano y Teba nos están esperando en el Mc Donals. -me interrumpio un chico, muy guapo también, pero creo que nadie pueda superar a Fabián.. que hermoso nombre.. pareciera que ese chico era un amigo de él. Y tenia prisa.
- ¡Ya voy, deja despedirme! -dijo dirijiendose al chico que habia aparecido recién- Él es un amigo, se llama Camilo, no le creas con eso de las chicas, tan solo le gusta molestarme. Espero volverte a ver, cuidate Sam.. adios.
- Adios.. -no me salieron más palabras, me quedé observando como los amigos se ivan caminando en dirección al Mc Donals, sonriendo y bromeando. Me había llamado Sam, tan solo los más cercanos me decían así, y me lo había dicho con cariño.. un extraño que tan solo había conocido hace unos minutos.. jamás lo olvidaría..
Capítulo 2: Indiferencia ♥
Cuando abrí los ojos, estaba desconcertada. ¿Dónde estaba? ¿Por qué hacia tanto calor? ¿Que había pasado? De repente, se me vino todo a la cabeza. Estaba en mi nueva casa, en Concepción.
Era mi segundo día ahí, asique aun no me había acostumbrado. Hacia calor porque aun estabamos en verano, y al parecer esta casa era calurosa. Lo que no me cuadró, era, porqué cuando me quede dormida mi madre no me había despertado y llamado a cenar, o porqué no me dijo que me pusiera el pijama y me acostara. Me acordé, lamentablemete, de la pequeña discución que tubimos. Como nadie me molestó, supuse que fue por que el par de esposos había terminado lo que yo ayer interrumpí. En ese instante me enojé, y decidí ir a bañarme y luego, a comer algo. Cuando intenté abrir la puerta, estaba con seguro, me acordé tambien, que yo la había cerrado ayer, y que por eso nadie había interrumpido en mi habitación. Por eso yo me había quedado dormida encima de mi cama llorando, con música y ropa puesta. Me sonrojé tan solo por lo tonta que había sido al pensar todas esas idioteces, se me paso el enojo, y fuí a disculparme con Cris y, por supuesto, con mi mamá.
Cuando salí, los dos me esperaban muy serios en el comedor, y antes de que pudiera decir una sola palabra, mi madre dijo:
- Sam, sientate, por favor.
- ¿Es necesario hacer esto? -dijo Cris, casi susurrandolo, con cierto tono infantil en la voz, la verdad, es que el era muy dulce y tranquilo, todo lo contrario a mi madre.
- Claro que si. Sam, sé que encontrarás innecesario todo esto, pero quiero que sepas que no voy a aceptar más faltas de respeto de ti. Yo y Cris hacemos lo que queremos, cuando queremos. Que yo te halla encargado algo, no quiere decir que tu te pongas en posición de "pobresita yo" y que salgas corriendo cuando se te dice algo. Ah, por cierto, no te vuelvas a encerrar, o te sacaré la puerta. Tu padre ya no está, acéptalo, ese maldito idiota se fue y no vá a volver, el muy cretino nos abandono y es hora de que tu..
- ¡Agatha! detente por favor.. ¡eres muy cruel!
- No me digas lo que tengo que hacer, querido. Asique, si no quieres seguir con la misma clase de castigos que el año pasado, compórtate y asume las cosas tal como son, y no me saques nada en cara, y menos con indirectas, ¿Está claro?
En ese instante, solo tenía ganas de dormir y jamás despertar. Le asentí a mi madre, y me dirijí al baño, tal como tenía planeado antes. Me miré al espejo, y traté de hallarme. ¿Quién era esa triste chica, con cabello castaño claro hasta la cintura, y de unos preciosos ojos celestes? ¿Era yo? no lo sé.. mis lágrimas comensaron a caer, y mi pecho tenia un sordo sollozo, el cual no me dejaba respirar con facilidad. No quería que mi madre me escuchara, asique traté de tranquilizarme. Al final, sumida en mis pensamientos, decidí algo. No le faltaría más el respeto a mi madre, ni a Cris. Pero tampoco sería amable con ellos. Intentaré no hablarles más, excepto lo necesario. Haber si así entienden que el que mi padre ya no esté, no es ninguna gracia para mi, y que el que mi madre lo trate como si no fuese nadie, me duele. Vamos a ver como van las cosas así.
Era mi segundo día ahí, asique aun no me había acostumbrado. Hacia calor porque aun estabamos en verano, y al parecer esta casa era calurosa. Lo que no me cuadró, era, porqué cuando me quede dormida mi madre no me había despertado y llamado a cenar, o porqué no me dijo que me pusiera el pijama y me acostara. Me acordé, lamentablemete, de la pequeña discución que tubimos. Como nadie me molestó, supuse que fue por que el par de esposos había terminado lo que yo ayer interrumpí. En ese instante me enojé, y decidí ir a bañarme y luego, a comer algo. Cuando intenté abrir la puerta, estaba con seguro, me acordé tambien, que yo la había cerrado ayer, y que por eso nadie había interrumpido en mi habitación. Por eso yo me había quedado dormida encima de mi cama llorando, con música y ropa puesta. Me sonrojé tan solo por lo tonta que había sido al pensar todas esas idioteces, se me paso el enojo, y fuí a disculparme con Cris y, por supuesto, con mi mamá.
Cuando salí, los dos me esperaban muy serios en el comedor, y antes de que pudiera decir una sola palabra, mi madre dijo:
- Sam, sientate, por favor.
- ¿Es necesario hacer esto? -dijo Cris, casi susurrandolo, con cierto tono infantil en la voz, la verdad, es que el era muy dulce y tranquilo, todo lo contrario a mi madre.
- Claro que si. Sam, sé que encontrarás innecesario todo esto, pero quiero que sepas que no voy a aceptar más faltas de respeto de ti. Yo y Cris hacemos lo que queremos, cuando queremos. Que yo te halla encargado algo, no quiere decir que tu te pongas en posición de "pobresita yo" y que salgas corriendo cuando se te dice algo. Ah, por cierto, no te vuelvas a encerrar, o te sacaré la puerta. Tu padre ya no está, acéptalo, ese maldito idiota se fue y no vá a volver, el muy cretino nos abandono y es hora de que tu..
- ¡Agatha! detente por favor.. ¡eres muy cruel!
- No me digas lo que tengo que hacer, querido. Asique, si no quieres seguir con la misma clase de castigos que el año pasado, compórtate y asume las cosas tal como son, y no me saques nada en cara, y menos con indirectas, ¿Está claro?
En ese instante, solo tenía ganas de dormir y jamás despertar. Le asentí a mi madre, y me dirijí al baño, tal como tenía planeado antes. Me miré al espejo, y traté de hallarme. ¿Quién era esa triste chica, con cabello castaño claro hasta la cintura, y de unos preciosos ojos celestes? ¿Era yo? no lo sé.. mis lágrimas comensaron a caer, y mi pecho tenia un sordo sollozo, el cual no me dejaba respirar con facilidad. No quería que mi madre me escuchara, asique traté de tranquilizarme. Al final, sumida en mis pensamientos, decidí algo. No le faltaría más el respeto a mi madre, ni a Cris. Pero tampoco sería amable con ellos. Intentaré no hablarles más, excepto lo necesario. Haber si así entienden que el que mi padre ya no esté, no es ninguna gracia para mi, y que el que mi madre lo trate como si no fuese nadie, me duele. Vamos a ver como van las cosas así.
Capítulo 1: Un día de verano ♥
Mientras caminaba por la acera, me preguntaba como es que yo había llegado hasta ahí. Si, como es que había pasado todo tan rápido, y sin darme cuenta, estaba en una ciudad desconocida, con gente nueva, lugares nuevos y, hasta sensaciones nuevas. Dejando a mi antiguo colegio atrás, y con el, a mis amigas y amigos también. Estaba atardeciendo, y pensé que mi madre se preocuparía. Los árboles se veian de un extraño color verde cálido, y todo reflejaba una hermosa tarde de verano, acogedora. En la calle, no había ninguna respiración más que la mia, y pensé que cualquiera hubiese estado feliz en aquel lugar, pero para mi, todo tenía un tono más grisaceo, más triste, aunque no le pusiera oposición.
¡Zás! un perro rompio la bolsa con el pan aun tibio que traia entre mis manos que mi madre me había encargado ir a comprar, sin darme cuenta, en dos segundos todo el pan estaba desparramado en el suelo. Le grité al perro para que se fuera, cosa poco normal en mi, puesto que le tengo cierto temor a los perros. Pero, al darme cuenta que el no se fue y comenso a comer pan, me dio cierto miedo, y segui mi camino casi corriendo. Llegué a mi nueva y desconocida casa en cosa de 3 minutos, o menos, estaba sobresaltada, y cerre la puerta de entrada con un portaso. Si ubiese llegado así a mi antigua casa, donde yo y mi mamá eramos felices, ella ubiera venido a recibirme y a preguntarme preocupadamente que me había pasado, dandome un abrazo. Pero ahora, sentandome en un sillón, con todo disperso al rededor, calmé mi respiración y la esperé en vano. Me extraño que ni siquiera me ubiese dicho desde la otra habitación algo como "¡Hey! cariño, ¿qué te ha pasado?", pero no me dijo nada de eso, y agudisándo el oído para descubrir el porque de todo esto, escuché unos leves gemidos. Fui despreocupadamente a la pieza de mi mamá, que estaba en el segundo piso, pero, ¡HORROR! mi mamá y Cris (su nuevo esposo) estaban besádose, y creo que iva para algo más, porque esos besos se veían con otras intenciones. Me quede estupefacta mirandolos, casi embobada, y como no se percataron, tube que darle fin a esa situación, y les dije "¡Parece que no les vasto con la luna de miel! ¿eh?" la verdad esque quería sonar chistosa, pero más que chistosa, soné horrible, casi cruel. Se separaron en el instante, y mi madre, avergonzada dijo:
- Sam, lo siento, esto.. yo, no sé.
- Que vá mamá, no importa, pero si quieres intimidad con Cris, tan solo dime, y no me des excusas estúpidas como que valla acomprar pan. -la verdad, es que en ese momento me dio mucha ira, no lo entendia, no le bastaba tan solo con venirse a la ciudad donde vivía su nuevo amor, si no que además me ponía excusas de lo más idiotas-
- ¡Samantha Stewart! ¡No crees que...!
No le escuche más, había bajado corriendo las escaleras hacia en primer piso, y me encerré en mi habitación, escuche tan solo un leve murmullo, y algunos pasos, era como si mi madre estubiese dispuesta a bajar y castigarme, pero pareciera que Cris la ubiese tranquilizado.. pues no lo sé. Realmente, me cae bien Cris, pero no soporto que mi mamá crea que el va a reemplazar a mi papá.. esa es una de las cosas que odio, la otra cosa que odio es que me llame por mi nombre y primer apellido, me hace recordar a mi padre, preferiria que solo me dijiese "Samantha" o simplemente "Sam".
En ese instante no sabía lo que hacía. Cerré mi puerta con seguro y me estiré en mi cama. Me puse mi ipod y escuche la radio, estaban dando no se qué de Belanova, la verdad es que en ese instante creo que me relajo esa canción, me puse a ver mi cuaderno de recuerdos de mis amigos de mi antiguo colegio, y lloré por varias horas.
¡Zás! un perro rompio la bolsa con el pan aun tibio que traia entre mis manos que mi madre me había encargado ir a comprar, sin darme cuenta, en dos segundos todo el pan estaba desparramado en el suelo. Le grité al perro para que se fuera, cosa poco normal en mi, puesto que le tengo cierto temor a los perros. Pero, al darme cuenta que el no se fue y comenso a comer pan, me dio cierto miedo, y segui mi camino casi corriendo. Llegué a mi nueva y desconocida casa en cosa de 3 minutos, o menos, estaba sobresaltada, y cerre la puerta de entrada con un portaso. Si ubiese llegado así a mi antigua casa, donde yo y mi mamá eramos felices, ella ubiera venido a recibirme y a preguntarme preocupadamente que me había pasado, dandome un abrazo. Pero ahora, sentandome en un sillón, con todo disperso al rededor, calmé mi respiración y la esperé en vano. Me extraño que ni siquiera me ubiese dicho desde la otra habitación algo como "¡Hey! cariño, ¿qué te ha pasado?", pero no me dijo nada de eso, y agudisándo el oído para descubrir el porque de todo esto, escuché unos leves gemidos. Fui despreocupadamente a la pieza de mi mamá, que estaba en el segundo piso, pero, ¡HORROR! mi mamá y Cris (su nuevo esposo) estaban besádose, y creo que iva para algo más, porque esos besos se veían con otras intenciones. Me quede estupefacta mirandolos, casi embobada, y como no se percataron, tube que darle fin a esa situación, y les dije "¡Parece que no les vasto con la luna de miel! ¿eh?" la verdad esque quería sonar chistosa, pero más que chistosa, soné horrible, casi cruel. Se separaron en el instante, y mi madre, avergonzada dijo:
- Sam, lo siento, esto.. yo, no sé.
- Que vá mamá, no importa, pero si quieres intimidad con Cris, tan solo dime, y no me des excusas estúpidas como que valla acomprar pan. -la verdad, es que en ese momento me dio mucha ira, no lo entendia, no le bastaba tan solo con venirse a la ciudad donde vivía su nuevo amor, si no que además me ponía excusas de lo más idiotas-
- ¡Samantha Stewart! ¡No crees que...!
No le escuche más, había bajado corriendo las escaleras hacia en primer piso, y me encerré en mi habitación, escuche tan solo un leve murmullo, y algunos pasos, era como si mi madre estubiese dispuesta a bajar y castigarme, pero pareciera que Cris la ubiese tranquilizado.. pues no lo sé. Realmente, me cae bien Cris, pero no soporto que mi mamá crea que el va a reemplazar a mi papá.. esa es una de las cosas que odio, la otra cosa que odio es que me llame por mi nombre y primer apellido, me hace recordar a mi padre, preferiria que solo me dijiese "Samantha" o simplemente "Sam".
En ese instante no sabía lo que hacía. Cerré mi puerta con seguro y me estiré en mi cama. Me puse mi ipod y escuche la radio, estaban dando no se qué de Belanova, la verdad es que en ese instante creo que me relajo esa canción, me puse a ver mi cuaderno de recuerdos de mis amigos de mi antiguo colegio, y lloré por varias horas.
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